martes, 12 de agosto de 2025

Rik Lina: automatismo y naturaleza

Al poco de traer a colación el automatismo de Rik Lina y Miguel de Carvalho, nos llega el catálogo de presentación de la exposición del primero al norte de Portugal, titulada "Historia natural", con apuntes interesantes de ambos sobre esta cuestión de permanente relevancia en el surrealismo.


sábado, 9 de agosto de 2025

Guy Ducornet, 2014 (1)

Una postal de Sedona, con recuerdos de los indios hopis y de Max Ernst y Dorothea Tanning, abre el año 2014.

La primera carta no tiene  fecha, pero se sitúa en estos primeros días del año, con relatos del reciente viaje americano (y ahora las muñecas kachinas) y más recuerdos y azares, aparte la constante actualidad surrealista (el almanaque de Brumes Blondes, y nuevas insistencias en el apaleado Courtot). Me retrata a Ghislaine al volante, y he de decir que, cuando estuvieron en Tenerife me quedé maravillado por sus dotes de conductora, ya que manejaba como si conociera la isla desde hace años, incorporándose en cuestión de segundos a la siempre atiborrada autopista del Norte; me explicaría que aprendió a conducir en el camión de su padre desde niña, y la considero el mejor conductor, masculino o femenino, que yo haya conocido a lo largo de mi vida. Como otra nota personal, el lector habrá advertido la insistencia de Ducornet en que los visitara en Francia (París o su casa del campo), pero por desgracia era una batalla perdida, ya que entre 2006 y 2016 nunca me moví de las islas (y a partir de 2016 solo lo he hecho para retornos portugueses, sin dar nunca ni un paso más allá de la frontera).

Del 27 de enero es la maravilla de carta manuscrita e ilustrada, hablando de París, de su práctica personal del automatismo, de Virginia Tentindó y de Alain Joubert. El 16 de febrero escribe con más collages a todo color, refiriendo la reciente estancia de Laurens y Frida Vancrevel en París y aludiendo a la presentación de Oblique Shocks con Michel Mourand a la batería, pero, por desgracia, de esa presentación, entonces en google, de lo cual me alerta, no hay ya ni rastro.

La carta del 12 de marzo, a la vuelta de su viaje a Holanda, es exaltante. Tras denigrar la "explotación espectacular del surrealismo", comentar la exposición de Meret Oppenheim en Lille y dejar unos finísimos apuntes sobre la pintura nórdica admirada en su viaje por Holanda y Bélgica, nos da un nuevo recital de radicalidad ideológica. Anuncia unas correcciones a un artículo que yo he escrito sobre Rikki, las cuales encabezan la siguiente carta, in medias res y comentando en algunos párrafos la reacción negativa de Jacques Lacomblez al almanaque de Brumes Blondes; acotaré que no me hizo entonces ninguna gracia la anécdota "provocadora" que cuenta de Lacomblez.

Por aquellas fechas, salía a flote en la prensa francesa el caso Blanchot, o sea el de su juventud fascistoide, tema que no podía escapársele. Pero sigamos con otra misiva excepcional, la datada en 26 de marzo. Me entero de su colección enorme de postales estereoscópicas, para luego iniciar una feroz diatriba contra las guerras y sus abominables trasfondos, en que vemos cómo ha mantenido incólume la violencia que anida en los orígenes del surrealismo. Era esa rabia contra un mundo inadmisible lo que estaba en la base de nuestra entente intelectual, tanto como el amor del surrealismo, y sus palabras sobre la importancia capital de las declaraciones colectivas del movimiento a lo largo de casi un siglo son definitivas. Veo en esta carta dos deslices: las atrocidades del estado belga en el Congo no son ninguna novedad para quien se haya leído Las tres erres de Mark Twain (aunque supongo que el asunto reemergía por aquellos días) y Oliveira Salazar ya había muerto cuando el cambio de régimen en Portugal (se confunde con Marcelo Caetano); pero esto es pecata minuta en una carta admirable, que él mismo define como un "largo desarrollo improvisado".

El 4 de abril vuelve sobre Blanchot, y da noticia de su habitual mudanza de Perís al valle del Loire. Por fin, la carta del día 26 del mismo mes, ya desde Puy-Notre-Dame, es curiosa por haberse conservado las preguntas que yo le formulaba. Nada diestro en la escritura del francés y del inglés, yo le solía chapurrear brevemente en esas lenguas. Interesante es su contestación, con pros y contras, a la valoración que le pido sobre Jimmy Gladiator.

GUY DUCORNET 2014 (1)

jueves, 7 de agosto de 2025

Bruno Montpied: un blog fascinante

Hace más de seis años llamamos la atención sobre el extraordinario blog de Bruno Montpied "Le poignard subtil", dedicado a tender “pasarelas entre el arte popular, el art brut, el art naïf, el surrealismo espontáneo y el arte inmediato”. Hoy ese blog, frente a tantos otros que han colapsado o se han ralentizado algo o mucho, persiste con perfecta salud, por lo que es preciso recomendarlo incesantemente.

