martes, 25 de noviembre de 2025

Walter Grab y el surrealismo suizo

Walter Grab, Bodegón surrealista, 1947

Muy desfasado ha quedado el capítulo que dediqué al surrealismo suizo en Caleidoscopio surrealista (aparte de incluir la errata gruesa de Kurt Schwitters en vez de Kurt Seligmann). Entre los artistas suizos cercanos al surrealismo, merece al menos añadirse el nombre de Théo Gerber, asociado a Phases, y suizo aunque nacido en París era el también phasiano Gérard Vulliamy (este, tratado en el capítulo francés). El grupo Le La merece un desarrollo amplio, y en particular la figura de Dubret, que ha seguido publicando obras interesantes. Por fin, al reseñar hace dos años el número 63 de Infosurr, llamamos la atención sobre Otto Schumi y Walter Grab, al segundo de los cuales vale la pena hacer una nueva referencia, basada en las dos notas de dicho boletín en que Stephen Hauser ha aludido a él, la segunda de ellas en el número más reciente, el 175, motivada por una exposición en un museo alemán.

Walter Grab nació en 1927 y murió en 1989. Autodidacta, estuvo en París de 1948 a 1950, contactando con André Breton. A su vuelta a Suiza, fundó el grupo Phoenix, en el que estuvieron Kurt Seligmann, Edgar Ende, Otto Tschumi y Ernst Maas. En 1952 participó en la significativa exposición "La pintura surrealista en Europa" que tuvo lugar en Sarrebruck y que, organizada por Jené, contó en su catálogo con un breve texto de Breton.

En 2022 se publicó un catálogo sobre él, con 464 páginas y 1268 ilustraciones, por lo que pasamos de desconocer a Walter Grab a conocerlo perfectamente... al menos quien se haya agenciado con ese catálogo "razonado" que cuesta la friolera de 120 euros más los ya inadmisibles gastos impuestos de poco acá por los ladrones de los servicios de correos estatales. Muchas de las pinturas que hemos visto de él, así como curiosos collages con textos dadaístas, nos lo hacen sugestivo, y una amplia muestra puede verse por ejemplo en este enlace.

Walter Grab, Animal maravilla de la noche, 1964

Stephen Hauser cita en su reciente nota de Infosurr esta Oda al Marqués de Sade, que ya he incorporado a su lugar correspondiente en el relato cronológico dedicado al Marqués y el surrealismo:

Walter Grab, Oda al Marqués de Sade, 1952

*

La pintura que encabeza esta nota lleva por título Surrealistisches Stillebem, y me trajo en seguida al caletre el poema de Emeterio Gutiérrez Albelo "Stillebem", uno de los que componen su fascinante poemario surrealista de 1933 Romanticismo y cuenta nueva, que llevó ilustración colorida de su paisano Óscar Domínguez. No sé por qué el caprichoso Gutiérrez Albelo tituló en alemán este bodegón surrealista, pero sin duda que compartía con Giorgio De Chirico la preferencia por el término "still life", "vida silenciosa de los objetos", o "vidas silenciosas", al de "naturaleza muerta".


viernes, 21 de noviembre de 2025

Ludvik Svab

Con Marie-Dominique Massoni, 1991 (foto de Stuart Inman)

Acaba de publicarse un libro clave, sobre Ludvik Svab, figura capital del surrealismo checoeslovaco. Había aparecido en 2017 en la lengua de Toyen, pero ahora disponemos de traducción a la lengua de Ambrose Bierce.

Aunque extrañamente no forma parte de la antología de Petr Kral, hay disponible material suficiente sobre Svab, detectado en la entrada de Caleidoscopio surrealista, que reproduzco en seguida, a la espera de recibir futuramente la novedosa monografía. Añadamos este ensayo muy rico sobre sus películas y guiones cinematográficos: VER. Igualmente, este enlace sobre el documental que le dedicó Martina Kudlacek y que lamentamos no sea visible.

