miércoles, 21 de enero de 2015

Renato Souza y el juego de las metamorfosis


Para celebrar los 90 años del primer manifiesto del surrealismo y los diez de la exposición “Convocação dos cúmplices”, las Edições Loplop publican Navalha vestida de sol, de Renato Souza, uno de los nombres fijos del grupo Decollage desde el año 2002, y como tal presente en “O reverso do olhar”.
El catálogo de esa gran exposición del “surrealismo actual” celebrada, como es bien sabido, en Coimbra en 2008, incluía dos collages de Renato Souza de los que se distinguen estos de ahora por sus fondos blancos, sobre los que se siguen plasmando alucinantes figuras compuestas, criaturas en que se combinan las formas y los rostros femeninos con la fauna inconfesable y con objetos metálicos entre los que predominan los instrumentos musicales, las armas medievales y algunos viejos cacharros ya abandonados por la ciencia en sus tan vertiginosos como pavorosos progresos, pero que Renato Souza ha rescatado del mismísimo patio de Lautréamont.
Pero Renato Souza es también poeta verbal, y de ahí no solo que un largo poema preceda a los collages, sino que cada uno de los doce que componen Navalha vestida de sol tenga por título un poema de media docena de versos. De hecho, todo es poesía en esta exquisita publicación de gran tamaño, ya que como “prólogo” funciona un poema de M. R. Salgado, en que habla de la “primacía de la imagen”, del “juego de las metamorfosis”, de “materialismo mágico” (“entre Lucrecio y Breton”) y de “poesía como operación totalquímica”, todo lo cual es perfectamente aplicable a la expresión del imaginario de Renato Souza.
Un epígrafe de Mário Cesariny antecede el poema: “La Gran Espiral del Devenir gira eternamente”. Y otro de Sergio Lima los estupendos collages: “El collage es una expresión perversa”.
Como el divino Marqués está de moda, reproducimos el collage número XII, que lleva estos versos (siempre, en la poesía de Renato Souza, jugando con los espacios):
“un rayo cae / y se levanta como Eros con fuego en los pies / áspides en Sol Mayor / ascendiendo espejos en el vientre de mi beso / y Sade sentado a la mesa / mascando una bruja con ojos llenos de perfume”