domingo, 22 de diciembre de 2024

Apollinaire y el surrealismo (1)

Apollinaire es otro de los hontanares del surrealismo, y su obra sigue bien viva, pero en este caso vamos a limitarnos a mostrar algunos homenajes e inspiraciones poco conocidos. Sin embargo, no podemos abrir el fuego sin recordar su ascendencia en los orígenes del surrealismo (muy bien estudiada) ni estas dos obras, de 1914, Chirico (Retrato de Guillaume Apollinaire), y 1917, Picabia (Guillaume Apollinaire), respectivamente:



También ha sido suficientemente explorado el caso visionario del retrato de Chirico (por cierto que la noche antes de escribir esto soñé con un libro que se titulaba Je Hebdoméros Hicycle), y en cuanto a Breton y Apollinaire, a quien consideraba "el lirismo en persona" y "el más grande poeta de este siglo", baste recordar su artículo de 1917, al punto recogido en Les pas perdus, y mucho después, en 1954, el de Perspective cavalière. Para Péret sería decisivo el descubrimiento de su poesía, como posteriormente para otros surrealistas, como por ejemplo Aldo Pellegrini o Jean-Claude Silbermann. Desnos escribe en 1923 "Apollinaire y los otros", y Aragon le da entrada en Aniceto o el panorama, relato, 1921, como Marqués della Robia. Añadamos que en el juego de las calificaciones de Littérature (donde se publicaron textos suyos), obtiene un 12'45, dándole Gabrielle Buffet la puntuación maxima (20), Aragon un 18, Fraenkel un 17, Breton un 14, Soupault un 13, etc.

En 1938, el grupo Reverbères le hace un homenaje, con representación de Les mamelles de Tirésias (Aline Gagnaire hizo el papel de La Dama), y en diciembre de 1943, con motivo del primer cuarto de siglo de su muerte, se inaugura la exposición del grupo La Main à Plume "El tiempo de Apollinaire", acompañada por la publicación Presence d'Apollinaire, que incluye un artículo de Jean-François Chabrun, un poema de Noël Arnaud y este de Léo Malet:


Desde ese año de 1943, Joseph Cornell manifiesta un gran interés por Apollinaire (aunque reconociera que su poesía y la de Mallarmé solo las entendía a medias). The Crystal Cage (Portrait of Berenice) es una torre de palabras que celebra su poesía caligramática y el personaje de Berenice, nombrada en Merveille de la guerre ("Es también la apoteosis cotidiana de todas mis Berenices / cuyos cabellos se han convertido en cometas"):


Ya en los años 50 aparecerán sus cajas de Variétés Apollinaris, en que cristalizaba "la resurgencia de un sentimiento caluroso por Apollinaire":



En 1948, Aimé Césaire publica Soleil cou coupé, el tercero de sus grandes libros de poesía, cuyo título es el último verso de "Zone". Interesa señalar que en 1964 se titulará así una revista venezolana en la que colaboró Sánchez Peláez y que, con seis números, transitó paralelamente a El Techo de la Ballena; al desintegrarse el grupo de los balleneros, surgió La Pandilla de Lautréamont, contando como nombre común de los tres colectivos Caupolicán Ovalles. Como remate, en 2001 y 2002 hace Corneille un maravilloso portafolio con tres serigrafías que titula también Soleil cou coupé:

miércoles, 18 de diciembre de 2024

Alan Glass (1932-2023)


El pasado año murió en Ciudad de México, a los 90 años, Alan Glass, artista surrealista de una creatividad extraordinaria, en especial por su cajas poéticas, pero también por sus dibujos, pinturas, collages, esculturas, anamorfosis, objetos, ensamblajes, huevos pintados... Actualmente se le dedica una amplia retrospectiva, que es una buena ocasión para que lo recordemos, como hicimos cuando L'Or aux 13 Îles le dedicó un precioso dosier.