*

Ludvik Svab (1924-1997). Surrealista desde 1952, en que encuentra a Effenberger, Hynek y Medek, el psiquiatra Ludvik Svab surge en el n. 3 de Objeto, año 1958, con una serie de poemas, aunque destacará sobre todo como crítico –sin olvidar sus “foto-collages espontáneos” ni sus facetas de historiador y reseñista de cine y de guitarrista en el grupo de hot jazz Prague Dixieland. En ese año organizó un ciclo de conferencias, “Las reglas del juego”, en la clínica psiquiátrica donde trabajaba, siendo prohibidas tras celebrarse la primera. Diez años después, es, con Effenberger, el único surrealista de los años 50 que perdura, firmando el documento “Prague aux couleurs du temps”. Por supuesto, Svab continúa en la aventura surrealista tras el certificado de defunción ecuménico dictado por una facción del grupo parisino. En el n. 2 de Surréalisme, nos da noticia de sus guiones cinematográficos, presentando un “remake” de la secuencia inicial de Un perro andaluz (“El otro perro”). En 1992 intervino como actor inolvidable en la inolvidable película de Svankmajer Alimentación, y tres años después filmaba Martina Kudlacek L’amour fou/Ludvik Svab, película que mostraba la importancia del surrealismo como movimiento subversivo contra la dictadura comunista.

Al morir, nadando en Italia, Aurélien Dauguet le dedicó un bello poema en el n. 3 de S.u.rr… (donde también se tradujo su artículo “Geografía del sueño”), titulado “Oh, didn’t he ramble”, o sea una de las canciones con que la vida triunfa de la muerte en los entierros de Nueva Orleans, acompañado de una foto suya ante el mar con el verso baudeleriano “homme libre toujours tu chériras la mer”: “Il aurait pu être / Un derviche qui cherche le vent / Ou un miroir qui se souvient // Il aurait pu être / L’âme des guitares l’ombre d’une proie / Le Temps avalé le voyeur perdu / La spirale confondue / La grâce des très vieilles pierres / Le givre dansant / La larme dans la toile de l’épeire // Il fut cela / Et / Tout un feu de braises ardent et généreux”.

Analogon lo homenajeó por todo lo alto que se merecía en su n. 20-21, y lo mismo hizo el catálogo Other air con notas de Bruno Solarik, Frantisek Dryje e Ivo Purs (la de este sobre su método del fotocollage espontáneo, inventado ya en los años 90), acompañadas de un sueño suyo y de otro de Roman Telerovsky protagonizado por él.

*

Surréalisme, n. 2:


Tres homenajes en el n. 20 de Analogon:

Jan Svankmajer,
Retrato táctil de L.S.

Eva Svakmajerova.
Ludvik Svab. como Aquabel




S.u.rr…, n. 3:





Textos en Other Air:





Y sin olvidar su extraordinario papel en uno de los más sabrosos cortometrajes de Jan Svankmajer:  COMIDA.

lunes, 17 de noviembre de 2025

Stuart Inman

En Caleidoscopio surrealista, aunque sin dedicarle una entrada (que merece), califico a Stuart Inman de "espléndido ensayista, dibujante y fotógrafo". Lo conocí al principio por su admirable ensayo sobre el surrealismo checoeslovaco durante el nada conocido período de 1951 a 1963 (incluido en el volumen colectivo André Breton: The power of language), y luego por fotografías sueltas en diversos catálogos y publicaciones del surrealismo (grupo de Leeds; London Surrealist Group, del que fue uno de los fundadores; Dechiphrage; ExtrancePeculiar Mormyrid; Ce qui sera; Loup Garou; Surrealist and Outsiders). Recientemente, en la serie que he dedicado a las figuras tutelares del surrealismo, se nos aparecía con su Ubú ahorcado y su Retrato encontrado de Sade. Pero lo que nos interesa ahora es remitir a su magnífica página, de consulta obligatoria, cuya Galería lo revela (o confirma) como uno de los grandes fotógrafos de las últimas cuatro o cinco décadas del surrealismo:


Ubú fósil

sábado, 15 de noviembre de 2025

Claude Cahun, &c.

