viernes, 3 de octubre de 2025

Sade y el surrealismo (1957-1959)

Poema de Jorge Cáceres, en 1957:



Clovis Trouille, de quien vimos en 1937 su Justine, homenajea ahora, en 1958, al protagonista de La filosofía en el tocador, con su Dolmance y sus fantasmas de la lujuria, también conocido por Dolmance en su castillo de Lacoste y Lujuria, o los ensueños del Marqués de Sade


En el colosal catálogo de Trouille (Éditions Melie-s), que nunca me cansaré de recomendar, junto a esta pintura se reproduce este poema (no datado) de Yves Battistini:


Paula Rego no es santa de mi devoción, llena de prebendas al final de su vida y pintándole allá por inicios de los 90 un siniestro retrato a un imbécil presidente de la república portuguesa, pero fue amiga de algunos poetas surrealistas lusitanos, y el Ogro Minski es siempre el Ogro Minski:


Y llegamos a uno de los platos fuertes de nuestro relato: la ejecución del testamento del Marqués de Sade, celebrada por el grupo surrealista de París el 2 de diciembre de 1959, en el apartamento de Joyce Mansour, con un sublime montaje de Jean Benoît, que de antemano arrasaba y reducía al ridículo toda la moda futura de los "happenings". Aporto el material esencial, que me exime de detalles: la tarjeta de invitación (con la ilustración de Benoît luego a todo color), fotos sacadas por Gilles Ehrman, las notas del propio Benoît, el artículo de Breton (incluido en Le surréalisme et la peinture), la narración coetánea del evento por Alain Jouffroy (que tomo de su libro Une révolution du regard) y un ensayo de Radovan Ivsic, que se encargó de la banda sonora para mimetizar lo que desearía Sade haber sido y fue: el volcán del Etna en erupción.
















Aún en este glorioso año de 1959, Gilbert Lely publicaba la carta de Sade sobre su detención seguida de los Étrennes philosopiques, con doble frontispicio de Bellmer:

miércoles, 1 de octubre de 2025

Phases infolettre 12: Renzo Margonari

Renzo Margonari, Improbable, de hecho increíble, 1999

La última "infolettre" de Phases incluye una divertida historia de azar objetivo que involucra a mi admirado Renzo Margonari, y que me vale para referir dos anécdotas de azar humorístico solo contadas a algunos amigos muy allegados.

Hace unos años, el artista italiano me envió, como regalo más que generoso, una pintura enrollada en tubo a la que puso la simple dirección "Miguel Corrales. Santa Cruz de Tenerife", sin certificarla. Que haya llegado a mis manos en una isla cuya población es de un millón de habitantes, podría hacer pensar que yo soy aquí un hombre famoso, si no se supiera que ocurrió lo siguiente: en la oficina de correos de la capital, el jefe se asomó para preguntar si alguien conocía a aquel señor del tubito, y entonces uno de los carteros que accidentalmente estaban allí, avanzó para decir "¡Yo lo conozco!", tratándose del único cartero que conozco en todo el mundo aparte Ferdinand Cheval y François (el cartero ciclista de Tati), Carlos Senequiert Crozet, un avezado polemista de amplia cultura, gran conocedor de las letras francesas. Saltándose de manera saludable el reglamento, se hizo con el tubo y me lo llevó a La Laguna, donde lo dejó en casa de otro amigo, cuando lo más predecible es que se hubiera devuelto o incluso (más probablemente, a tenor de aquello en que se han convertido los servicios de correos) perdido.

Contada esta anécdota a Renzo Margonari, me corresponde con otra igual de sorprendente. Llega en tren un amigo a Mantua, sin saber su dirección. Se sube al primer taxi que encuentra fuera de la estación y le pregunta: "¿Conoce usted a Renzo Margonari?" Respuesta del taxista: "Sí, es mi cuñado". Nunca puedo recordar esta historia sin emitir una risueña carcajada.

infolettre 12

le-chat-et-la-bibliotheque-du-hasard

Renzo Margonari, No se sabe si no se sueña, 2000

sábado, 27 de septiembre de 2025

Guy Ducornet (2015-2017)

El 26 de agosto de 2015, publiqué una reseña de Collage redux, donde traduje unas palabras de Ducornet sobre su práctica en el terreno del collage. Dado que venían en inglés, le pedí me las enviara en francés:

