Coincidiendo con la de Sergio
Lima, se celebra otra exposición en la muy activa Fundación Eugenio Granell.
A propósito de Rik Lina, veamos
esta colaboración automatista con Mário Cesariny, cuando este visitó Amsterdam,
en 2001.
Ya se anuncia la exposición al
alimón de Gregg Simpson y Guy Ducornet, quienes por cierto tienen en común
expresarse también a través de la batería jazzística, Simpson incluso habiendo
formado un grupo en los años 60.
Sobre los “Centinelas” de Simpson,
leemos: “En la tradición del surrealismo abstracto, sus pinturas combinan el
automatismo con elementos de paisajes y figuras, improvisados al carboncillo
sobre el lienzo desnudo antes de la aplicación de la pintura. Las formas así
creadas cambian al azar y al capricho de las miradas”
El título de la exposición de Guy
Ducornet, en su alusión a La femme 100
têtes, se presenta como un homenaje a Max Ernst, pero también se refiere a
que consta esta muestra de una centena de collages recientes “que son como un retorno a las fuentes de la creación
pictórica basada en el azar objetivo, la improvisación pura y la vida que
vivimos...” Guy Ducornet visitó recientemente la isla de Tenerife, para conocer
el Teide, el Jardín Botánico de La Orotava y, en fin, los lugares celebrados
por André Breton en L’amour fou, pero
aún más lo impresionó una fulgurante estancia de dos días en la isla de El
Hierro, fin del mundo de cierta soledad y silencio aún sobreviviente, tanto
como para inspirarle una serie de collages, entre los que vemos aquí Sky Eye y Vision n. 2.
Y ya que estamos con imágenes,
completemos la rápida evocación que el otro día hicimos de Carlos M. Luis con
este collage suyo titulado Homenaje a
Thelonious Monk, y que de nuevo nos lleva a asociarlo a su compatriota
Jorge Camacho, quien hasta homenajeó al pianista genial en 1982. Al lado, una Composición de sabor más dadaísta.
Jeffrey Karl Boggarte es un
nombre central en la fotografía surrealista de las últimas décadas, y así lo
percibió Édouard Jaguer desde un principio. Sus fotomorfosis, hallazgo decisivo
allá por mediados de los años 70, ya aparecían incorporadas a Les mystères de la chambre noire,
citando Jaguer palabras del propio Bogartte: “El automatismo sigue siendo uno
de los útiles más necesarios, con el cual liberamos de la esclavitud a los
productos más verdaderos de la actividad del espíritu. El arte es el índice
dejado sobre los lugares del crimen. Es también su testimonio. El crimen es la
libertad, esa radiante digresión en las revelaciones del deseo”. Aquí tenemos,
para demostrarlo, a las Solemn Daughters
of the Analogue.
Y despedimos estas ricas notas
breves con Alex Januário, quien, desde el Brasil, y a propósito de la reseña
que hace siete días hicimos de Paris des
surréalistes, nos sugiere un
libro colectivo, que sin duda sería apasionante, con las impresiones parisinas
de algunos de los muchos surrealistas de otros lares que han visitado la vieja
capital del surrealismo, entre ellos diríamos que él mismo, ya que en una foto
lo hemos visto, con el rostro de los soñadores de La Révolution Surréaliste, bajo el letrero de la Place André Breton.
De carácter giratorio, este es uno de sus collages sobre grabado.