Pese a haber cierta saturación de estudios sobre Claude Cahun, este volumen no debe descuidarse, por estar al cuidado de François Leperlier (su principal conocedor), Georges Sebbag y Françoise Py:

claude cahun l'unique en su genre

A la vez, se anuncia la aparición de este libro, en que está incluida Claude Cahun. Lurdes Martínez es otro nombre que garantiza una publicación del surrealismo, y de quien se espera la segunda parte de Las bellas damas sin piedad (donde también Claude Cahun estaba presente).


También de otro de los nombres claves del grupo surrealista de Madrid, José Manuel Rojo, acaba de publicarse una recopilación de ensayos, muchos aparecidos en Salamandra.

jueves, 13 de noviembre de 2025

Primera exposición del surrealismo


Al igual que habían hecho con la reciente exposición de Joan Miró, los surrealistas inauguran su primera exposición colectiva a la medianoche, es decir, a "la hora heráldica", que diría Toyen, entre el 13 y el 14 de noviembre de 1925.

Fue en la galería Pierre, sita en en el número 13 de la Rue Bonaparte, y participaron Arp, Chirico, Ernst, Klee, Masson, Miró, Picasso Man Ray y Pierre Roy, más dibujos (que nadie suele citar) de Desnos, Malkine, Kristians Tonny y Dédé Sunbeam. El catálogo llevó un texto de Breton y Desnos, jugando de manera automática con los títulos de los cuadros con la intención de hacer "un prefacio humorístico y absurdo". Algunas obras son hoy verdaderos clásicos del surrealismo, como el Carnaval de Arlequín de Miró, Le revenant de Chirico o los Dos niños amenazados por un ruiseñor del Superior de los Pájaros (quien iniciaba en este año la práctica de los frottages). Hubo éxito de público y los pronto convertidos en rituales ataques y burlas de la prensa basura.

El prefacio, así como la información detallada de las obras que compusieron la exposición, pueden leerse en el tomo I de las obras completas del primero, páginas 915 y 1702-1704. Y el prefacio, en el sitio de André Breton, también AQUÍ.

domingo, 9 de noviembre de 2025

Attalea Dubia

Bruno Barnabé, collage

Señalamos el surgimiento en la ciudad de Indaiatuba, Brasil, del Círculo Surrealista Attalea Dubia, cuyos auspicios no pueden ser mejores. A uno de sus componentes, Bruno Barnabé, ya hemos aludido en otras ocasiones, destacando la noticia de una exposición de collages y su homenaje a nuestro inolvidable Sergio Lima.


viernes, 7 de noviembre de 2025

Ted Joans, &c.

La página de Paul McRandle sigue dando información puntual de las novedades del surrealismo, con atención a exposiciones, reediciones, traducciones, etc. En las últimas semanas y meses encontramos entradas sobre los catálogos de las recientes exposiciones de Ted Joans (visible en su totalidad) y Man Ray, ambas en los States, sobre el libro Pierre Mabille et le surréalisme y sobre la correspondencia Breton-Gracq, sobre la reedición de tres clásicos de Ithell Colquhoun más la traducción francesa de uno de ellos, sobre los poemas reunidos de Jayne Cortez, sobre una reedición de Violette Nozières que incluye el texto de Crevel solo dado a conocer en 2003, sobre una entrevista a Doug Campbell, sobre el catálogo de la exposición "A mira dos espelhos" (al que remitimos en una reciente nota sobre las ediciones Venus d'ailleurs), sobre el último número de Analogon, etc. 

Espero comentar futuramente la correspondencia de André Breton y Julien Gracq y la edición francesa de L'oie d'Hermogène, de Ithell Colquhoun. Imposible parece por ahora obtener Pierre Mabille et le surréalisme (donde predomina lo conocido, pero que incorpora algunos inéditos), ya que las ediciones Hermann están fuera de combate y no aparece aún en librerías asequibles para mí. 

martes, 4 de noviembre de 2025

Guy Cabanel (1926-2025)

Guy Cabanel ha partido definitivamente hacia la ciudad de Hnem, al timón de su bajel El Admirable.

guy cabanel (ab irato)

guy cabanel (christophe dauphin)