Le collage tel que je le pratique commence toujours à partir de le sorte de banque de données que je me suis constituée depuis de nombreuses années à partie d'innombrabres fragments et éléments photographiques et d'imprimés ou de documents de toutes sortes.
La plupart d'entre eux ont depuis longtemps perdu leurs fonctions représentatives au bénéfice de formes somplifiées, de structures épurées, de variante de couleurs ou de textures innombrables dont le seul commun dénominateur est d'avoir été assemblées de manière fortuite, au hasard des circonstances d'une vie agitée et nomade, au hasard de désirs d'un total automatisme,
sans aucune décision consciente apparente -- avant d'être reduits et découpés le plus rapidement possible et sans autre but précis que de pouvoir (peut-être) éventuellement être UTILES comme éléments LIBRES (à la manière des électrons du même nom) dans un nouvel ensemble qui paraît sur le point de se constituer comme par magie...
C'est parfois à ce stade qu'un certain "sens" ou une certaine "direction" peuvent à l'occasion se faire jour avec une chance de pouvoir être communiqués à d'autres spectateurs curieux... Et si ce processus totalement libre m'intéress ete me captive autant et depuis si longtemps, c'est qu'il revèle accidentellement des connexions imprévues et imprévisibles entre des formes qui appartiennent à un micro-univers dont les éléments sont peut-être susceptibles d'être communiqués, transmis (ou non) ou révélés à tout esprit cultivé curieux et encore assoiffé d'émerveillement et d'imaginaire...

En septiembre me llega una postal tinerfeña (lo que me recuerda mi hábito irónico de enviarles desde Canarias, allá por fines de los años 70, postales de Barcelona a mis amigos de allá), dando cuenta de su visita a las grutas de Lascaux, y un correo narrando su viaje a Gales para encontrarse con John Welson y otros surrealistas como John Richardson y con unas referencias a André Mimiague, cuya genialidad parapluycha yo no descubriría verdaderamente hasta septiembre de 2018, y al rosacrucianismo de Paul Sanda y sus amigos, que Ducornet no podía ver con buenos ojos, cerrado como era al esoterismo religioso y organizado.

La foto de la carta del 28 de octubre es de junio de 2014, "tocando los blues" en su saxofón con su viejo amigo Didier Lavigne a la guitarra eléctrica y de quien venía también una foto en la casa de Puy Notre-Dame. Las dos cartas de noviembre son ya a la vuelta a París, con sus exposiciones, una evocación de los Zeller en Ontario, recuerdos de Miguel de Carvalho en Puy Notre-Dame y más alusiones a sus amigos Richard Walter y Alain Joubert.

La carta del 18 de enero de 2016 es la última que me trajeron los correos. Creo que al final sucumbimos al naufragio del correo tradicional, lo que explica, aunque solo en parte, una cierta decadencia de nuestra correspondencia. Y digo en parte porque este año me encontró despidiéndome de mi trabajo y a la vez muy afanado en la publicación de la edición definitiva de Caleidoscopio surrealista y en la del segundo tomo de Surrealismo: el oro del tiempo (más las de otras publicaciones más personales), amén de una causa que veremos en seguida. Esta última carta contenía solo un folleto del Musée de la Vie Romantique, con una llamada de atención sobre un curioso precedente del azar automático surrealista. 

El 4 de febrero, tras haber reanudado, después de once años de sequía, mis viajes a Portugal, jugamos con la bella propuesta de encontrarnos allá. Otros dos correos de este mes carecen de interés (nuevos problemas de salud, la recepción de Caleidoscopio surrealista 2), contándome que se ha puesto de nuevo a tocar el piano y que está escuchando a Horace Silver y Oscar Peterson. Saltamos así a junio, con una exposición Histoires 100 paroles en Puy Notre-Dame. Al cruzarse en nuestro intercambio una referencia a la viuda Rosemont, me dice que no sabe qué será de ella, por lo que le envío un vídeo reciente, quedando encantado por reescuchar su voz.

