Una nueva tanda de poemas en escalera ha
publicado el Grupo Surrealista de París, ahora con el título de Le myriapode intermittent.
Recordemos el
procedimiento de este juego: mientras que se va hablando en la tertulia del
café, una hoja circula, escribiendo cada participante tres versos (“tres líneas
que siguen un camino tortuoso / hacia la luz de las estrellas apagadas / antes
de zambullirse en el abismo de un punto y coma”), a los que añade el siguiente
otros tres, pero solo pudiendo ver el último de los anteriores. El título se
obtiene con algunas de las palabras que aparecen al principio o al principio y
al final. A los doce poemas anteriores se suman ahora dieciséis, de nuevo en la
más pura tradición de espontaneidad lúdica del surrealismo, con un resultado
cercano a la poesía de Benjamin Péret. Visitantes que se incorporan ahora al
miriápodo son Krzysztof Fijalkowski, Sarah Froidurot, Régis Gayraud, Sophie
Philippe, Michael Richardson, Mayorie Rouveyrol y Bertrand Schmitt.
Con regocijo,
en el momento en que acabo de conseguir dos Fantômas posteriores a la
saga clásica, o sea de los solo escritos por Marcel Allain, veo reaparecer al
Maestro del Terror al final del poema “El do mayúsculo”: “De repente la montaña
se partió en dos, dejando / abierta la fisura reluciente, el antro secreto. /
El hombre avanza prudentemente en la sombra. / ¡Es Fantomas! Normalmente, él no
es / tan prudente puesto que es él quien dirige / la danza y el corazón ofrece
al cielo / las flores de la muerte del borde del camino, / sueño de la libélula
que se posa sobre la lámina / del cuchillo con el cual yo he degollado al
profeta / esa noche, sobre la playa de Copacabana, / mientras que Saint Pol
Roux escribía su más bello poema”.
En el poema
anterior a este, “El mar se manda a mudar”, hay una alusión a “los brazos de
Alicia”, que nos evoca el libro publicado el año pasado en Dark Window Press Alice, the looking glass threw, resultado de otro juego colectivo, aunque
en este caso a través del correo y con collages y collages-pinturas. También cercanamente,
tenemos las colaboraciones del grupo Cornucopia, de nuevo con el resultado de
un poeta/artista que suma las energías colectivas.
En la ilustración de la portada, quizás de
Pierre-André Sauvageot, vemos el interior mejorado del Café L’Éscalier, donde
bien nos gustaría entrar a tomar un oporto o una absenta en otra de esas
sesiones intermitentes de escritura colectiva.
“Las O de las noches no encuentran nunca /
las A de los días”.
contacto: guy.girard10@sfr.fr
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