La mejor manera de recordarlo, o una de las mejores, es sin duda recorrer, e imposible no hacerlo con entera fascinación, el lujoso libro de Masayo Nonaka que publicó Turner en 2012, más de 300 páginas de gran dimensión con infinidad de reproducciones y un estudio inteligente y profundo de alguien que se había acercado a él con sensibilidad y respeto; ese estudio se divide en los capítulos "Los primeros años", "Los años en París", "Los años mexicanos", "Madurez en México" y "La creación bidimensional", más un interesantísimo epílogo sobre dos obras basadas en fenómenos de azar objetivo: Sorprendente hallazgo, de 2000, construida con objetos relacionados con Nadja, y que fue objeto de un estudio de Gloria Feman Orenstein en el catálogo mejicano de 2003, y Pigall's: A la memoria de Louis Morin y de Marcel Duchamp, elaborada entre 1998 y 2000, y estudiada la cadena de coincidencias que la generó en este libro de Masayo Nonaka (Louis Morin era un artista del cabaret Le Chat Noir, muy admirado por Duchamp). Esta segunda obra se me escapó en mis artículos dedicados a los homenajes a Marcel Duchamp, pero ya está reproducida en su lugar correspondiente, así como A can "can-can" for Marcel Duchamp de 1998, y Picabia, Rrose Sélavy, de 2005:





Recordemos, aunque también esté reproducida, como Pigall's, en el folleto de Phares, la admirable obra dedicada a Nadja:


Concluyo con el homenaje en el número 5 de Le Bathyscaphe, a este artista que ha ido creciendo con el tiempo, ya que ni existe en las gruesas obras de René Passeron, José Pierre, Jean Paul Clébert o Keith Aspley y escapó por los pelos en el Dictionnaire général du surréalisme et de ses environs, siendo menos explicable que la británica enciclopedia internacional del surrealismo lo liquide en quince miserables renglones.



Alan Glass. Alumno de Alfred Pellan, Alan Glass realiza dibujos automáticos y cajas con objetos encontrados, considerándose surrealista y contactando con el grupo surrealista en París. Allí expone en 1958 en la galería de Éric Losfeld Le Terrain Vague (Alejandro Jodorowsky prefacia el catálogo), y allí aparece como uno de los presentes en la ceremonia de ejecución del testamento del divino Marqués, diciembre de 1959. Tras fructíferos viajes a Checoslovaquia, Grecia, la India y el Tibet, vive desde 1962 en México, donde trabó amistad con Leonora Carrington, Kati Horna, Alice Rahon.
Alan Glass es, con Joseph Cornell, el más importante creador de cajas poéticas. En 2001 expuso cajas y objetos en la galería 1900-2000, llevando el catálogo textos de Mimi Parent, Roland Giguère (el poema “Inventario infinito”), Leonora Carrington y Gloria F. Orenstein (refiriendo esta una interesante aventura de azar objetivo). En 2008, el Museo de Arte Moderno de Ciudad de México le dedicó la exposición “Zurcidos invisibles. Alan Glass. Construcciones y pinturas, 1950-2008”, que motivó un homenaje en el n. 5 de Le Bathyscaphe, apareciendo en los años siguientes un suntuoso libro sobre su obra, de Masayo Nonaka y una película en la colección Phares. Con motivo de esa retrospectiva, Alan Glass reafirmó su identificación con el surrealismo y evocó a André Breton como “el hombre más accesible del mundo. Me recibió calurosamente y en seguida propuso una exposición y le encargó a Benjamin Péret llevarme a la galería Le Terrain Vague”. Fue en la casa de Aube Breton donde vio en 1961 una de las típicas calaveras mejicanas de azúcar, que fue el señuelo que lo llevó a México: “Vine aquí por un año, luego regresé a Europa, pero ya no lo soportaba, porque lo encontraba todo pequeño, apretado. Vendí mis cosas y regresé a México”, donde a su justo juicio aún se puede vivir “a la sombrita, no en medio de todo lo que sucede ni asistiendo a todas las inauguraciones. Más bien prefiero estar apartado para ver las cosas con cierta distancia”.
En 2014, el n. 3 de L’Or aux 13 Îles dedicó a Alan Glass un lujoso homenaje, con textos de Alain Joubert, Leonora Carrington y Alejandra Pizarnik y muchas reproducciones, entre ellas la del objeto El festín de los Grandes Transparentes y la de la caja Hacia el oro del tiempo (tributo a André Breton).
"Cornell es como mi hermano, así como los surrealistas son mi familia. Ese es mi árbol genealógico."

