lunes, 23 de agosto de 2021

Ramsès Younan: monografía definitiva

Ramsès Younan, La ciudad mágica, 1960

Responde a las expectativas este volumen dedicado a Ramsès Younane, nombre clave de la proyección surrealista en Egipto, junto a Georges Henein. Desde la monografía dedicada a Maurice Heine, reseñada aquí en febrero del año pasado, no había aparecido una obra con estas cualidades.

La edición de Zamân Books es impecable, con trescientas páginas llenas de textos, documentos y reproducciones de muchas de sus piezas, más un catálogo razonado al final. La organización del volumen es muy adecuada y permite configurar una imagen de Younan sin fisura alguna.

La primera sección la integran cuatro ensayos que esbozan la personalidad de Younan. El mejor, datado en 1990, es el de Michel Fardoulis-Lagrange, quien participó en La part du sable y caracteriza muy bien su pintura al final de su texto. El de Alain Roussillon (1987) contiene la habitual denigración de André Breton y los tópicos para el surrealismo de la “capilla” y el “dogmatismo”. Peor es cuando Patrick Kane (2019) afirma que Henein y Younan se distanciaron del surrealismo a causa de que “la directiva de postguerra de André Breton buscaba establecer una liga artística internacional pro-estalinista” ¿No hay nadie que controle este tipo de dislates? Ya que no se trata de una opinión sino de una falsedad cruda y dura, de un completo disparate; son casos en que no parece que el autor sepa lo que está diciendo.

El segundo capítulo es el de las pinturas de juventud y el período surrealista, y el tercero el de los dibujos, “tracts” y poemas surrealistas, con el legendario manifiesto “Viva el arte degenerado” (1938), el de la primera exposición de arte independiente en El Cairo (1940) y las detonantes “Notas sobre una ascesis histérica” en colaboración con Henein (1947). Esta es una sección muy rica, con textos que le dedicó Henein en 1945, 1959 y 1977 y el reciente poema de Marc Kober “Antropofagia íntima”.

Alternando las imágenes con los textos, siguen sus gouaches del período 1946-1960 y una serie de textos críticos sobre ellos. Dos son de Henein, pero como siempre quien está deslumbrante es Édouard Jaguer, de quien se reproduce el ensayo    que en 1991 publicó el catálogo Sueños de tinta. Óscar Domínguez y la decalcomanía del deseo. Este dato no se aporta, echándose en falta una bibliografía final, lo que hubiera permitido señalar, por ejemplo, que el propio Jaguer dedicó a Younan en el número surrealista de Opus International, del mismo año, un artículo que nosotros reproducimos al final de esta noticia.

Sorprendentemente para mí, encuentro superiores las pinturas “abstractas” de Younan a las de su período surrealista. Son de veras soberbios cuadros como Ebullición, Amenaza de tempestad, La lucha de las formas, Cristales rocosos, La ciudad mágica, El carro lunar, Silencio, Arabescos, Fantasmas totémicos, Fuente y rocas, Abstracción inspirada por la montaña roja, Abstracción de rostro rocoso y otros carentes de título.

Interesantísimo es el capítulo de escritos, con grandes reflexiones sobre el arte y las críticas que formuló al marxismo y al surrealismo. Entre estos textos, que abarcan las décadas 40, 50 y 60, varios son antológicos: “La parole est aux peuples”, “El arte y la historia”, “La desagregación de los mitos”, “El rostro del hombre”, “La visión del artista y la lógica de la naturaleza”. Las palabras con que concluye “El peligro del fascismo”, de 1942, hacen pensar en el tiempo presente: “Sabemos que la multinacional fascista no carece de fuerza, ni de recursos, ni de poderosas instituciones, ni de colaboradores... Será pues un largo y sangriento conflicto... Pero, confiantes en las fuerzas potenciales de los pueblos, nos negamos a desesperar”.

Los “textos filosóficos” muestran su atracción por Albert Camus, a la vez que el rechazo de la vulgata existencialista (y una carta a Henein incluye una burla de la deprimente Beauvoir). Magníficos son “Variaciones sobre el verbo cubrir”, “Al margen de Max Stirner” y “Literatura y sociedad”. Este último es explosivo, alineándose Younan con los “hors-du-classe”, por oposición a la burguesía y el proletariado: “Volvámonos completamente inútiles... ¡Renunciemos a jefe, padre y oficio! ¡Reforcemos los rangos de los desclasados! ¡Y que nuestra locura se extienda hasta paralizar todo funcionamiento de esta sociedad criminal!...” Y en el texto sobre Stirner: “Pronto el mundo se va a convertir en un inmenso Campo correccional, donde los Grandes Médicos de Todos los Males del Mundo y los Dispensadores de Todos los Bienes le van a prescribir a cada uno la dosis que le conviene... Es lo que se llama Seguridad social”.

Otros escritos y correspondencia inéditos cierran el volumen, dos de las cartas dirigidas a su aliado de siempre, Georges Henein.

Como apéndice, la biografía, la serie de exposiciones y el catálogo razonado hacen, al estar muy bien, aún más extraña la ausencia de un listado bibliográfico.

Ramsès Younan, en el libro que merecía y que le hace entera justicia.

la part du sable