En octubre ya soy un "dear old friend". Él visita de nuevo a Los Ángeles y recorre la poderosa naturaleza norteamericana. Y en en esa carta del 6 de octubre, da otra de las claves del bajón experimentado en los últimos tiempos por nuestra correspondencia (ya que la amistad permanecía incólume y yo creo que al final ellos hubieran vuelto a Tenerife o nos hubiéramos encontrado en Portugal): la pobreza de la actualidad surrealista. A su juicio, "el planeta surrelista se encoge", idea en que insiste en la importante carta del día 13 del mismo mes: "No veo mucho de nuevo o excitante en el panorama surrealista", "demasiadas repeticiones de ideas viejas, sin energía original y fuerza", todo lo cual lo volvía "melancólico y triste". Esto, dicho por un surrealista precisamente original y vigoroso.

El correo del 20 de octubre da cuenta de la recepción de Surrealismo: el oro del tiempo 2, y el del 7 de noviembre evoca su estancia en S. Paulo junto a Sergio Lima, con una referencia despectiva a la "lepra" de los grafitis contemporáneos que allí se encontró en todo su esplendor, grafitis que ya Édouard Jaguer había visto como "arte de brutos", todo lo más opuesto al "art brut".

Tardo en escribirle porque estaba a la espera de un número de la revista Algérie Littérature Action que contenía una colaboración suya... y que para mi sorpresa me confiesa no tener. Estamos en marzo de 2017 y se produce un hiato de casi nueve meses, cuando le escribo para decirle que lo veo en excelente forma a la luz de sus colaboraciones en Infosurr. El 16 de marzo recibo su respuesta a mi correo sobre Elizé Bleys, cultivadora de la cerámica, en que le digo que me gustaría escribir algo sobre su propia práctica; me envía detalles en esa respuesta, que la convierte en otra carta de especial interés. El 25 de marzo parece que recomenzamos nuestro diálogo a todo vapor, contándome que va a visitar nuevamente a Her de Vries y Laurens Vancrevel (quienes creo que eran sus mejores amigos surrealistas, con John Welson), pero el silencio absoluto se hace cuando no recibo ya respuesta al envío que, sabedor de su sensibilidad hacia aquella temática, le hice de una verdadera joya bibliográfica y musical: el libro de más de cien páginas Parchman Farm. Photographs and Field Recordings: 1947-1959, con las grabaciones de Alan Lomax en la prisión estatal de Mississippi, fotos extraordinarias y una gran documentación.


Cuatro años después, el 27 de agosto de 2022, dediqué a mi "dear old friend" en este blog un homenaje, con mucho material notable.

Guislaine y Guy Ducornet.
Jardín Botánico de La Orotava,
enero de 2013

miércoles, 24 de septiembre de 2025

Le La (1978-1982)

A la espera de que algún día se digitalicen y hagan asequibles todos los números, he aquí un buen trabajo descriptivo de la aventura ginebrina Le La:

https://www.bge-geneve.ch/blog/donner-le-la-geneve-pour-reenchanter-le-monde

michel dubret le la surrint

domingo, 21 de septiembre de 2025

Sade y el surrealismo (1950-1957)

Otra obra maestra inspirada por Sade, Aline y Valcour, de Man Ray, abre la década de los 50:


En este enlace, pueden verse unas fotos a partir de esta pintura, que homenajea la novela filosófica del mismo título, escrita por Sade en la Bastilla. Recordemos que en el capítulo 1930-1931 ya aludíamos a esto.

El Almanach surréaliste du demi-siècle publica tres cartas inéditas del marqués a su mujer en 1783, con tres ilustraciones de Dorothea Tanning:




El Almanaque cuenta también con un largo ensayo de Henri Pastoreau, quien prologará en 1963 el tomo 13 de las obras completas de Sade y en 1973 una edición de Los 120 días de Sodoma.

Y aún en este año de 1950 aparecería Le Marquis de Sade, reunión de los estudios de Maurice Heine, con prefacio de Gilbert Lely, hoy en Gallimard, como en 1952 la Vie du Marquis de Sade de Lely, en dos tomos, dedicada así a su maestro: "A la memoria de Maurice Heine, que ha destruido definitivamente la cárcel donde el Marqués de Sade consumió treinta años de su vida heroica y donde lo mantenían aún cautivo después de su muerte los perros eternos, enemigos del amor y de la verdad". Como hemos ya dicho, Lely es el gran continuador de Heine. En 1953 publicará la inédita Historia secreta de Isabel de Baviera, un volumen de cartas inéditas (y otro, al año siguiente) y unos Cuadernos personales, casi todo con prefacio y notas suyos. 