Bruno Montpied marca su presencia constante en la revista del grupo surrealista de París Alcheringa, y mención especial merece, en el número 3, la presentación de cinco insólitos artistas populares, descubiertos en los rastros y lugares similares: Louis Carmeil (de profesión carnicero), Dominique Dalozo ("simbolista visionaria intimista"), Louis Delorme ("maestro de escuela tentado por el frenesí"), Armand Goupil ("pintor malicioso y secreto") y Gabriel Jenny ("un hombre inquietado por el Diablo"). Sin duda, mucho más interesantes que la legión de artistas bobos, engreídos y racionales que nos infligen hasta la inanidad los millones de galerías del planeta.

http://lepoignardsubtil.hautetfort.com/

alcheringa.revue@gmail.com

Armand Goupil, Corps nu/Cornue, 1962

martes, 5 de agosto de 2025

Richard Humphry

Richard Humphry, Bailarina ciega, 1966

El número 4 de la revista del Grupo Surrealista de París, Alcheringa, saca de la sombra a la figura de Richard Humphry, quien en los años 60 y 70 participó en algunas actividades del surrealismo británico. Sylwia Chrostowska le consagra el ensayo "Todo y su contrario", al que sigue un importante artículo de Jacques Brunius, "El jardín no tiene puertas", no recogido en su antología Dans l'ombre où les regards se nouent. Humphry participó en la exposición "The Enchanted Domaine", coordinada por Brunius en 1967, y, como señala Sylwia Chrostowska, las obras suyas que más nos interesan son las que se asocian a los paisajes selváticos visionarios de Max Ernst. En el enlace que damos, podrá apreciarse el contraste con muchas de sus restantes pinturas.

https://richardhumphry.com/

sábado, 2 de agosto de 2025

Sade y el surrealismo (1936-1940)

En 1936, la conferencia de Éluard en Londres, con motivo de la exposición internacional del surrealismo, incluye una exaltación del Marqués. Lévis-Mano la publica al año siguiente: L'évidence poétique

No solo esto, ya que en el mismo año aparece otra de las preciosas ediciones del surrealismo: Les mains libres, compuesta de "dibujos de Man Ray ilustrados por los poemas de Paul Éluard", y, de los nada menos que 54 dibujos, dos son retratos imaginarios del Marqués que prefiguran el famoso retrato con ladrillos de la Bastilla, un año posterior.



De 1939 es su dibujo Justine:


Pero no dejamos al Hombre-Rayo, ya que en los años de la guerra continuará sus reflexiones sobre el Marqués, recogidas en sus escritos sobre arte:







En 1940, André Breton le dedica un capítulo de su Antología del humor negro, seleccionando pasajes de Juliette, protagonizados por el entrañable ogro Minski; en la edición de 1950, Breton insertará un añadido sobre las "señales", de la célebre carta a Madame de Sade "L'aigle, mademoiselle":






1940 es un año fuerte, ya que Gómez-Correa, a la par que anuncia una traducción de Justine con estudio suyo, le dedica un brillante ensayo ("El Marqués de Sade o el amor considerado como un vicio espléndido"), publicado tres años después en el número 2-3 de la revista surrealista chilena Leitmotif (ver AQUÍ).

De otro de los grandes mandragóricos, Braulio Arenas, aparecería en 1948 su traducción, con prólogo, del Diálogo entre un sacerdote y un moribundo, en 1955, dentro de las Ediciones Mandrágora, la de los Estatutos de los Amigos del Crimen, y en 1957 este poema, incluido en El AGC de la Mandrágora:



Por continuar en Chile, en 1968 publicaría Mario Pellegrini, en traducción y con notas suyas, el citado Diálogo, con el prólogo de Heine ("Fantasmas", que había publicado Lely por vez primera en 1953) y "La evidencia poética" de Éluard. Esa fue la edición que se leyó en el ámbito hispánico, particularmente al coeditarla en 1980 en Barcelona y Buenos Aires la Editorial Argonauta.

martes, 29 de julio de 2025

Automatismo en la costa africana

A los visitantes surrealistas en la isla de Tenerife, tan prestigiada por Óscar Domínguez y sobre todo por la estancia bretoniana de 1935, acostumbro llevarlos a conocer la cordillera de Anaga, con parada obligatoria en el pueblo de Taganana y un paseo por la playa de arena negra del Roque de las Bodegas, desde donde hace siglos se exportaba vino de malvasía para algunos países europeos.

