martes, 27 de enero de 2015

Al día


En la línea de las grandes exposiciones de los surrealistas de Invisible heads, tendrá lugar a partir del 14 de febrero, en Venice, California, esta que lleva por título “Ocultación óptica. Visible invisibilidad”. No solo participan viejos conocidos como Byron Baker, Thom Burns, Stephen Lock, Raman Rao y Richard Waara, sino que no faltará el grupo Mal Occhio, que ha cubierto uno de los capítulos más fascinantes de la música surrealista. Confiemos en que alguna publicación acompañe esta intervención surrealista.

*


La Torre Magnética, siempre imantada, publica estas profecías iluminadas, de las que se nos refiere el procedimiento: “Las profecías atlánticas fueron establecidas de modo paralelo por los tres participantes a partir de las profecías de Ezequiel. La labor de recomposición implica la «tachadura» de todas las palabras juzgadas inútiles pero sin alterar las demás ni el orden cronológico y gramatical del texto original”.
El Libro de Ezequiel aparece aquí mejorado, sin su Yahvé y con ráfagas de humor, pero a la vez conservando su lenguaje tan grandioso y enérgico como enigmático (incluso estas profecías de ahora resultan más enigmáticas). La lectura que acepta es doble, ya que invita al cotejo de los textos, habiendo Eugenio Castro llegado al sexto, Belén Sánchez Fernández al séptimo y Bruno Jacobs al noveno. Si mi biblioteca diera como para tener el Antiguo testamento, hubiera puesto manos a la obra, pero el experimento me seduce ponerlo en práctica con algún poema consagrado.
“Hombre soberano / Junto con una gran multitud / Todos los confines estarán contigo / Vendrás como un nublado / Subirán pensamientos / Gentes sin puertas / Subirás para poner tus manos / Sobre las ruinas de las naciones / Eres fuego, temblor, / presencia, azufre.”

*

Miguel de Carvalho, Black pearls

Debout sur l’Oeuf edita independientemente Atrás das pálpebras, o sonho abriu os olhos. Tudo lá estava..., que Miguel de Carvalho ya había dado a conocer en el n. 5 de la revista Cão Celeste. Se trata de una lúcida reflexión sobre el libro-objeto “en un período de masificación editorial generalizada con la publicación constante e interminable de títulos, cuyo destino es en la mayoría de los casos el reciclaje de papel –otro elemento propio del consumismo”. El libro-objeto, en cambio, se sitúa “del lado de la poesía adimensional, y su ocultación por la sociedad tiene como equivalente el silencio y el desprecio en que se encuentra sumergida toda la producción poética auténtica”. Gran ensayo este, sobre una materia que Sergio Lima ha agitado recientemente en São Paulo.

*

En el siguiente número de Cão Celeste hay otro texto de Miguel de Carvalho, más breve, “Sobre la orilla en medio del río”, donde habla de “la propuesta surrealista en tanto aventura de vida”: “Poetas por encima de todo, los surrealistas lanzan una reflexión sobre los medios de expresión y, particularmente sobre la imagen, vehículo privilegiado de la poesía. No se trata de retórica, sino de vida y acción donde las imágenes les aparecen dictadas por sus vivencias, por el azar y por el inconsciente. Enunciándolas, entran en resonancia con la vida y, a través de propósitos de negación de la realidad, buscan transformarla”.

*


Joël Gayraud, en la Collection de l’umbo, que ya en 2008 le editó Clairière du rêve, con dibujos de Jean-Pierre Paraggio, da a conocer ahora Ocelles, que se compone de 48 pequeños poemas, como el que vemos en la cubierta, cuyo dibujo es de Virginia Tentindó. Diez ejemplares son acompañados de un logotipo y un objeto surrealista realizados por la artista argentino-parisina.
“El ojo como una nube / Que deja ver / El mar”

*

La página del Centre de Recherches du Surréalisme ofrece una lista de centenarios natales que se celebra este año, entre los cuales los de Paul Bourgoignie, Toni del Renzio, Rudolph Fabry, André Frédérique, Günther Gerzso, James Gleeson, Enrique Gómez-Correa, Max Hölzer, Jean Malrieu, Robert Motherwell, Gellu Naum y Bernard Schultze. Esta lista muestra de nuevo la rápida internacionalización del movimiento surrealista, ya que solo Frédérique y Malrieu son franceses.
Faltan dos nombres españoles y uno francopirenaico: Alfonso Buñuel, Federico Comps y Henrique Espinoza.

