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Guy Ducornet y John Welson, 2013 |
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Ante el dolmen de Pentre Ifan, Gales |
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Jean Schuster, Guy Ducornet y Édouard Jaguer |
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John Welson, Portrait of the Jazz Dancer (for Guy Ducornet), 2014 |
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Guy Ducornet y John Welson, 2013 |
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Ante el dolmen de Pentre Ifan, Gales |
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Jean Schuster, Guy Ducornet y Édouard Jaguer |
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John Welson, Portrait of the Jazz Dancer (for Guy Ducornet), 2014 |
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Ladislav Novak, Mon ami Éduard Jaguer comme Ramsès XXIII, 1979 |
La conexión con Guy Ducornet la establecí, como otras muchas, gracias a Édouard Jaguer, quien de manera incomparable ponía en contacto a personas muy distantes del surrealismo y sus entornos. Fue motivada por la preparación de Surréalisme & athéisme, en donde Ducornet iba a reproducir al manifiesto antirreligioso À la niche les glapisseurs de dieu! seguido de nuevas firmas. En mi primera carta, junto a la aquiescencia de mi nombre, le envié mi libro de fotos Disparos del archibrazo, como he hecho con muchos otros amigos del surrealismo. Su respuesta interesa por lo que dice acerca de su propia actividad fotográfica, tan sin pretensiones como la mía, pero también me habla de Rikki e inicia su leitmotif de invitarme a Francia, que yo sabía nunca se haría realidad, porque para aquel entonces yo ya no viajaba a parte alguna, hasta 2016, en que reanudaría los viajes portugueses, ahora más breves y melancólicos; también me cuenta que todos los años viaja con Ghislaine a una isla y que Tenerife puede ser la próxima. Esta carta va acompañada de una serie de fotos que reproduzco y que llevan por detrás un título y una fecha, legibles en la carpeta encima de cada una. La que reproduje el otro día, tocando el saxofón, ponía: "Para Miguel, en amistad jazzística y surrealista", porque le he revelado también mi pasión por los blues y por el jazz. La de su parafernalia percusionista funcionaba como apertura: "À l'ami MPC, quelques petites images du temps qui passe". Y cierra con una magnífica instantánea de obras propias, tan peculiares, en su apartamento.
Dos días después vuelve a escribir, muy contento por haber descubierto que el sobre contenía también la traducción que hice en la prensa tinerfeña de un largo pasaje de Les parasites du surréalisme (reproducida en este enlace). Me dice que ha estado con Sergio Lima y me anuncia su exposición en Galicia. Entretanto, ha muerto Édouard Jaguer, y como él alude a su contribución al homenaje que le dedica Infosurr, también lo reproduzco aquí, a continuación de esa carta, que es del 13 de julio de 2006. Se celebra por entonces en Tenerife el congreso Surrealismo Siglo XXI, al que debería haber acudido Jaguer pero en el que estuvieron nada menos que Jorge Camacho, Sarane Alexandrian, Sergio Lima y Georges Sebbag y en el que sin lugar a dudas hubiera estado el propio Guy Ducornet de yo haber conectado antes con él.
La carta siguiente, de agosto, muestra que ya lo he invitado a venir a Tenerife, para conocer no solo los parajes bretonianos sino la más secreta cordillera de Anaga. En esta carta habla de André Breton y refiere datos de su vida (como estudiante, en Nueva York, en la Argelia independiente años después de haber desertado del ejército, en Canadá, con el grupo surrealista de Chicago, como ceramista, etc.).
Otra misiva da noticia de su exposición veraniega en Villers-Cotterêts, y de agosto es la carta con las gallinas, porque yo debo haberle hablado de mi afición a las riñas canarias de gallos; las pullas religiosas nunca faltan en este violento anticlerical, aflorando a cada momento. Por fin, la carta del 8 de septiembre comenta que no vendrá ese año a Tenerife por falta de dinero y nombra por primera vez la isla de El Hierro, que le he sugerido visitar porque envié a Sergio Lima muy poco antes viniendo deslumbrado de ella (allí fue con la fotógrafa surrealista Fátima Roque y la ceramista Célia Cymbalista, a quien estaba unido entonces). También le he hablado del genocidio europeo con los indígenas canarios, y Ducornet era muy sensible a todas estas cuestiones coloniales: "Siempre la misma historia de crucifijos sangrientos, de sables y de oraciones, de abominable explotación en nombre del dios de mierda".