Al extremo de la pequeña playa, hay una formación rocosa conocida como Piedra de la Sal, tan desconocida que ni una sola vez es nombrada en la gigantesca enciclopedia informática, dato que acaba de sorprenderme. Tiene un pasadizo, y mismo al lado una de las rocas que baña el mar ostenta una enigmática espiral, guanche o neoguanche. Llevados de una súbita inspiración, Miguel de Carvalho y Rik Lina decidieron frotar sus lápices sobre una serie de hojas colocadas encima de la superficie rugosa. He aquí las dos que me regalaron:



La primera es obra de Rik Lina, y de ella emergió un personaje que me recordó a los de Baj.

La segunda es la de Miguel de Carvalho, con intervención collagista posterior, cuando estábamos en el Bar África, allí mismo, frente al mar. El drago que ha surgido lo vio como el drago (dragón) del Roque de las Ánimas, lo que merece una explicación. El Roque de las Ánimas, imponente, se encuentra al otro lado de la carretera, y es así llamado porque se escuchaban allí las voces de las ánimas de quienes habían muerto, hace muchos siglos, al intentar arrancar las orchillas, entonces tan preciadas para los tintes. Pero además, en el Roque abundan los dragos, que pueden verse desde lejos, diminutos pero a la vez inverosímiles.

Lamento no tener fotos mías de la Piedra de la Sal ni del Roque de las Ánimas, pero como ilustración tomo estas de la red:

Piedra de la Sal

Roque de las Ánimas y Piedra de la Sal

domingo, 27 de julio de 2025

Víctor Chab (1930-2024)

Con 94 años, desapareció en el pasado otoño Víctor Chab, una de las grandes personalidades del surrealismo en su proyección argentina. Muchas veces nos hemos referido a él aquí, y aunque baste con poner su nombre en el buscador para encontrar nutrida información, aprovecho para reproducir el artículo de Caleidoscopio surrealista, añadiendo la página que le dedicó Aldo Pellegrini a su exposición de 1970 en la Galería Gradiva de Buenos Aires. 

Víctor Chab,
Con la lluvia del embalsamador de piedras, 1966

Víctor Chab Otro alumno de Batlle Planas, el pintor Víctor Chab descubre el surrealismo gracias a su condiscípulo Juan Andralis, lee con entusiasmo a Breton y los poetas surrealistas y se entrega febrilmente al automatismo, como ya se aprecia en su primera exposición, que tuvo lugar en Buenos Aires en 1952. Forma parte luego del grupo Boa y del movimiento Phases. En 1962 inicia su Bestiario y comienza a dedicarse al collage –con óleo o acrílico sobre tela– de modo intenso (ya en 1954 había hecho algunos, así como “poemas encontrados”). En 1967, Pellegrini lo incluye en la exposición “Surrealismo en la Argentina” y dice de él en Panorama de la pintura argentina contemporánea: “Se destacó en un comienzo por tintas en las que mediante formas precisas, a menudo geométricas, componía un lenguaje de rara sugestión poética. Pasó luego por un breve período informal y en sus obras de los últimos años ofrece las imágenes de una fauna de pesadilla, realizadas con sin igual refinamiento mediante texturas (logradas generalmente con un fondo de collage), transparencias, matizados y gamas muy sutiles”. Especialmente poderosa es la obra desarrollada por Chab, artista inconfundible, en las últimas décadas. En 1970 participó en la muestra “Lautréamont 100 años”, siendo su interés por Lautréamont duradero, ya que de 1954 es un Maldoror (y de 1955 un Maldoror 2) y en 1994 expone como homenaje a Ducasse la Suite del Canto IV, compuesta por dieciocho tintas y con un gran texto de Juan Andralis recordando el impacto de Los cantos de Maldoror cuatro décadas antes y subrayando la fidelidad del artista al automatismo: “La práctica del automatismo confiere a Víctor Chab, en esta nueva etapa de su obra, una energía inaudita, que despelleja literalmente el soporte visual de la escena, donde el blanco del papel o de la tela actúa como una forma (una contraforma) impiedosa, luz de flash, restallante, enceguecedora”.

En 2002 se publicó en Buenos Aires un gran libro sobre él, con motivo de su retrospectiva (1947-2002) en el Palais de Glace bonaerense. En el catálogo, valiosos textos de Édouard Jaguer, Jorge Villacorta Chávez, Julio Llinás, Enrique Molina, Aldo Pellegrini y Juan Andralis. En una entrevista del mismo año, Víctor Chab afirmaba: “Mi pintura es automática”. A la vez, Floriano Martins lo entrevistaba en el n. 31 de su revista digital Agulha (“Víctor Chab: una trayectoria del surrealismo”), afirmando el artista su fidelidad al surrealismo y al automatismo. Transcribo dos pasajes de sumo interés: “Si bien los fundamentos del surrealismo están muy claramente expuestos en el primer manifiesto de 1924, a partir de ese mismo año se lo dio por muerto sistemáticamente por los espíritus idiotas que no vieron más allá de sus narices. El límite que Jean Schuster establece entre el surrealismo histórico y el eterno –con la muerte de Breton– es una violencia golpista y arbitraria y totalmente innecesaria. Carece de fundamento teórico”. “Yo concibo el arte de pintar como el camino de la gran libertad. De igual manera que transité por caminos distintos y opuestos, en la actualidad mi obra está fijada al desnudo femenino; el cuerpo de la mujer no tiene igual como cantera para las variaciones estéticas y me produce un placer sin límites. El surrealismo tiene la particularidad maravillosa de no basarse en un corpus técnico como el cubismo, el fauvismo, el neoplasticismo, donde los fundamentos están basados estrictamente en la descomposición de la figura (cubismo), la plenitud del color (fauvismo) o la geometría octogonal (neoplasticismo). El surrealismo nos abre las puertas a lo desconocido. Todas las formas y todas las técnicas pueden adscribirse a las fantasías más delirantes: figuración o no figuración, y todas las variantes de la reunión de los contrarios”.

