viernes, 5 de julio de 2019

“Le cinéma des poètes” / “Cine y vanguardia”

La colección de Jean-Michel Place “Le cinéma des poètes” ha comenzado a salir en traducciones españolas que conservan el bonito formato de verdadero libro de bolsillo. El título es ahora “Cine y vanguardias”, y la serie se inserta en la Colección Luis Buñuel. Dirige Jordi Xifra.
En su momento reseñamos el volumen dedicado a André Breton, ya que era de la autoría de Georges Sebbag. Le sumamos ahora los dedicados a Louis Aragon y a Robert Desnos, aunque se anuncia el resto. El tomo de Aragon lo ha hecho Luc Vigier, y nos interesa por la parte de su época surrealista, ya que luego nos sumergimos en pleno marxismo real socialista. Por el contrario, el tomo del siempre exaltante Desnos es delicioso de cabo a rabo, porque además Carole Aurouet (quien en 2015 había editado los dibujos hipnóticos de Desnos y en 2014 publicado Le cinéma des poètes. De la critique au ciné-texte) ha hecho un trabajo simpatizante y no muy académico, que creo hubiera agradado al propio poeta.
En el de Aragon se muestra cómo sus textos pioneros sobre el cine fueron “la matriz de las grandes prosas por venir” y cómo “en aquellos años buena parte de los textos y poemas de Aragon son unos escritos deducidos de la visión de las películas, unos guiones de imágenes escritos a posteriori que convergen con otros géneros, automatismos y relatos de sueños que se convierten, a su vez, en otras tantas incitaciones a la creación cinematográfica”.
El estudio de Desnos se abre con una cita suya en que yo personalmente podría sustituir la palabra “cine” por la palabra “surrealismo”: “Siempre he procurado no ser un crítico. Respecto al cine me he limitado a expresar deseos, a formular mis aversiones, a sabiendas de que, si bien tiene el cine sus achaques artísticos y literarios, participa mucho más de los trajines humanos”. Desnos dedicó al “asombroso mundo de rayos y de sombras” infinidad de textos interesantísimos, en los que ataca sin tregua su degeneración a manos de los intelectuales, los vanguardistas, los estetas, “los enamorados de la forma”, “los turiferarios polvorientos del arte”, etc., y en los que muestra permanentemente su repugnancia por sus concesiones teatrales y literarias, ya que, por expresar una expresión buñueliana, lo quería exclusivo “instrumento de poesía”. Páginas ardientes dedicó a sus mujeres, como Musidora, Pearl White o Brigitte Helm. Carole Aurouet (que solo desbarra en la afirmación marginal, tomada de Sadoul, de que “la obra entera de Buñuel es española”: nunca he entendido estas visiones raciales, y menos aplicadas a espíritus cosmopolitas como Buñuel) narra y comenta muy bien los guiones de Desnos, dos de los cuales (Minuit à 14 heures y Les mystères du métropolitain) son delirantes y extraordinarios, para luego centrarse en la maravillosa L’Étoile de mer.
Damos varios enlaces: el de la reseña que hicimos del tomo Breton, el de la colección francesa, el de una nota de lanzamiento de la colección española por Jordi Xifra, el del Centro Buñuel de Calanda y el de la página de Robert Desnos, que nos sirve para recordar la puntual revista L’Étoile de Mer, cuyos números hasta el año 2015 pueden consultarse ahí.