En busca hace pocos días de una nota sobre Nicole Pierre que había aparecido en la página de Infosurr, con vistas a dar algunas aportaciones solicitadas, deparé que se me había escapado la noticia del fallecimiento de Guy Ducornet, que fue un entrañable amigo y un aliado de primer orden en las bregas surrealistas entre el año 2006 y 2018, cuando se sumió en las tinieblas. Extrañado por su silencio, solo obtuve la respuesta parisina de una enfermedad que había afectado a su cerebro poco después de que me comentara que varios problemas lo habían llevado a consultas médicas de las que, con la habitual incompetencia de los señores de las batas blancas, había salido con visto bueno.
Nuestra amistad culminó con una visita suya a Tenerife, en compañía de su magnífica mujer, Ghislaine, de la que volvió impactado, sobre todo por la estancia que les sugerí y facilité en la isla de El Hierro. Esto lo refiere en las cartas que guardo de él y que he decidido ir publicando en próximas entregas, porque son de un gran interés como autorretrato de su fascinante, avasalladora personalidad, y dicen mucho acerca de la potencia que aún anida en el surrealismo (o que aún anidaba, por aquel cercano entonces).
Guy Ducornet es incluso una presencia cotidiana en mi vida, ya que en el pasillo de la casa en que vivo (no digo mi casa porque siempre he sido un inquilino itinerante) hay tres collages suyos enmarcados (y no hay otros) por los que paso todos los días como si los tuviera allí recién colgados.
Baste por hoy con la semblanza de Caleidoscopio surrealista y esta foto suya tocando el saxofón jazzístico.
En 1971 daba a la encuesta sobre
“El surrealismo hoy” de la revista Gradiva
algunas de las respuestas más sólidas; por ese entonces, Ducornet participaba
en las actividades del grupo surrealista de Chicago, como luego hará en Phases.
“Aquí, en Occidente, la actividad surrealista individual y colectiva es cada
vez más necesaria si queremos sobrevivir en la escandalosa situación en que vivimos. Podredumbre – explotación –
desperdicio – consumo – dilapidación – tecnocratización – deshumanización –
colonización, etc. Toda intervención, sea insidiosa o vehemente, es necesaria.
El surrealismo vivo –y no una suerte de fósil cultural para museos– puede aún
ser una aventura sin límites, un descubrimiento y una afirmación de la
libertad, una agresión, una creatividad. Todos
los aspectos del surrealismo son importantes. Su papel liberador es total. No
está ligado a ningún medio de expresión particular.” Tras rechazar que el
surrealismo tenga que seguir la “evolución de la sociedad contemporánea” –lo
que le corresponde es cambiarla–, así como el surrealismo “folklórico” de los
“enterradores” y los “comerciantes”, lo define como “una manera de vivir”
(y no una “doctrina”, una “receta”, un “modelo” o un “humanismo”), contraria al
positivismo y al racionalismo y caracterizada por “la afirmación simple y dura
de la libertad”. “Hay que repetir que el surrealismo no es una doctrina
ni un partido. Es, entre otras cosas, un manojo de deseos, gavillas de
pensamientos, de tendencias libertarias, de movimientos creadores, de alientos
amorosos o fraternos, etc. Considero esencial que sea imposible el definirlo.”
En esta encuesta plantea Ducornet sin ambages la aspiración internacionalista
del surrealismo: “La internacionalización solo puede ser benéfica. En cuanto a
la base común, nosotros la tenemos.
Es aquella sobre la cual un individuo se coloca cuando se define libremente
«surrealista». No digo que él se coloque una etiqueta; digo que toma conciencia
de un deseo de libertad, de la presencia de un conjunto de factores subjetivos,
emotivos, históricos, culturales, políticos –la lista es ilimitada–, y reconoce
que otros siguen el mismo camino o caminos paralelos para alcanzar «la
verdadera vida» o sus fronteras…”
En 1992, Ducornet da la respuesta
del surrealismo a la fatuidad y memez de los universitarios y universitarias
yankis especialistas en el surrealismo, desenmascarando sus imposturas y
mentiras. Todos sus tópicos son puestos al desnudo en Le punching-ball & la vache à lait. La critique universitaire
nord-américaine face au surréalisme, luego retomado en Les parasites du
surréalisme. La critique
universitaire américaine versus André Breton, 2002. Como apéndice
actualizador, en el n. 62 de Infosurr
reseña un último petardo contra el surrealismo de la prolífica profesora Caws,
a cuyo nombre suma los no menos doctorales-execrables de Helena Lewis, Whitney
Chadwick, un tal Dr. Kuenzli, Susan Suleiman y la fatídica Georgiana Colvile
(sin olvidar los “inicuos cotilleos” de Mark Polizotti) como muestras de “la
impostura de una pretenciosa apropiación de
un surrealismo-mercancía por un sistema académico tentacular y organizado –bajo
pretexto de estudio, de saber, de avance de la cultura– en redes de propaganda
y de poder”.