Más recientemente (2013), Víctor Chab realizaba una serie de dibujos muy bellos, cuyo colorido alegre contrasta con el de sus cuadros más característicos, si acaso volviendo a algunos de los años 50, pero, paradójicamente, con más jovialidad y alegría. Y es que estamos ante un artista de esos pocos que han sabido mantener la inspiración viva a lo largo de una larga vida, sin repetirse, sin regodearse en los propios hallazgos, sin transitar senderos trillados por otros o por ellos mismos.

Muy interesante pintora es Gladys Gómez, la mujer de Víctor Chab, quien también ha participado en manifestaciones surrealistas, como la exposición “Derrame-Cono sur o el viaje de los argonautas”, celebrada en la Fundación Granell en 2005.


Víctor Chab, poema-collage

martes, 22 de julio de 2025

René Alleau, soñador definitivo

Las minas abandonadas de La Mancha, Dielette, 1975

Otra gran publicación sobre René Alleau, y nuevamente en Venus d'Ailleurs, aborda su obra gráfica, en particular la acuarelística. Como es la norma en estas ediciones, riqueza de reproducciones a todo color, esmero diseñístico (sobrio y a la vez muy rico, que eso es bien posible pero raro) y trabajos de uniforme y extremo valor. El apartado Alleau de una buena biblioteca surrealista no debe prescindir de este volumen, pero es que además es un soplo de vida para los actuales tiempos, tan difíciles y hostiles como otros cualesquiera, pero con la diferencia de que son los que nos tocan vivir.

El título, Rêveur definitif, es la expresión con que él designaba al pintor, o sea al verdadero pintor. Presenta el libro la hija de Alleau, quien a la muerte de su padre descubrió una enorme cantidad de pequeñas acuarelas y de manuscritos sobre ellas, que hacían pensar en un proyecto de tratado. La acuarela era para Alleau un "medio de componer sueños con el agua", una "forma de escritura que comporta un alfabeto de signos y de colores, inventados por el propio artista y que tienen significaciones diversas como un poema, un ensayo o una novela". No olvidemos que, en propias palabras de nuestro artista hermetista, el agua es "la materia misteriosa por excelencia".

El primer estudio es de Gilles Boucherie, y se titula "El filósofo en el paisaje". Explora los motivos más específicos de las acuarelas (rostros y castillos emergiendo de espacios vaporosos, sobre todo) y determina con justeza la ausencia del elemento fantástico, poco o nada exitoso en áreas surrealistas; A la vez, las acuarelas de Alleau son una investigación sobre técnicas antiguas y una "interrogación sobre nuestra percepción del mundo".

Patrick Lepetit, desde hace tiempo una de las más notorias y genuinas autoridades del surrealismo en todo lo que se refiere a su dimensión esotérica, se centra en los paisajes y los "arrière-paysages" en Alleau. Profundizando en su sentido cósmico, Lepetit nombra a Josef Sima, Víctor Hugo, John Constable y el arte extremo-oriental.

Sigue una entrevista de Yoan Armand Gil a Bernard Roger, que conoció bien a Alleau y nos ofrece un testimonio de lujo. Las principales cuestiones que se desgranan son la entrada de Roger en el surrealismo, su encuentro con Alleau, las figuras de Canseliet, Baskine y Hunwald, el Círculo Hermes, las tan influyentes conferencias de Alleau, la Bibliotheca Hermetica y por fin la propia pintura de su amigo. Aquí surgen otros nombres en que las acuarelas hacen pensar, como Turner, Moreau y Redon, pero yo extraño a lo largo del libro el de Strindberg, por sus óleos de paisajes y marinas.

David Nadeau, otro autor decisivo en los estudios sobre surrealismo y hermetismo aparecidos en el último par de décadas, se centra específicamente en el surrealismo de Alleau, cuyo compromiso con el surrealismo fue "profundo y duradero", en particular por lo que se refiere a la busca de lo maravilloso (no habría que dejar aparte el perfil de nobleza que lo caracterizaba), y señala como su principal aportación teórica al surrealismo el concepto de imaginal, la noción de un espacio-tiempo imaginal. Nadeau caracteriza sus paisajes de manera muy bella al final de su ensayo.