Dibujo de Mimi Parent para Maliduse

Guy Cabanel Uno de los grandes poetas del surrealismo, formó parte del grupo desde 1959 hasta su ruptura, continuando en la aventura surrealista hasta el presente. En 1958 publicó el insólito poema-río À l’animal noir (reed. 1992), extraordinario libro-objeto consistente en dos tubos de hierro con rollos de papel, constando la edición de quince ejemplares, con dibujos de Robert Lagarde, dedicados a Breton (quien había saludado la “absoluta autenticidad” de su poesía), Toyen, Péret, Mandiargues y otros, y recibiendo un comentario de Adrien Dax en el primer número de Bief, junto al cual hay el fragmento de una carta del propio poeta relacionando surrealismo y budismo zen, que provocó un artículo imbécil de Étiemble, al que Cabanel respondió en el n. 8 de la revista. En 1947, había hecho un viaje al Mont-Louis (Pirineos atlánticos) en busca de “objetos de arte naturales”; de ese viaje, así como de la lectura de L’amour fou, nació un texto, “La materia de la noche”, que sirvió de introducción a “L’animal noir”, cuya redacción se prolongó diez años. Sería reeditado en 1992, con un texto (“Túnel”), donde detalla el proceso casi alquímico de “extrema descomposición” a que sometía el lenguaje. (En 1997, Cabanel declararía que un encuentro se lo había revelado todo: el de L’amour fou.)

Cabanel colaboró en Le Surréalisme, même, Bief (respondiendo a una de las encuestas de la revista), La Brèche, el catálogo de la exposición “Éros”, L’Archibras, el Bulletin de Liaison Surréaliste y Surréalisme, no siendo pues de los que acataron las órdenes fúnebres de Schuster y acólitos (Alain Joubert alude a su “lucidez” y a su “honestidad” en los conflictos del 69, demostrando tanto una como otra). En 1961 publicó Maliduse, con ilustraciones de Mimi Parent, Adrien Dax y Robert Lagarde (reed. 2009); en 1967, Guy Cabanel exalte ses animaux noirs, en edición de autor, con ilustraciones de Lagarde; en 1969, en Losfeld, Odeurs d’amour, con ilustraciones de Lagarde, Benoît, Camacho, Mimi Parent, Toyen, Silbermann y Adrien Dax; y en 1970, en Fata Morgana, Les fêtes sévères (reed. 2009, con dibujos de Lagarde). Ya en el n. 3 de L’Archibras había colaborado con Mimi Parent (“Tours”), embistiendo al final contra los mitos grecorromanos; L’Écart Absolu publicaría en 2000 el cuaderno L’essence poétique seguido de Non-guide pour les Tours y de Tours.

En 1971 responde escuetamente a las cinco preguntas formuladas por la revista Gradiva en torno al surrealismo: “El surrealismo no tiene papel ni aspectos privilegiados”; “Es la evolución de la sociedad contemporánea la que depende del surrealismo; este depende de los individuos”; el papel y la situación del surrealismo en la práctica social y de la vida es “la libertad”; “El surrealismo se burla de la filosofía, del arte y de la literatura”; “Hemos discutido demasiado. Lo que es urgente es celebrar la fiesta”. En 1993 responde a otra encuesta, esta vez la organizada por Cesariny y Vancrevel sobre André Breton, de la que entresaco estas líneas: “Yo debo a André Breton y al surrealismo –y creo no ser el primero en decirlo– ante todo la seriedad. Aprendí a dejar de lado lo fútil, a adentrarme en lo esencial, lo que no significa que lo fútil no pueda ser, a veces, lo esencial. André Breton fue el gran Iniciador y sobre todo el Rey Arturo de nuestro tiempo, héroe de una apasionada búsqueda de la verdad. Alrededor de la mesa redonda, el criterio de semejanza de los caballeros no fue nunca el método sino la pureza de las intenciones. Los caballeros podían sucederse, asumir los más diversos semblantes, el rey Arturo garantizaba la permanencia del espíritu. No hay en ello ninguna comparación exagerada. Nadie osó pretender un puesto alrededor de la mesa sin alimentar la ambición desmesurada de aportar su contribución a la búsqueda. Los que eligieron esta aventura deben a André Breton el haber suscitado el deseo de emprenderla” (Salamandra, n. 6, 1993). En 2003, respondió a otra encuesta, realizada por la revista S.u.rr…, sobre el sueño, el lenguaje y la imagen (“Écoutons voir”).

