Nicole Espagnol y Alain Joubert en el Palais del Facteur Cheval, 1974 |
Il était
une dame es una preciosa publicación que reúne
todos los escritos de la maravillosa Nicole Espagnol. Edita en Montreal L’Oie
de Cravan, e incluye también fotografías, a las que Alain Joubert, compañero de
toda su vida, ha puesto títulos.
Nicole
Espagnol nació en 1937, y fue lectora juvenil de Jarry, Lautréamont, Sade y
Breton y los surrealistas. Determinante fue su encuentro con Alain Joubert en
1958, ya que además la llevó a integrar el grupo surrealista, hasta la ruptura
de 1969.
Il était
une dame lleva como presentación un bello texto
escrito por Marie-Dominique Massoni en 2006, año en que Nicole Espagnol
desaparecía. Recordemos que Alain Joubert escribió entonces el emotivo libro Une
goutte d’éternité, dedicado “a ti, Nicole, mi heroína, porque viva o
muerta, tú eres la que yo amo”, y donde se relata su encuentro ineluctable,
inicio del “amor absoluto” entre ambos, prolongado durante cinco décadas.
André Breton
es quien publica por primera vez sus poemas, en el n. 7 de La Brèche
(1964). Otros aparecen en las décadas siguientes en Le Désir Libertaire,
Camouflage, Homnésies y Cahiers de l’umbo (el poema “Mimi
écart”, dedicado a Mimi Parent), publicaciones en que se seguía expresando el
surrealismo. De 1983 es Little magie, septenario poético con cuatro
litografías de Jorge Camacho, que han sido también reproducidas aquí, en todo
su color. Cierran el conjunto dos poemas inéditos.
Nicole Espagnol, El sueño de Fantomas |
La serie de
“Textos varios” comienza para mí con una sorpresa, al descubrir que un precioso
texto del catálogo “Armas et bagages” publicado en Lyon en 1975 y firmado por
Sophie Des, pertenece a Nicole Espagnol. Como Sophie Des participa también,
tres años después, en Huit mois avec sursis, obra de “poética-ficción”
en que intervenían Joubert, Georges Sebbag y Paul Virilio, entonces en el
colectivo Quando. El catálogo de “Armes et bagages” es una de las más
magníficas demostraciones del surrealismo que proseguía, pese a los intentos por
enterrarlo de Jean Schuster, quien, escoltado por su par de guardaespaldas, no
soltaba la pala en la mano. Precisamente le cabe el honor a Nicole Espagnol de
publicar en 1990 un soberbio panfleto contra Jean Schuster, motivado por sus
ignominias en un libro de intercambio de cháchara en que se intentó poner a la
altura de Michel Leiris, titulándolo Entre augures; definiéndolo como un
“impostor”, Nicole concluye: “La única traza que dejará Monsieur Jean Schuster
es la tentativa de erradicación del Surrealismo –uno de los movimientos más
exaltantes del siglo– por los medios más viles”.
Otros textos
son los de Je suis-bête, que publicó también L’Oie de Cravan, en 2003,
historias y anécdotas sobre animales, dedicadas a François-René Simon, y las
vivaces intervenciones en Le Cerceau, la publicación periódica que entre
1994 y 1998 animó una época particularmente miserable, y cuya originalísima
maquetación y título se debieron a ella. En sus artículos y notas, Nicole
Espagnol habla de Arno Schmidt, Jean Paul, Ladislav Klima, Robert Walser, Mervyn
Peake, etc., con suma inteligencia y suma finura.
Las fotos, que
es una pena no sean más, “dan todos sus poderes al azar, al encuentro, a lo
insólito que revela lo que palpita en lo más cotidiano, lo más común” –escribe
Alain Joubert, quien, al ponerles título, no ha hecho sino seguir un hábito muy
del surrealismo. La de portada, en cambio, es un detalle de la que le hizo
Robert Lagarde a Nicole con un cuervo en las manos y que inspiró una caja de
Alan Glass, reproducida al final del n. 2 de L’Or aux 13 Îles.
He aquí un
libro que es bueno que exista. Honra le sea hecha a L’Oie de Cravan.
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Nicole Espagnol, ¿A quién tengo el honor? |
Si la foto del
cuervo me recuerda el río Erges a su paso fronterizo por la villa portuguesa de
Segura –similares piedras graníticas y sobrevolado por cuervos, aparte águilas
y cigüeñas negras–, el caballero balzaquiano me hizo pensar de inmediato en el
aldeano miñoto de grandes bigotes que me sorprendió dándole la vuelta a la señorial
Casa do Bairro de Moure, pero detrás de un muro y más divertido que risueño.
Creo que Nicole Espagnol se hubiera deleitado con él.
*
En estas dos
lujosas páginas del n. 2 de L’Or aux 13 Îles tenemos el texto y la foto
de Suis-je bête, junto a la caja de Alan Glass y el comentario de Alain
Joubert.