Más específico, pero bienvenido, es el trabajo siguiente, de Pierre Mollier, sobre heráldica y surrealismo, con los ejemplos de Marcel Jean, Jorge Camacho y Alleu en tándem con Philippe Audoin. De Camacho es su Heráldica alquímica nueva, aparecida en 1978, con prefacio de Canseliet, en Le Soleil Noir. De Marcel Jean, su heráldica en el almanaque surrealista del medio siglo, a la que he recurrido varias veces a lo largo de mis trabajos en este espacio sobre Apollinaire, Sade, Rimbaud, Kafka, Duchamp y otros; al disponer ahora de las versiones coloreadas, he procedido hace unos días a actualizar sus blasones, pero para una más cómoda visión, he aquí la página definitiva, en Rêveur definitif:


El último artículo es de Jean Viride, sobre Alleau y otro pintor hermetista, totalmente desconocido para mí, Louis Cattiaux, ambos "fieles a la vocación unitiva e iluminadora del arte medieval, tanto como a la videncia rimbaldiana".

Pero eso no es todo, ya que al final hay una serie de reflexiones y notas del amigo Alleau sobre el paisaje y la acuarela. Se desprende sin duda mucho de su afirmación siguiente: "Lo que me seduce en el paisaje es que ningún género de escritura o de pintura se presta menos al antropocentrismo y al narcisismo". Y tras hacer una disquisición sobre la semejanza del pintor y el alquimista, aún nos regala una embestida impagable a Picasso visto como una carpa monstruosa y a la pintura que idolatra lo perecible, por utilizar sus palabras. Un bello cuadro práctico de los colores, dos poemas y su respuesta a la exposición sobre arte y alquimia que hizo Arturo Schwarz en Venecia (cuyo catálogo me fue tan útil para el Caleidoscopio surrealista) redondean este volumen que apareció en 2023, escapándoseme entonces, cuando se trataba de una de las grandes publicaciones de ese año.


sábado, 19 de julio de 2025

París-Copenhague

De nuevo Xesús González Gómez nos incita a una serie de rápidas pesquisas en el dédalo surrealista. Nos envía el enlace del número 280 de los Cahiers du Sud, 1946, que se abre con una amplia antología del surrealismo realizada por un tal Claude Serbanne, más o menos acertada pero con los típicos prejuicios contra el automatismo y el carácter supuestamente "sectario" del surrealismo. Serbanne, según nos informa Mattias Forshage en su invalorable historia del surrealismo boreal, era un asociado del automaldenominado "surrealismo revolucionario", lo que explica mucho. Hay también, al final de este número de Cahiers du Sud, reseñas de Arcane 17 de Breton y de Le siège de l'air de Arp.

Claude Serbanne publicó al año siguiente una antología general del surrealismo, en lengua danesa. Pero el traductor era Steen Colding, una figura mayor del surrealismo en Dinamarca y a quien sin duda se debe el mayor rigor de la antología. La cubierta era de Wilhelm Freddie y en el interior se incluía una carta del artista a André Breton. Este libro aparece en mi cronología del surrealismo con el título de El hostigador de la duda, a nombre de Colding.

De una subasta de libros extraigo la de El hostigador de la duda junto a otra antología danesa, titulada El surrealismo actual. Poesía y prosa, editada por Finn Hermann en 1966 (ver enlace). Si uno siguiera esta sola información, dudaría del proyecto, ya que Louis Aragon en 1966 no es que formara mucha ni ninguna parte del "surrealismo actual", pero se trata en realidad de una antología general, como nos aclara Mattias Forshage:

"Finn Hermann compiles the surrealist anthology Aktuel Surrealisme, obviously in close collaboration with the French surrealist group, and in that sense an equivalent of the Swedish Spektrum anthology of the 30s. In comparison to that, Herrmann’s anthology is much larger and also broader, focusing on poetry but also including a substantial section of polemical or theoretical texts. To this date, this is the most substantial anthology of surrealism in translation in any nordic language. The poetic texts range from the 20s French classics (Aragon, Artaud, Breton, Crevel etc) over subsequent newcomers from different corners of the world (Césaire, Chazal, Heisler, Luca, Magloire St-Aude, Moro, Nougé, Paz, etc) to the most active at the time (Cabanel, Legrand, Mansour, Pieyre de Mandiargues, Schehadé, etc). The critical texts range from Breton classics to several pieces from recent journals and 31 from the catalog of the 1965 international surrealist exhibition L’Ecart absolu. However it is very remarkable that the international scope of the journal is the current limited outlook of the French group, with only some remarkable individuals from outside France, and strikingly, only one single contributor from the nordic countries, which is Wilhelm Freddie, represented with his entire collected lyrical production of three small poems… Hermann appears to be a openminded art critic with radical political views, but I have not been able to find much information about his personal relationship with surrealism and his other possibly surrealist activites, except that he participated in a Dutch surrealist exhibition in Velp 1967. Speaking of translations, Uffe Harder and Torbern Brostrøm translate classic French surrealist poetry into Danish in 7 franske digtere 1962, and Jørgen Sonne translates Lautréamont in 1969".