En 1974, Cabanel publicó Les boucles du temps y en 1983 Illusions d’illusions, ambos con nuevos dibujos de Robert Lagarde; en 1992, Au fil du temps y Six quinquets; en 1995, Silhouettes de hasard y Croisant le verbe, este con ilustraciones de Jorge Camacho y aquel sobre los dibujos de Gilles Dunant; en 1996, Instants de l’immobile errance; em 1997, Quinquets, ilustrado por Jean Terrossian; en 1999, Les esquilles “Mais lesquelles?”, poemas haciendo eco a unos dibujos de Georges-Henri Morin; en 2000, el ya citado L’essence poétique y Femmes admirables; en 2004, Trois souffles de verve flottant y Fées & flammes; en 2006, con Jacques Lacomblez, Douze constellations de Jacques Lacomblez pour André Breton où gravitent les étoiles renversées de Guy Cabanel; en 2007, Le verbe flottant, ilustrado por Jacques Zimmermann; en 2009, Dans la roue du paon, ilustrado por Lacomblez, Hommage à l’Amiral Leblanc y Soleils d’ombre (24 poemas para 24 fotos de ombligos de Jorge Camacho); en 2011, L’ivresse des tombes, con 8 fotos de Barthélémy Schwartz; en 2012, Chants d’autres mémoires, a partir de dibujos de Lucques Trigaut, Le revenant, con ilustraciones de Michèle Grosjean, y Les cités légendaires, con 18 dibujos de Jacques Desbiens; en 2013, Les chemins qui zigzaguent; en 2014, con Jean Terrossian, Journal intime. Las prosas míticas de Les cités légendaires evocan uno de los libros más sorprendentes de Guy Cabanel: el citado Hommage à l’Amiral Leblanc, con un prólogo-“inducción” de Alain Joubert e ilustraciones propuestas por Eve Mairot, Barthélémy Schwartz y el propio Joubert. Este extraordinario personaje, fino y elegante, con su escudo, le surgió al poeta en dos sueños que tuvo a fines de los años 60, y ya nunca lo ha abandonado, con su bajel El Admirable, sus historias de otrora, sus ocurrencias peregrinas (que hacen pensar en el Capitán Cap), sus glorias y aventuras, sus ritos, sus amores y sus “pensamientos y proclamas”, incluidos al final de la obra. Entre esos pensamientos, profiere este en una taberna: “¿No soy yo mismo un sueño? ¡Oh, muchachas y marineros, quien responda a esta cuestión será más que almirante!”. Verdadero poeta del mar, el almirante Leblanc tiene como cuartel general la ciudad de Hnem, conquistada por él, y de la que se nos ofrece al final del libro un plano al que no le falta el escudo del almirante, con el lema anagramático “le blanc admire”.

Hombre de fidelidades, Guy Cabanel aún en 2014 interviene en el almanaque de Brumes Blondes, como ya colaboraba en su revista en 1968.

(Caleidoscopio surrealista)

En este espacio hemos dedicado constante atención a Guy Cabanel. Doy seguidamente una lista de las reseñas a sus últimas obras, solo las tres primeras nombradas en Caleidoscopio surrealista, ya que Cabanel continuó hasta hace solo cuatro años asombrándonos con su escritura, que era la más vivaz y jovial del surrealismo último.

domingo, 2 de noviembre de 2025

Sade y el surrealismo (años 90)

Se abre la década con otra visita al castillo de Lacoste, esta vez en 1992 por Martin Stejskal, quien, como Emila Medková en 1972, nos remite al emblemático cuadro de Toyen (en el número 72 de Analogon, aparecerán reunidas estas tres obras, tras una de las fotos de los ruinosos muros del castillo hechas por Styrsky, que puede verse como la génesis de las demás):


En este mismo año, Guy Girard inicia sus anagrafomorfosis, siendo Sade su primera aparición:


Otra gran pieza pictórica sadiana: el Hotel de Sade II de Conroy Maddox:


Llevaron este título dos óleos y un collage, todo de 1993. Y aún, dos años después, haría el surrealista británico una pintura de sabroso título: Ayer la Reina Victoria visitó al Marqués de Sade.