La flauta de Rousseau, c. 1980

domingo, 15 de diciembre de 2024

Rimbaud y el surrealismo (fin)

Comienza el milenio con Jorge Camacho traduciendo las "Vocales" para las Ediciones Ptyx, acompañado el cuaderno de un dibujo y el comentario de la traducción:





En el catálogo de la exposición internacional del surrealismo organizada por Debout sur l'Oeuf  y celebrada en Coimbra en 2008, encontramos este tríptico de óleo y oro sobre tela realizado por  Anasor ed Searom y titulado J'ai seul la clef de cette parade sauvage, arrogante frase que cierra la iluminación Parade, en que, a juicio de Yves Vadé, Rimbaud refiere sus poderes a los efectos del magnetismo:


En 2014, el número 3 de L'Or aux 13 Îles incluye un trabajo de Mauro Placì sobre Rimbaud. Como mi maestro juvenil Octavio Paz decía, mejor citarse que parafrasearse, así que esto fue lo que al reseñar la revista escribí:

"La contribución extraordinaria de Mauro Placì a este número es un artículo capital sobre Rimbaud, y baste decir que si se hubiera publicado en tiempos de Mário Cesariny, ya yo se lo hubiera hecho llegar a su domicilio. “Rimbaud, modernidad por contumacia”, es un ataque necesario a la apropiación “moderna” del más salvaje poeta del siglo XIX, y que yo sitúo por encima de todos los de cualquier época. Mauro Placì denuncia el “festival de buena voluntad” que ha consistido en falsificar la obra de Rimbaud con miras a convertirlo en inofensivo, a aseptizarlo con el sello de lo “moderno”, cuando en Rimbaud esta noción, como demuestra Mauro Placì, aunque ya lo supiera quien no se haya querido engañar, es totalmente negativa. Huir de lo moderno, o socavarlo, es lo único que puede interesarnos, y Rimbaud es a la vez antimoderno y revolucionario, la negación absoluta del “confort” de Occidente, de sus principios fundacionales y ecuménicos y de todo conformismo. El admirable trabajo de Mauro Placì, sólidamente documentado, se abre con una valoración del “silencio” rimbaldiano, convertido por algunos en “verdadero acto de consagración de los sacrosantos valores modernos”, y refuta en seguida la lectura que hace Yves Bonnefoy de “Saldo” como la “liquidación de todas las esperanzas de Rimbaud” (lo mismo diría Jose Pierre, y con la misma intención de conducir el pensamiento rimbaldiano a una resignación final). El texto de Mauro Placì es capital porque viene a cercenar todas las interpretaciones que han privilegiado esa supuesta liquidación, prefiriendo apoyarse en unas palabras de René Char: “Rimbaud es el primer poeta de una civilización aún no aparecida”, a lo que Placì añade: “Esa civilización no es la nuestra y sin duda no aparecerá jamás”. ¿O es la civilización que ha intentado e intenta encarnar el surrealismo, en su desafiante postura, como era la de Rimbaud, de “un rechazo sublime, altivo y puro de todo compromiso”?"

Un célebre pasaje clave de Rimbaud, en La Graphicha de André Mimiague, 2019:


En 2020, otra impostura contra Rimbaud recibió esta declaración, impulsada por François Leperlier:



En el mismo año, Carlos Barbarito publica Materia desnuda, con ilustraciones de Víctor Chab; el poema "Rimbaud" puede leerse en este enlace, junto a los dedicados a Baudelaire y Mallarmé.

También de 2020 es este collage de Alberto Mayol, que no duda en incluir a Rimbaud en su "Tarot de los ases":


Y de 2022 el de Lou Dubois para la varias veces citada conferencia de Sarane Alexandrian sobre André Breton "descubridor y redescubridor de libros":


Concluimos con este "retrato encontrado" de Rimbaud, por Sasha Vlad (ya conocemos el de Sade, impresionante, y espero en un futuro dar a conocer el de Péret):


Lo dijo Louis Aragon en 1919 con palabras que me parecen siguen igual de vigentes: "Les œuvres de Rimbaud, Lautréamont et Jarry constituent l’expression suprême de l’art, de l’humour, de l’amour; elles seront les seules appelées à influer sur l’art à venir, tant que cet art conservera quelque pureté".

miércoles, 11 de diciembre de 2024

Rimbaud y el surrealismo (años 80 y 90)

Jean-Jacques Jack Dauben le pone a su exposición de 1989 un título que es un homenaje a Rimbaud, y Mário Cesariny lo celebra dedicándole su Noa-noa número 6:



En los años 90 aparecen en Alemania las Ediciones Rimbaud, al cuidado de su principal especialista en aquel país, Richard Anders, y aún hoy existe el Editor Rimbaud.