Pero aprovechemos para recordar a Steen Colding, magnífica figura del movimiento surrealista:

Steen Colding (1900-1979). Notable crítico, defensor e ilustrador del surrealismo durante nada menos que medio siglo. Desde 1935 (en que se enfrentó a los detractores de Freddie, como haría luego con los de Svanberg), y hasta 1967, sostuvo una columna de comentarios sobre el arte coetáneo, estableciendo además relaciones con figuras del surrealismo internacional, como Luca o Götz, en los años 40. En 1947 publicó el libro El hostigador de la duda, antología de poemas y textos surrealistas internacionales, que provocó una polémica en la prensa. En la introducción a este libro, reeditado en 1972, Steen Colding podía afirmar que “el conocimiento y la comprensión del surrealismo, ese movimiento de gran envergadura que se ha propagado por el mundo entero, es bastante limitado en Dinamarca”, donde ha concitado mayormente el ataque o la indiferencia, una actitud de “angustia” que para él se debe a “la conciencia de las fuerzas dinámicas que subyacen en el surrealismo, de su poder de hacer estallar todas las formas de vida humana conocidas (cualquiera que sea su forma de expresión), resultando de ello la aniquilación de la burguesía”.
Steen Colding colaboró en Rixes, L’Âge du Cinéma, Phases, Edda, TransformaCtion, Brumes Blondes, etc. En 1971 recopiló sus poemas y prosas poéticas en La risa que nunca se rió, con ilustraciones de Jacques Hérold, Ghérasim Luca, Svanberg, Freddie, Lacomblez, Philippe Collage, etc. Estos datos revelan su plena inserción en el corazón del surrealismo. En el catálogo de la exposición mundial de Chicago (1976), se notifica que, por enfermedad, Colding delega la organización de la participación danesa en el joven poeta y escritor Ulf Gudmundsen. Por entonces, en torno a Colding y a Georg Broe, funcionaba el grupo de Los Surrealistas.

Wilhelm Freddie,
El navío máquina de coser, 1939

jueves, 17 de julio de 2025

Annie Le Brun y la espléndida necesidad del sabotaje

Acceso libre a unas magníficas páginas sobre Annie Le Brun, quien, además, habla, entre otras cosas, de René Riesel y del gran Unabomber (al final, algunas de sus cartas, siempre con sus verdades como puños y su lucidez implacable, tan aborrecida y hasta odiada por todo el abanico ideológico).

Unabomber:

"Incluso si la mayoría de las personas de la sociedad industrial se declarara satisfecha, nosotros (Freedom Club) continuaríamos oponiéndonos a esta forma de sociedad, y ello (entre otras razones) por considerar degradante el hecho de esta pretender satisfacer la necesidad del proceso de poder con base en actividades sucedáneas o en la identificación con organizaciones, en vez de hacerlo con base en la búsqueda de objetivos auténticos."

"Las personas ansiosas por salvar la libertad sin sacrificar los supuestos beneficios de la tecnología no dejarán de proponer modelos ingenuos de sociedad, intentando reconciliar la libertad con la tecnología, cuando la libertad y el progreso tecnológico son incompatibles".

"Lo mejor es desembarazarnos de todo este sistema nauseabundo, asumiendo las respectivas consecuencias".

"Nuestro objetivo se limita a desmantelar la actual forma de sociedad".

https://chez.renart.info/Annie-Le-Brun-et-la-splendide-necessite-du-sabotage

martes, 15 de julio de 2025

LRS, n. 4, 15 de julio de 1925


El 2 de julio de 1925 tuvieron lugar los incidentes en el banquete de honor a Saint-Pol-Roux. El día 15 aparecía el cuarto número de La Révolution Surréaliste, ya con André Breton al mando y la ausencia de Antonin Artaud.

La portada lleva la proclama "Et guerre au travail", acompañada de una foto de Man Ray, la de un escuálido maniquí de la exposición de Artes Decorativas que se celebraba en París; quizás hubiera sido mejor alguna imagen más acorde con el carácter explosivo de la proclama.

El editorial de Breton, acompañado de un dibujo mediúmnico, es admirable, poniendo los puntos sobre las íes a algunas veleidades de Éluard, Aragon y Masson y situando al surrealismo "a las órdenes de lo maravilloso"  y contra "el abominable confort moderno".

Los poemas son de Éluard, y el segundo de ellos estaba caligrafiado en el muro de la casa de Yves Tanguy. Hay sueños de Max Morise y de Michel Leiris, y "textos surrealistas" de Philippe Soupault, Marcel Noll, Georges Malkine y Paul Éluard (el de Soupault añade notas importantes sobre Raymond Roussel y sobre Fantomas, y el de Malkine ocupó a Sarane Alexandrian en una página del capítulo que dedica a "Breton y el amor surrealista" en Les libérateurs de l'amour).