De 1994 es Los jardines de Sade, de Jorge Leal Labrín (de quien veíamos cinco años antes El embeleso del hechizo revelador en Sade):


De 1995 es una obra cerámica de Eva Svankmajerova a la que titula Homenaje al Marqués de Sade. La vemos aquí, seguida de una breve segunda parte de La filosofía en el tocador por Jan Svankmajer, ilustrada por un collage homónimo, ambos de 1997: 



Seguimos en el surrealismo checo: Sade, Katerina Pinosova, 1998:


Reaparece en nuestra lista Jiri Havlicek, pero, al igual que ocurría con Demonios atacando Lacoste, no dispongo de reproducción en color. El espacio del Fuego (Sade) se reprodujo en el catálogo del grupo de Budik correspondiente a la exposición en Bélgica del año 2000, sin señalar su fecha:


Hay dos obras de las que no tenemos constancia de la fecha. La más antigua, sin duda, es El Marqués de Sade en Sagres, de Cruzeiro Seixas:


Más próximo a nosotros debe ser este Retrato imaginario del Marqués de Sade sobre la playa de San Martín, reproducido recientemente en el número 5 de Alcheringa, obra de Eugenio Castro:

miércoles, 29 de octubre de 2025

"El Espejo" y la IA

En pocas semanas han aparecido nada menos que cuatro números de El espejo, que edita en Cádiz el infatigable Bruno Jacobs. El último merece especial atención por la presencia de un espléndido alegato de Robert Green contra la llamada "Inteligencia Artificial", nueva sandez del fascismo tecnológico, disfrazada como siempre de ciencia al servicio de la humanidad. Es un placer tener noticias de Robert Green, magnífica figura del mejor surrealismo estadounidense.



Para los otros números de esta hoja volandera de bello diseño, remitimos a la página en facebook de La Grieta, aunque esa red solo da acceso a los socios. En los instantes que se me permite avizorarla, veo también una información sobre La ceguera fotográfica, otro trabajo al alimón de Bruno Jacobs con Javier Gálvez, aparecido en las también infatigables ediciones Ardemar. Como una cosa lleva a la otra, aprovecho para añadir que en la misma casa editorial unipersonal ve la luz al mismo tiempo La belleza de la masturbación, "tratado poético sobre el onanismo" realizado por Javier con Esther Peñas, de cerca de cincuenta páginas con fotos y textos. 

Sin duda que este trabajo hubiera interesado mucho a mi añorado amigo Sarane Alexandrian, y como de nuevo una cosa lleva a la otra, y siempre será mejor la IN que la campaneada IA, me he visto impulsado a recorrer de nuevo su memorable libro La sexualité de Narcisse, que me envió el 26 de junio de 2003 con una dedicatoria que ya tenía olvidada por completo, pese a lo halagadora que es, ya que me llamaba "le parfait réprésentant du surréalisme aux Canaries". Este es otro de los libros suyos que evidencian su categoría superior como ensayista apasionado de dimensiones enciclopédicas, con toda una sección dedicada al surrealismo y, por cierto, un largo capítulo sobre Sade, que merece incluirse en la temática de Sade y el surrealismo, cuya riqueza apabullante hemos venido demostrando últimamente.

