Reseñamos ahora con mayor amplitud el bello Projeto para uma revolução fundamentalista de Nelson de Paula, quien formó parte del grupo surrealista brasileño y a quien se deben publicaciones muy valiosas, en particular Collage: um testemunho fenomenológico (1979), O plasma (1982) y A hóstia de Isis. Um kyrie vaudeville (1984). El primero es una indagación ensayística, lúcida y profunda, sobre el fenómeno del collage. O plasma, de 1982, contiene más de un centenar de poemas. Y A hóstia de Isis, presentado como “um kyrie vaudeville”, se compone de 31 collages que van de 1977 a 1984 y que conforman una colección “producida con sangre, gota a gota”. Otros títulos de Nelson de Paula son La imagen, soporte de la realidad (1977), Aulas de mágica. Introducción a la energía de los lucros (1993), No te contentes con poco (1995), La misión imposible (1997), Ruido del tiempo (2010).
Como artista plástico, Nelson de Paula ha participado en cinco exposiciones significativas del surrealismo: “La imagen de la revelación”, muestra surrealista de São Paulo, en 1996; “Convocatoria de los cómplices: 80 años del Primer Manifiesto Surrealista”, en 2004; “Sonámbula. Inconscientes para una geografía onírica”, en la Fundación Granell, 2007; “O reverso do olhar”, en Coimbra, 2008, y “El umbral secreto”, en Santiago de Chile, 2009.
Este Projecto consta de 16 poemas con sus correspondientes imágenes, está dedicado a Miguel de Carvalho y su “maravilloso concepto de «un mundo gobernado por poetas»” se nos apetece que sería aún más maravilloso un mundo gobernado por nadie, ni siquiera por los poetas, o, mejor que por los poetas, por la poesía, “esa joya fosforescente en el abismo”, como decía André Breton– y comienza con una “Declaración de los derechos del espíritu” para cerrarse con “La revolución de los bichos”. La galería de poemas es una invitación al sueño de una revolución radical y “sin prisioneros”, cuyo sentido expresa bien el titulado “Dulce exilio”: “En verdad / garantizo / que todos nosotros / fuimos definitivamente / exiliados / a un rincón del paraíso, / donde la estupidez / no logra penetrar, / ni con todo el esfuerzo / que las legiones de los mediocres / consiguen hacer. // Parece / egoísmo / y lo es, / pero tiene también / un lado / de liviana venganza / de la conciencia / profanada / tan cruelmente / todos esos milenios / por las reglas / del discurso”.
La revolución fundamentalista pide, en vez de “más valía”, “más sabiduría”, y “solamente / serán permitidas / fábricas / de sueños, / ya que / ningún otro producto / tendrá / cualquier / utilidad”. He aquí, en verdad, la “revolución” que nos interesa.