En 2001, Ducornet publica el muy útil Ça va chauffer! Situation du surréalisme aux USA (1966-2001), y en 2007 el decisivo Surréalisme & athéisme (con una caja de Jean Benoît en la portada), donde se reafirma la postura antirreligiosa del surrealismo, sumando nuevos firmantes al legendario panfleto À la niche les glapisseurs de dieu! Ya en 2013, Ducornet publica Annandale Blues, fascinante evocación de su curso estudiantil neoyorquino 1959-1960, que, “literalmente, cambió mi vida”.
http://infosurr.net/guy-ducornet/
*
En próximas semanas, iré intercalando la correspondencia de Ducornet con los capítulos de un "Sade y el surrealismo" que no pensaba hacer dada la cantidad de información de que dispongo, pero que al final he optado por emprender.
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Venecia según Max Ernst, 1978 |
Murió en el mes de noviembre Breyten Breytenbach, figura asociada al surrealismo en particular por su relación con los surrealistas neerlandeses. Es autor de infinidad de libros con ediciones en muchas lenguas (como podrá apreciar quien consulte IberLibro), y disfruta de una entrada breve pero fiable en la Wikimierda.
Doy la entrada de Calidoscopio surrealista, seguida de la apelación de Surréalisme, el poema de Mário Cesariny en Brumes Blondes (admirable, peso al inicio poco prometedor, ya que todavía estoy esperando a quien me demuestre que haya existido o pueda existir un gobierno "verdadero") y en pdf su libro clave para el surrealismo, Sinking ship blues, que es uno de los más costosos de obtener.
Sylvain Itkine (1908-1944).
Poco puede añadirse, en lo esencial, al artículo que Édouard Jaguer dedica a
Sylvain Itkine en el Dictionnaire général du surréalisme et de ses environs:
“Miembro del grupo Octubre, funda en 1937 su propia compañía teatral, El Diablo
Escarlata [nombre tomado de la comedia de Synge The Playboy of the Western World, por la que Breton incluyó a este
dramaturgo inglés en la Antología del
humor negro]. Es, con la iniciativa de este joven actor, la primera vez que
se puede hablar de teatro voluntariamente «surrealista» (el teatro de la
crueldad de Artaud procediendo de otra óptica), pues todo lo que emprende
Itkine estará estrechamente concertado con sus amigos del grupo y Breton en
particular; es por otra parte siguiendo una sugestión de este que Itkine decide
montar por primera vez Ubú encadenado, con decorados de Max Ernst, en la
Comedia de los Campos Eliseos (22 al 26.9.37), y El objeto amado del
mismo Jarry. Esta manifestación teatral fue por lo demás el pretexto para la
publicación de una plaquette-programa en la redacción de la cual tomó parte la
mayoría de los escritores y pintores del grupo. Después de la debacle,
reencuentra a Breton, Péret y sus amigos en Marsella, donde participa en
diversos juegos de los que el castillo Air-Bel fue el marco insólito. Regresado
a París en 1942, Itkine, trotskista militante, se une al poco tiempo a la
Resistencia; caído en las manos de la Gestapo y salvajemente torturado, muere
en prisión.”
Podemos añadir que Itkine comenzó
como actor de cuatro películas de Renoir, que firmó varios documentos del
surrealismo (entre ellos Du temps que les
surréalistes avaient raison), que la familia de este judío de origen
lituano fue masacrada por los nazis, y que Alain Paire le ha consagrado un
excelente artículo en Le jeu de Marseille, Musées de Marseille, 2003,
resucitando su persona de gran, extraordinaria nobleza.