A continuación, un capítulo de Mort aux vaches et au champ d'honneur, inmortal obra de Péret, una nueva maravilla de Desnos ("La baie de la faim"), la continuación del Glosario de Leiris y una "Nomenclatura" de Jacques-André Boiffard.

Uno no sabe cuál habrá sido la reacción de los cándidos poetas de la Residencia de Estudiantes a la incendiaria conferencia proferida allí tres meses antes por Louis Aragon, parcialmente reproducida en este número, con su diatriba contra el trabajo y su exaltación del pensamiento artaudiano. Y es que en España todavía ni habían pasado por la triste celebración del centenario de Góngora.

El plato fuerte del número, en un plano teórico, es el arranque de "Le surréalisme et la peinture", de Breton, exponiendo el concepto de "modelo interior". ¡Y qué arranque de ese arranque, con el postulado "El ojo existe en estado salvaje"! 

En el capítulo de Exposiciones, Max Morise embiste contra la involución de Chirico, y en el de Correspondencia Breton fulmina a Joseph Delteil.

Picasso se lleva la palma de las ilustraciones, nada menos que con cinco, una de ellas Las señoritas de Aviñó, que se reproducía por primera vez. Pero más significativas son las dos de Max Ernst, con dos piezas decisivas: la de los dos niños amenazados por un ruiseñor y La révolution la nuit. No menos "clásica" es la de El cazador, de Miró, mientras que de Masson, la estrella artística del número anterior, solo está La armadura, que perteneció a Breton. Hay otras de Chirico, Pierre Roy y Man Ray, más una bella foto de la mujer de Saint-Pol-Roux, Divine, en la costa bretona, con una gaviota posada sobre su cabeza.

LRS, 4

Max Ernst,
Pietà ou La révolution la nuit (1923)

jueves, 10 de julio de 2025

Guy Ducornet, 2013 (2)

Encontrado en un sobre de 2013, esta noticia de unas lecturas de 2007 en el desaparecido Musée de l'Érotisme lleva una sabrosa acotación suya contra una de sus bestias negras:



Abre el segundo pdf del año 2013 una postal para anunciarme el regalo del libro de fotos de Rodolphe Hammadi Paris surréaliste, y la reflexión sobre la herencia de la fotografía surrealista (nombrando a Man Ray y Brassaï) la ilustra con una de sus propias fotos callejeras, que ha titulado Rhapsody in Blue, viejo estándar jazzístico.

La carta del 10 de marzo, con el collage de la Place André Breton, se centra en la reciente publicación de los dos tomos de Invisible Heads, que describen la trayectoria de los surrealistas americanos que se desligaron del grupo Arsenal. Ducornet toma el partido de su amigo Franklin Rosemont y da sus razones, discrepando cordialmente de la reciente reseña de Laurens Vancrevel en el número 98 de Infosurr (la suya aparecería en el 101). Mi punto de vista sobre esta cuestión lo expresé sucintamente en una reseña de la revista, y estaba más cerca de Vancrevel que del suyo.

El 4 de abril me envía dos imágenes de la exposición Histoires 100 Paroles, con fotos de sus encuentros en la galería con Alain Joubert, Joël Gayraud y Dominique Rabourdin.

A partir de aquí me enfrasco en un cierto laberinto de cartas sin fecha, que ha sido un rompecabezas ordenar de modo aproximado. La primera la abre respondiendo a una cuestión mía sobre los firmantes del manifiesto antirreligioso de 1948, antes de contar por escrito lo que me había contado a mí en Tenerife: la maravillosa anécdota de su visita a la tumba de Torquemada, en la que escupió ante los ojos atónitos del monje que lo había guiado allí. Comienza aquí a desarrollar su berrinche contra "ese cretino de Claude Courtot", aún limitado a su rastrero ataque a Édouard Jaguer y Anne Éthuin, que ya me había indignado a mí. Alude a un collage de título Bienvenue à l'Orotava!, que tengo la desgracia de no conocer. Y anuncia su viaje a S. Paulo y los Estados Unidos, para participar en la exposición sobre el libro objeto organizada por Sergio Lima y para presentar Annandale Blues.

La del 29 de julio de 2013 informa del proyecto del almanaque de Brumes Blondes, que pronto vería la luz, y entra ya a fondo en el asunto Courtot, adicionándome las cartas que ha escrito al propio Courtot (¡admirable!), Gérard Roche y Jerôme Duwa, para señalar su renuncia a formar parte del comité de la Asociación de los Amigos de Benjamin Péret, por no querer sentarse a su lado, y más que por las sandeces acumuladas en su miserabilista "Pseudocrónica de una desventura antisurrealista", por haber manifestado allí la alegría y el entusiasmo que le habían producido la matanza de las llamadas Torres Gemelas y su odio hacia todo lo norteamericano. La siguiente, no datada, retoma la cuestión de su carta de dimisión, señala el carácter valiente y novedoso del libro de Melanie Nicholson sobre el surrealismo en Latinoamérica, reivindica la obra literaria de Rikki, etc.