Nada mejor para acabar con un poco de humor que este poema de Giorgio Baffo reproducido por Alexandrian, verdadero canto sobre la IN de la mano al servicio de la imaginación, que hoy solo habría que actualizar incluyendo al final, en vez de los de la carne de horca, a los políticos y sus votantes, ese ejército de débiles mentales (o directamente sinvergüenzas) gracias a los cuales los mayores hijos de puta de las sociedades llamadas a sí mismas democráticas siguen ejerciendo su poder sobre el resto de la población, y es que sin unos y otros esa gentuza de las élites corporativas estarían tocándose pajas burdas y mirando para la luna de Valencia.

domingo, 26 de octubre de 2025

Sade y el surrealismo (1977-1989)

El número 2 de Surréalisme, en 1977, incluye un precioso ensayo de Effenberger sobre "el azar objetivo y el retrato encontrado del marqués de Sade":




En el primer número de Dreamhelmet, 1978, hay un poema a Sade de Bill Wolack (los collages son de Stefan Jamiolkowski):



1981: Jean Benoît expone en un escaparate de París sus rollos-manuscritos, inspirados en el de Sade, que tienen que ser desmontados por escándalo.

Al año siguiente, Pierre Facheux diseña la portada de la edición Pauvert de la Vie de Marquis de Sade de Gilbert Lely, con un "retrato-prisión", así como de las nuevas obras completas del Marqués, aparecidas entre 1986 y 1992, también en Pauvert; sobre estas últimas portadas, escribe Jerôme Facheux: "Se trata de un muy bello trabajo gráfico al fin de su vida, trabajo de una gran pureza de composición, en que se reencuentra el uso del juego de los extremos en sus construcciones presente desde sus primeros trabajos de los años 40, asociado a la elección de este muy bello Didot que él definía como el carácter guillotina":



En 1983 se publica una célebre carta de Sade con un dibujo de Jacques Hérold, otra figura del surrealismo con quien nos hemos ya encontrado en esta travesía sadiana:


Surgen simultáneamente en los Estados Unidos las Marquis de Sade Editions, por los disidentes del grupo de Chicago, con libros en este par de años de Tom Burghardt, Brooke Roothwell y Alan Graubard.

1985 es un año sobresaliente, ya que aparece el libro capital sobre nuestro querido Marqués: Soudain un bloc d'abîme, Sade, de Annie Le Brun, quien viene a liberarlo de la prestigiosa crítica contemporizadora y tergivesadora, cuando no de la directamente imbécil (Paulhan, Bataille, Blanchot, Barthes, la pedantesca caspa telqueliana, el feminismo necio). Este, pese a un par de debilidades (la creencia en la estafa de los "librepensadores" tipo Holbach, que no eran más que la cloaca de las ideas burguesas de la época, o la dudosa calificación del humor negro y arrasador de Sade como "existencial") es un libro explosivo e hiperlúcido, del que recuerdo una reseña lamentable del abuelito Octavio Paz convertido en campeón de la alta literatura. Annie Le Brun vuelve en 1989 sobre Sade con los ensayos de Sade, aller et détours, pero incluso más adelante aún nos rencontraremos en varias felices ocasiones con ella.

En el mismo año, como para celebrarlo, hace Jakub Effenberger una serie de fotos del castillo de Lacoste, tres de las cuales se reproducen en el número 72 de Analogon, dentro del dosier a que ya nos hemos referido y al que nos volveremos a referir:


Jean Benoît vuelve a la carga en 1987 con obra suya impresionante, L'Aigle, Mademoiselle ("L'aigle, Mademoiselle, est quelquefois obligé de quitter la septième région de l'air pour venir s'abaisser sur la cime du Mont Olympe"):



En el mismo año, Conroy Maddox hace la pintura-collage La mirada sadiana, de la que no conozco reproducción. Y se publica Apunte de eternidad, de Alejandro Puga, con el poema en prosa "Sade", que yo reproduje en una página literaria de Tenerife, ilustrado por la carta de Marsella:


En 1989 lleva a cabo Mimi Parent Las muy ricas horas del Marqués de Sade:


Es año abundoso este de 1989: Arturo Schwarz organiza la exposición "I surrealisti", a partir de la cual crea la Fundación S.A.D.E.; Giovanna escribe una serie de "aporismes" sobre Sade que titula "Ascendant Sade. Un beau con, une belle comme" (publicados en 1994 en el número 20 de Pleine Marge); y Jorge Leal Labrín pinta  El embeleso del hechizo revelador en Sade: