Publicado por Dark Windows Press, la editorial de Patricide, apareció en 2012 un librito, con muchas ilustraciones, y catorce a todo color, sobre el surrealismo en el País de Gales. La introducción está a cargo de Adrian Dannatt, quien traza el panorama del surrealismo en aquella zona geográfica y elige, para una exposición, cinco artistas que desarrollan actualmente su obra.
Adrian Dannatt se apoya para su caracterización surrealista en Sarane Alexandrian, (quien no era muy riguroso en la cuestión), y en particular en su distinción entre una concepción “abierta” y otra “cerrada” del surrealismo, en realidad concepciones extremas que dejan mucho que desear tanto la una como la otra. Orientado a la primera, Dannatt da pues cabida tanto al surrealismo como a sus influencias. La adscripción es obvia por lo que respecta a John Welson y a Neil Coombs, pero dudosa (ya que nos quedamos por conocer cuál es su actitud hacia el surrealismo) en los casos de Millree Hughes y el picassiano Orlando Mostyn Owe, quedando en medio Ken Cornwell, quien, nacido en 1955, vivió en Australia de 1990 a 2002 y es autor de interesantes cajas, como esta:
Ken Cornwell, Laberinto de ovejas, 2012 |
En el apartado retrospectivo (lo que algunos despistados llaman “surrealismo histórico”), Adrian Dannatt va alineando los nombres del maravilloso Dylan Thomas, Merlyn Evans, Ceri Richards (que ilustró al primero), Lucian Freud (pupilo de Cedric Morris, artista galés a su vez inspirado por el surrealismo), Sari Dienes (y sus collages), George Melly, Angus McBean (y sus fotografías), John Piper, Edward Burra, Bill Copley, Barry Flanagan y Bedwyr Williams, algunos de ellos no nacidos en el País de Gales, pero que residieron significativamente allí, como es el caso de ese personaje de fábula que fue George Melly.
Volviendo al quinteto de elección, su figura más conocida es John Welson, un artista extraordinario, cuyas pinturas de abstracción lírica se inspiran en los paisajes de su Gales natal (y que en 2009 expuso en Powys una serie de fotos de su país). Ya hemos hablado de él a propósito de su admirable colaboración con Jean-Claude Charbonel, en “El ojo celta”, pero es un placer poder reproducir aquí una de las cuatro imágenes del catálogo, en la que irrumpe por fin la vastedad marina:
John Welson, Caban Coch, 2012 |
Los fantásticos “fantasmas” de Neil Coombs ilustran aquí su actividad, y a ellos no solo hemos aludido en dos ocasiones, sino que pensamos dedicarle especial atención la próxima semana. He aquí el dedicado a Sigmund Freud, quien residió en Hampstead tras huir del terror nazi:
Neil Coombs, El fantasma freudiano, 2012 |