En la siguiente, tampoco datada, describe de nuevo, con tintes poéticos, el Loire Valley, donde pasaba parte del año, en medio de la naturaleza. Evoca fugazmente un conflicto con el grupo de París, a cuenta de Pierre Sabourin, y lo considera superado, el distanciamiento de Marie-Dominique Massoni permitiendo ahora aproximarse a ellos. Refiere haber sido invitado a la exposición local "Le bestiaire enchanté", a la que aportará obras de su propia casa, de artistas como Max Bucaille (of course!), Jorge Camacho , Wifredo Lam, Philippe Collage, Toyen, Zydron, Silbermann, Cruzeiro Seixas, Rikki, Philip West, Revilla, Anne Éthuin, Penelope Rosemont, Guy Girard, Ody Saban, etc. La de cinco de septiembre aludirá a la instalación del bestiario, pero las imágenes que en la postal un día posterior me dice ha enviado, no las localizo o no las bajé del correo. La deliciosa matraquilla de Courtot prosigue en esa carta y en la del 9 de septiembre, que es una pura burla. Sale el trotamundos para el continente americano, donde estará hasta principios de octubre, y desde donde me mandará la postal de las Torres Gemelas. 

Ya en octubre, hay dos cartas sin fecha, pero ubicables porque la exposición de Joseph Cornell en Lyon, reseñada por él en el número 110 de Infosurr, se inauguraba el día 18 de ese mes. Una de las cartas, con el sello de El Hierro, es manuscrita, y la otra (a la que quizás falte la segunda parte) vuelve sobre Courtot, pero también da cuenta de su visita a la casa de Víctor Hugo, donde se celebraba la también bella exposición sobre el gran poeta y los surrealistas. Encanta el entusiasmo de Ducornet por la obra cornelliana, y encanta la valoración que hace de ella.

El 26 de noviembre me manda media docena de billetes postales de gran tamaño, repletos de motivos parisinos, de los que me limito a reproducir uno, y el 17 de diciembre partían él y Ghislaine de nuevo para los Estados Unidos.



sábado, 5 de julio de 2025

Sade y el surrealismo (1932-1934)

En 1932, Toyen (con quien volveremos a encontrarnos) ilustra para las Ediciones 69 Justine:




En el mes de julio, Styrsky, interesado por Sade desde los años 20, visita Lacoste y narra sus impresiones en un gran ensayo, La tierra del Marqués de Sade, aparecido al año siguiente con una serie de fotografías:



Styrsky no concluyó un libro sobre Sade que iba a titular El ocupante de la Bastilla. Solo completó los primeros cinco capítulos, cubriendo los años 1740-1767; el primero, "Leyendas y antepasados", lo publica en 1931, pero habrá que esperar a 1969 para que Frantisej Smejkal dé a conocer los siguientes. Ya en 1937 pintará Gift que él consideraba un retrato de Sade, tal y como Breton había considerado la imagen daliniana que veíamos en la anterior entrega:


Retomamos Le Surréalisme au service de la Révolution, porque en la sección final del número 5, aparecido el 15 de mayo de 1933, nos encontramos con el célebre Monumento a D.A.F. de Sade de Man Ray, hecho para una edición de Los 120 días de Sodoma (añado dos fotos del colgante que hizo a principios de los 70, la segunda con Juliette ostentándolo):




En este mismo número, Maurice Heine publica la cuarta parte de su "Actualidad de Sade", con su largo ensayo "De Justine a La nueva Justine a través de las hojillas inéditas", y en el siguiente, aparecido simultáneamente, Maurice Henry propone suprimir la Plaza de la República y colocar en su centro una estatua de Sade prohibiéndose la entrada a la nueva plaza.

1933 es un año espectacular, ya que, a la vez que prosigue con toda pujanza la revista del grupo, surge Minotaure, en cuyo número inaugural Maurice Heine publica "Dramaturgia de Sade". Ese mismo año, Heine da a la luz en la NRF "El Marqués de Sade y la novela gótica", del mismo modo que ya en 1936, en el número 8 de Minotaure, aparecerán las "Miradas sobre el infierno antropoclásico", con un diálogo entre las sombras de Sade y de Jack el Destripador.

Pero más aún: el infatigable divulgador y explorador del Marqués le dedica en Documents 34 un homenaje poético:



Cerramos este capítulo con Camille Bryen y El fantasma cotidiano de Sade, de 1934, fotografiado por Raoul Michelet en L'aventure des objets, 1937. El propio Camille Bryen ha hablado de este objeto "semiautomático" :


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