miércoles, 2 de septiembre de 2015

Al día



En el Museo Barjola de Gijón, tiene lugar hasta el 27 de septiembre la exposición “Objetos revelados”, con objetos encontrados y reconstruidos por Enrique Carlón que fotografía Mara Herrero.
http://www.museobarjola.es/es/detalleexposicion.asp?id=244

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Merecen señalarse también la exposición de art brut en Praga y Hauterives (Palais Cheval) y, en Viseu (Portugal), la titulada “Arte Nostra Damus”, ya que participan en ella siete colaboradores de la sección Cabo Mondego del surrealismo portugués: Rik Lina, Miguel de Carvalho, Seixas Peixoto, Alberto d’Assumpção Alexandre Magno, Cristina Vouga, Vitor Zapa y Luís Morgadinho.

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Una amplia antología de la obra poética de Hervé Delabarre acaba de publicarse con el título de Prolégomènes pour un ailleur. Va de 1962 a 2010, e incluye inéditos. El prefacio es de Christophe Dauphin y el postfacio de Jean-Pierre Guillon.
Al igual que decimos hoy de Guy Cabanel y Jean Terrossian, Hervé Delabarre es un nombre fijo de la constelación surrealista desde hace medio siglo. Todos ellos ya participaron en La Brèche, años 60. ¡Admirable!
http://www.leshommessansepaules.com/auteur-Herv%C3%A9_DELABARRE-320-1-1-0-1.html

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También en Rêve à Deux, acaba de aparecer otra selección de Sotère Torregian: Surreal adventurer. Poems, texts, other interludes, con doce dibujos de Brian Lucas. Incluye más poemas a Arshile Gorky (Torregian tiene ancestros armenios), un largo homenaje a Cartier-Bresson y la “nota onfálica” a Terre de diamant de Marie Wilson y Nanos Valaoritis, que apareció en el n. 2 de Hydrolith.
Torregian afirma que el surrealismo sigue siendo su “perspectiva”. Pero, por desgracia, nos encontramos con un poema de 2009 encabezado por un epígrafe de Breton y otro de... Pablo Neruda, conocido agente de la Kgb en América Latina, y en medio de un poema de 1995 celebra el 35 aniversario de la “revolución cubana”, o sea de la dictadura castrista. Hay más perlas, como cuando alude a “la causa de la liberación marxista-leninista de África”, o cuando lo vemos de pronto evocando al camarada Mao, uno de los mayores asesinos en masa del siglo pasado, si no el mayor. De ahí que el descubrimiento de Sotère Torregian me haya interesado, pero no entusiasmado, por muy gran poeta que sea.

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He aquí una nueva publicación de Zuca Sardan. Las sextillas son 66, y las acompañan tres dibujos. Las cubiertas de Vento Norte Cartonero son elaboradas a mano por un equipo de colaboradores que recicla con tijeras, pinceles, tinta y mucha creatividad el cartón recogido en las calles, casas y comercios de Santa Maria. Por supuesto, quien pinta la de Xorok Kopox es el propio Zuca. 

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Ha sido una idea muy meritoria la de Javier Gálvez recordando con una de sus ediciones de El Ojo de Buey a Jorge Kleiman, quien durante su residencia española colaboró con el grupo surrealista madrileño hasta el punto de incluso formar parte de él. Kleiman murió en 2013, pasando su desaparición desapercibida, a pesar de que se trata de uno de los máximos pintores argentinos contemporáneos.
El homenaje se compone de una serie de retratos realizados por Gálvez y de una selección de los “pintamientos” del artista aparecidos en Salamandra.


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Un libro muy interesante salió el año pasado en Les Presses du Réel. Se titula Le splendide XIX siècle des surréalistes y consta de muchos trabajos de uniforme calidad, cuyos títulos darán una idea al lector:
“Sobre una imaginería mágica. André Breton, Max Ernst y la «espléndida ilustración» del siglo XIX”, por Étienne-Alain Hubert, autor de muchos excelentes trabajos sobre el surrealismo y uno de los encargados de las obras completas de Breton.
“Del pasaje del «Cosmorama» al pasaje de la Ópera: Aragon soñando en el París de Balzac”, por Robert Kopp.
“Víctor Hugo y el surrealismo”, por Vincent Gille, en una versión de un texto ya conocido.
“En las fuentes de Una semana de bondad, novela-collage de Max Ernst”, por Henri Bordes.
“Max Ernst, actor e inspirador en el cine”, por Dominique Païni.
“La novela popular francesa vista por los surrealistas”, por Daniel Compère.
“Duchamp con Mallarmé”, por Thierry Davila.
“Marcel Duchamp, héroe melvilliano”, por Scarlett Reliquet, que se centra, por supuesto en el parentesco con el escribiente Bartleby.
“Relectura y apropiación de Charles Fourier por el surrealismo. 1945-1965”, por Fabrice Flahutez.
Au rendez-vous des amis en la tradición temática del retrato de artistas en grupo”, por Alain Bonnet.
“«Caspar David Friedrich, pintor de la angustia romántica». El surrealismo y la herencia romántica alemana”, por Julia Drost.
“Antes de Freud. Hervey de Saint-Dennis, Alfred Maury y discurso onírico pre-surrealista”, por Stefanie Heraeus, quien, dando muestras de evismo crítico, no nombra ni una sola vez Le surréalisme et le rêve.
“Tres fotomontajes de Dora Maar”, por Victoria Combalía.
“Odilon Redon, un precursor surrealista controvertido”, por Marlen Schneider.
“Los fumistas entre ellos. El surrealismo y las artes incoherentes. Marcel Duchamp y Alphonse Allais”, por Annabelle Görgen-Lammers, quien hace un trabajo magnífico, enfocando al incomparable Allais en su hidropático contexto y en sus lazos ántumos y póstumos con el surrealismo.
Falta de tiempo me impide reseñar este volumen como merece.

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Viviendo entre 1873 y 1906, y coincidiendo con Alphonse Allais, sobre quien escribió, Alfred Jarry es uno de los nombres que mejor señalan la transición entre los dos siglos. Referente máximo del surrealismo, Jarry sigue inspirando a los surrealistas, como puede apreciarse en este flamante collage de Alex Januário, titulado Jarry y la visión ardiente.