De1954 es este collage de Jean Benoît, El triunfo de Juliette, anticipo de su homenaje a Sade en 1959:


Y también de 1954 este artículo de Nora Mitrani en el número 2 de Médium (avisando sobre la conversión de Sade en "homme de lettres"), número que fue ilustrado por Wolfgang Paalen:



La primera serie de Les Lèvres Nues, en su número 5, de 1955, incluye un delicioso texto sadiano de Marcel Mariën. Yo lo traduje para una página literaria canaria, gustándole tanto a Raúl Henao que lo dio a conocer en Colombia, donde reaparecería en una revista literaria de Medellín:



Por seguir en el terreno humorístico, he aquí la burla de Jean Paulhan que hace Jean Benoît en 1955:



En 1956, Pastoreau publicará las 111 notas para La nueva Justina escritas por Sade en la prisión, a partir de la transcripción de Heine, con las notas del número 5 de Le Surréalisme au service de la Révolution (1933) que ya vimos anteriormente. Esta edición llevó cubierta de Max Walter Svanberg y frontispicio de Bona:



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Adenda al capítulo de 1936-1940: en 1938 pinta Clovis Trouille su Justine:


Adenda al capítulo de 1946-1950: en 1948, Octavio Paz, por ese entonces en París y colaborando con el grupo de Breton, escribe su conocido y bello poema "El prisionero (Homenaje a D.A.F. de Sade)", de inmediata lectura en muchas entradas de la red.

jueves, 18 de septiembre de 2025

Los dos universos de José Pierre


Poco o nada puedo añadir a la valoración que de José Pierre hice en Caleidoscopio surrealista. Por mi poco apego a sus derivas tras la ruptura del grupo surrealista de París en 1969, imaginaba que el título L'Univers symboliste debería corresponder a un simple volumen divulgativo de su época decadente, hasta que recientemente, valiendo más tarde que nunca, he descubierto que se trata de un enorme trabajo que, como panorama del simbolismo, resulta apasionante y extraordinario, incluso tratándose del libro de referencia sobre la materia. En esta obra de casi cuatrocientas páginas llenas de ilustraciones espléndidas, José Pierre no deja terreno por explorar, y si se lo ha acusado de ver surrealismo donde poco de surrealismo hay, el hecho de que estire la concepción del simbolismo algo más de la cuenta carece de mayor conflicto, dado el carácter menos consistente y más amplio de este "universo". L'Univers symboliste se publicó en 1991, ocho años después de L'Univers surréaliste y también en Somogy; como es de esperar, abunda en referencias al surrealismo y sus enfoques difieren solo en detalles de los que haría un surrealista. 

Al tratarse de un libro publicado hace más de tres décadas, sería absurdo hacerle aquí una reseña. Baste decir que su lectura es apasionante y que José Pierre se empeñó a fondo en sus indagaciones, que no se limitan a lo artístico, sino que calan también en los géneros literarios y hasta en la música y el cinematógrafo. El único si no es la ausencia de un índice onomástico, que hubiera sido de una gran utilidad, dada la gran cantidad de nombres que cita, muchos de ellos muy poco conocidos, por lo que su obra también es una invitación a grandes descubrimientos, por el sentido internacionalista de que da muestras constantemente.

Al tal César lo que es del tal César y a Mr. Pierre lo que es de Mr. Pierre.


lunes, 15 de septiembre de 2025

Guy Ducornet, 2015 (1)


El primer semestre del año 2015 fue aciago para Guy Ducornet. Las dos primeras cartas de enero vienen marcadas por el asesinato de los Charlie-Hebdo, incluido un amigo íntimo suyo, Philippe Honoré, pero las cartas siguientes vuelven a los motivos habituales, la del 26 de enero con el número 413 de Histoires 100 paroles que encabeza esta entrega y varios folletos del Jardin des Plantes, donde yo había estado in illo tempore para, en mi última estancia parisina, pasar de largo en vista de la enorme cola turística para comprar los billetes; no sé a qué se refiere la alusión a Ludovic Tac, pero supongo que a su reseña de Ce qui sera aparecida en el número 112 de Infosurr, con algunas críticas a Alain Joubert.

