Enrique de Santiago, poeta, pintor y ensayista de actividad infatigable, acaba de publicar Frágiles tránsitos bajo las espirales, colección de 28 poemas, algunos muy extensos, seguida de un ensayo sobre el motivo de la espiral. El prólogo se debe a otro componente del grupo Derrame, Rodrigo Verdugo, quien nos refiere que este libro forma parte de un amplio proyecto plástico-literario.
Esta es una poesía de pasión y revuelta, que habla sin duda más el “lenguaje de los pumas” que el envilecido lenguaje de nuestro tiempo (lo de “nuestro” es por llamarlo de alguna manera).
“aprendí entonces del vuelo y su quehacer sin dogmas / nada más ni nada menos que la levedad de ascender sin maletas / sin prisiones / ni calzado / desnudo como nauta penúltimo en la espera / lejos de la sacristía indolente / donde la mano purpurada besa tanto a pobres / como a la mano hacedora de pobres / y salí al mundo / donde me agredieron los consensos / y surgí indemne en la risa”.
En su ensayo, que titula “Frágiles tránsitos sobre las espirales”, Enrique de Santiago narra su adentramiento en el mundo de la espiral, sin dejar de aludir al “largo e interminable derrotero del surrealismo”, en el cual sus pesquisas se insertan. Sin duda que “la Tierra toda obedece a las influencias de la espiral”, y ya Juan-Eduardo Cirlot, al analizar su simbología, mostraba cómo, a la vez que forma esquemática de la evolución del universo, la espiral es una invitación para entrar en su interior más íntimo.
La lectura de este libro, tanto en sus poemas como en su texto teórico, se enriquece bastante con la del ensayo excelente que Enrique de Santiago publicó en el reciente número cuarto de Agulha, y al que ya nos referimos aquí.
“pues se dice que hago poesía críptica, / cuando en realidad hablo el idioma coloquial / del universo”.
En la Sala terracota del Centro Cultural Scuola Italiana, Santiago de Chile, se celebra hasta el 10 de mayo la muestra “Dialecto Ancestral de Dioses Delirantes”, de Miguel Ángel Huerta. En la noticia de esta exposición, leemos:
“Este artista que se autodenomina «cazador de energías e imágenes», propone a través de sus pinturas y esculturas un estilo «primitivo-surrealista», creando imágenes asociadas a la estética e imaginería de los pueblos originarios dentro de contextos fantasiosos. Por tanto, su obra está poblada por seres rituales como chamanes, hierofantes, tótems y animales híbridos, que se desenvuelven en un escenario ritual como verdaderas puestas en escenas.
Su técnica es diversa, utilizando acrílicos, collage y diferentes materiales en la construcción de sus esculturas y pinturas. Por tanto, hablan de su versatilidad recurriendo a estos diversos recursos plásticos, dando forma a una obra que habla sobre la relevancia de los ritos, el contacto con la naturaleza y la transmutación de seres que recuerdan el particular inframundo que tenían las culturas indígenas”.
Derrame, con motivo de sus quince años de existencia, celebra este viernes una lectura- exposición en la Sociedad de Escritores de Chile, que se anuncia con esta muy bella imagen en que Victor Brauner concilia simbolismo y surrealismo.
Participarán los poetas Rodrigo Hernández Piceros, Rodrigo Verdugo Pizarro, Carlos Sedille, Aldo Alcota, Enrique de Santiago, Miguel Ángel Huerta, Magdalena Benavente, Carlos Delgado Páez, Lila Diaz Calderón y Rodia Ibaveda.