En 1991, Alain Jouffroy publica su libro André Rimbaud et la liberté libre, al que seguirá en 2002 Rimbaud nouveau. A ese mismo año corresponde el libro de Daniel del Valle Itinerario para emboscar laberintos, con este poema:

De 1996 es el admirable libro de Raúl Henao El virrey de los espejos, visto por Mário Cesariny como un "homenaje cumbre" a la obra de Rimbaud; la cubierta era de Sergio Lima, y una de las prosas poéticas llevaba epígrafe de Rimbaud, perteneciente a la demoledora iluminación "Démocratie":

 
De 1997 es esta pintura de Jacques Lacomblez, titulada J'ai embrassé l'aube d'été - Arthur Rimbaud, frase que compone el primer párrafo de "Aube".


Y del mismo año, el libro más fascinante de Georges Sebbag, cuyo primer capítulo, "Le saut du Baou", ya nos transporta al poema tal vez más enigmático de las Iluminaciones, "Devoción":

sábado, 7 de diciembre de 2024

Nuevo "Dreamdew"

Y ya se ha llegado al número 37. Prosigue y concluye el ensayo de Trost, y completa un sueño de Paalen. 




miércoles, 4 de diciembre de 2024

Lou Dubois, en Venus d'Ailleurs


Las ediciones Venus d'Ailleurs se apuntan otro tanto con esta publicación dedicada a Lou Dubois, que consta de veintiséis recientes collages acompañados por comentarios del propio artista, jugosos y clarificadores, pero que siempre dejan espacio para las averiguaciones y los ensueños del lector, cuyos ojos (siempre multiplicados en su obra) protagonizan la portada, como un bizarro antifaz sobre terciopelo negro.

El título, Le flacon dort et les cornues, es el que corresponde al primero de los collages, afirmándose en su comentario que "la búsqueda de la alquimia de las palabras y de las imágenes embellece maravillosamente noches y días", porque, en efecto, el juego de alto riesgo con las palabras es uno de los motores que inspiran todo lo que Lou Dubois emprende y lleva a cabo.

Como es habitual también, menudean las figuras o guiños a figuras del surrealismo y sus "alentours": Breton, Ernst, Tanguy, Moholy Nagy (recordemos la presencia de sus fotomontajes en Les mystères de la chambre noire de Édouard Jaguer), Jean Ferry (El tigre mundano), Marcel Duchamp (tanto él mismo como sus rotorrelieves), Man Ray, Chirico, Dalí (en un "collage paranoico"), Toyen, Félix Labisse, Unica Zürn, etc.

La inventiva de Lou Dubois es inagotable, y aquí hasta lo tenemos inventando una nueva técnica collagista:


*

Como, desde los tiempos de nuestro querido Sarane Alexandrian, tengo el privilegio de disfrutar de la amistad, en extremo generosa, de Lou Dubois, acostumbra agraciar los envíos que me hace con algún collage original dedicado expresamente. Sabedor de mi afición a las peleas de gallos canarias (hoy, por señal de tiempos miserables, en decadencia irreversible), me brinda ahora este collage que titula Muchos mulatos quizás recordando el envío que a veces he hecho a los conocidos distantes del folleto dedicado en 1915 a un legendario gallo fino tinerfeño llamado El Mulato. Pero a la vez me hizo pensar en seguida en el personaje con cabeza de gallo que aparece en el mejor largometraje de Jan Svankmajer, Los conspiradores del placer:


Añado que el buen aficionado a las riñas aspira siempre a ser tan bravo como su animal totémico, que no rehúye la pelea ni cuando está en las últimas, y que los habitantes de Los Llanos de Aridane (isla de La Palma), una de las poblaciones canarias donde más afición ha habido, desde hace siglos y hasta hoy mismo, se llaman entre ellos "gallo".

domingo, 1 de diciembre de 2024

LRS, n. 1, 1 de diciembre de 1924


Hace hoy exactamente cien años que aparecía el primer número de la más grande revista no solo del surrealismo sino de todos los tiempos, publicitada a su salida como "la revista más escandalosa del mundo". Con una tirada de 1.050 ejemplares, adoptaba en su portada la manera de las revistas científicas, y se desmarcaba por completo de las dadaístas al retirarle importancia a la tipografía para conceder toda relevancia a los textos y sus ilustraciones, con dibujos y muchas fotografías, en su mayoría anónimas.

En la portada, provocante y proclamativa, un fotocollage en tridente obra de Pierre Naville, y al abrir la primera página, el anuncio de la inminente revolución surrealista (con un pez de Chirico) y un editorial de Boiffard, Éluard y Vitrac acompañado (sin identificación) de El enigma de Isidore Ducasse, de Man Ray, sugiriendo un cuerpo vivo y en íntima relación con el texto.

En la segunda página se anuncia la encuesta sobre el suicidio y en la tercera ya tenemos una de las corrientes que atraviesan el surrealismo hasta el presente: el relato de sueños, con muestras de Breton, Chirico y Renée Gautier acompañadas por un dibujo de Max Morise. Los "textos surrealistas" que siguen son de Marcel Noll, Robert Desnos, Benjamin Péret, Simone Breton, Georges Malkine, Paul Éluard, Louis Aragon, J.-A. Boiffard, Francis Gérard y Max Morise, y el dibujo, sin título, es de Chirico (se trata de La aparición del caballo). También se incia en este número el hábito de reproducir de la prensa noticias o "faits divers", objeto incluso de un volumen, por Masao Susuki, de la colección "Surréaliste" editada por Georges Sebbag; los predominantes aquí son los que tienen por tema el suicidio.

De los ensayos, enumeremos el de Max Morise sobre la imposibilidad de una pintura surrealista, que va a generar la respuesta capital de Breton (acompaña estas páginas un dibujo de Masson que aparece por error al revés); el de Delteil sobre el amor (penoso, y violentamente respondido por Breton en el número 4 de la revista, porque con el amor no se juega); el de Aragon, gran ensayo sobre el objeto, y en concreto sobre las máquinas inútiles, "La sombra del inventor" (título chiriquiano); y el de Pierre Reverdy "El soñador entre las murallas", reflexión sobre el sueño y el acto poético. Aragon reseña Antabase de Saint-John Perse y deja una nota sobre Germaine Berton, a quien se dedica la página más potente del número, la extraordinaria declaración por la imagen en que la heroína surrealista aparece rodeada por los surrealistas y el único texto es una célebre cita de Baudelaire: "La mujer es el ser que proyecta la mayor sombra o la mayor luz sobre nuestros sueños"; por su parte, Éluard reseña el flamante Manifiesto del surrealismo

La portada enumera a los ilustradores: Man Ray (aparte la señalada foto, la de los senos dobles y la de la cápsula con anillos de acero en vez de aceitunas), Chirico, Picasso (con una nueva metamorfosis de sus guitarras), Desnos, Masson, Max Ernst (una de ellas con unas sonámbulas), Naville y Morise. Pero hay una ilustración, entre las anónimas, que nos vale para cerrar en slapstick esta celebración centenaria. Acompaña, creo que premeditadamente, el ensayo de Aragon, tratándose de una foto del rodaje de la película que lanzó decisivamente a Buster Keaton, One Week, de 1920, con una casa desmontable monstruosa y la típica catástrofe final. En el minuto quince (aquí tenemos el enlace), podemos ver la secuencia en cuyo rodaje se hizo la foto, con Sybil Seely y Keaton (en la página 112 de Le regard de Buster Keaton, de Robert Benayoun, erróneamente viene una imagen similar del cuarto de baño como si perteneciera a The Elecric House, que por cierto acababa de estrenarse pocas semanas antes de que apareciera La Révolution Surréaliste).