La carta del 30 de enero es la primera con referencias a la exposición de Costa Rica, organizada por Alfonso Peña y Amirah Gazel, y la del 3 de febrero concluye con la habitual invitación al apartamento de Guislaine en París; pese a mi respuesta ("Paris. What a dream! Mais je pense que jamais je sortirai des Canaries. Je suis définitivement lassé de voyager (même dans les îles!)", no obstante la cual continuará siempre insistiendo.

Las cartas del 9 y 10 de marzo son muy tristes, porque registran sus primeros problemas cerebrales, que acabarían repitiéndose fatalmente. Pero son muy interesantes sus reflexiones sobre la memoria y sobre el horror hospitalario, con los tan engreídos como ignaros señores de las batas blancas, que darían evidencia también de su maldad durante la farsa pandémica, cinco años después. En una de esas cartas, alude al envío que le he hecho de unas grabaciones "comprometidas" del gran  J. B. Lenoir, al que llama Lenon, porque, si era un conocedor extraordinario del jazz, no controlaba igual la tradición de los blues.

La carta del 2 de abril es magnífica. Cuenta que se ha comprado un saxo soprano, y que piensa tocar algunos temas de Sidney Bechet (quien disfrutaba de un verdadero culto a Francia, donde hasta hay un busto suyo en Juan-les-Pins), aprovechando para relacionar su automatismo collagista con la improvisación jazzística. Con alborozo celebra haber llegado al collage 499 de Histoires 100 paroles

Él mismo dice de la correspondencia de marzo y abril que es "algo melancólica", a causa de su accidente cerebral, y yo sospecho que le dejó una leve secuela, ya que lo encuentro en estos meses algo repetitivo, como si no controlara lo que me ha venido contando. Pero la actualidad, con sus movimientos, sus exposiciones y sus novedades bibliográficas, vuelve a imperar. El 9 de abril recibo una carta visual, con más creaciones suyas, un precedente de la calcomanía y un cuadernillo de disco compacto de Sidney Bechet. Al día siguiente manifiesta su deseo de llegar a Puy Notre-Dame para poder tocar sin problemas de vecinos su saxo soprano, lo que me recuerda, una noche en la villa lanzaroteña de Teguise (el más bello pueblo de Canarias, aparte La Orotava), cuando escuché un saxo soprano surgir del profundo sosiego de unas calles desiertas, que resultó tocaba Juanele Morales, eximio fabricante de timples artesanales y aficionado a los gallos finos, con quien aquel mismo día yo había hablado en su taller, recopilando informaciones para el Diccionario gallístico de Canarias. Esta carta expresa su obsesión por qué va a hacer con todo lo que tiene, y comenta el avance de su libro Bris-collage, que califica de "suerte de Annandale Blues en francés"; lástima: hoy hubiera aparecido, por ejemplo, en Le Grand Tamanoir, o hubiera sido muy fácil hacer una edición con tiradas pequeñas y renovables y haberla difundido en la medida de lo posible.

Pero mayo y junio le reservaban dos desastres: roban su casa de Puy Notre-Dame y le piratean el ordenador, con la consecuencia de que intentan estafar a todos sus amigos con el cuento de que ha sido asaltado en Atenas y necesita que le envíen 2.500 euros, trampa en que yo mismo estuve en un tris de caer. Entre una y otra desgracia, la carta del 17 de mayo narra otro "azar objetivo", con Ralph Ellison, la del 25 de junio expresa sus críticas al nuevo número de A Phala y la del 26 de junio  reproduce el dibujo de Philippe Honoré con André Breton cuando le envió en 1913 a Charlie-Hebdo una nota en defensa de Breton.

La carta final, de 9 de julio, alude a la "extraña fotografía con gafas y bigote blanco" enviada en mi correo, que es la que el estafador remitía en último término, por si picaba alguien que no lo conociera físicamente; nunca falta el humor en el amigo Ducornet, que me dice con tres interjecciones que "el rostro se parece al de Alain Joubert"... Mala racha, pero otros bellos vuelos como el del collage de arriba aún le esperaban.