*

Renzo Margonari publicó el pasado 12 de diciembre un contundente artículo en La Nuova Cronica de Mantova, contra la exposición de Miró que todavía tiene lugar en el Palazzo Te. Su diatriba es válida para la multitud de exposiciones sobre arte contemporáneo manejadas por el contubernio de los políticos y los críticos de arte. “Culturalmente inútil, costes aparte”, esta exposición es comisariada por una tal Elvira Cámara López, autora en el catálogo de un texto “verborreico, lleno de contradicciones y obviedades”. La manipulación con Miró lleva a asociarlo a Pollock más que a Masson y Max Ernst (“¿para complacer al mercado del arte americano?”), lo hace desembocar en la abstracción y lo convierte, señala Renzo Margonari, en un “picassiano decadente”, al despojarlo del color. No faltan en este artículo de denuncia las referencias al destinatario turístico.

*

En la Galerie Michel Descours, Lyon, se inaugura el 4 de marzo, con presentación del catálogo, la exposición “Surrealistes, certes”, compuesta de obras de Bellmer, Breton, Deux, Camacho, Domínguez, Jean, Ernst, Freddie, Ghez, Lam, Malespine, Masson, Michaux, Morin, Molinier, Orgeix, Silbermann, Schoendorff, Ubac...

¡Abajo la ciencia! (3)

Un buen antídoto contra las puerilidades cientificistas de algunos surrealistas es este librito del grupo Oblomoff, traducido del francés hace un par de meses. Pese a algunas contemporizaciones (ausentes, por ejemplo, del magnífico ensayo de John Zerzan sobre el número, en los aún más recomendables Elements of refusal) se trata de un certero y aguzado ataque al ideal de la “ciencia pura” y a mitos modernos como el Progreso y la Técnica, en una época en que todos continúan “arracimándose alrededor del tótem de la ciencia objetiva”.
La deliciosa portada alude a una divertida acción anticientífica, en que una veintena de componentes y amigos del grupo, disfrazados de indios con penachos de pluma, pinturas de guerra y arcos de madera, se bajó del tren procedente de París y “asaltó” la “Fiesta de la Ciencia” que se celebraba en la universidad de Orsay, tomando un ridículo trenecito rojo que circulaba por el campus y planteando luego una serie de exigencias mínimas como la del desmantelamiento de todas las centrales nucleares francesas en el plazo de cinco días. Septiembre de 2005.
“Atacar la investigación científica significa alinearse con los hombres y mujeres que tratan de hacerse dueños de su propia vida.”

miércoles, 21 de enero de 2015

Renato Souza y el juego de las metamorfosis


Para celebrar los 90 años del primer manifiesto del surrealismo y los diez de la exposición “Convocação dos cúmplices”, las Edições Loplop publican Navalha vestida de sol, de Renato Souza, uno de los nombres fijos del grupo Decollage desde el año 2002, y como tal presente en “O reverso do olhar”.
El catálogo de esa gran exposición del “surrealismo actual” celebrada, como es bien sabido, en Coimbra en 2008, incluía dos collages de Renato Souza de los que se distinguen estos de ahora por sus fondos blancos, sobre los que se siguen plasmando alucinantes figuras compuestas, criaturas en que se combinan las formas y los rostros femeninos con la fauna inconfesable y con objetos metálicos entre los que predominan los instrumentos musicales, las armas medievales y algunos viejos cacharros ya abandonados por la ciencia en sus tan vertiginosos como pavorosos progresos, pero que Renato Souza ha rescatado del mismísimo patio de Lautréamont.
Pero Renato Souza es también poeta verbal, y de ahí no solo que un largo poema preceda a los collages, sino que cada uno de los doce que componen Navalha vestida de sol tenga por título un poema de media docena de versos. De hecho, todo es poesía en esta exquisita publicación de gran tamaño, ya que como “prólogo” funciona un poema de M. R. Salgado, en que habla de la “primacía de la imagen”, del “juego de las metamorfosis”, de “materialismo mágico” (“entre Lucrecio y Breton”) y de “poesía como operación totalquímica”, todo lo cual es perfectamente aplicable a la expresión del imaginario de Renato Souza.
Un epígrafe de Mário Cesariny antecede el poema: “La Gran Espiral del Devenir gira eternamente”. Y otro de Sergio Lima los estupendos collages: “El collage es una expresión perversa”.
Como el divino Marqués está de moda, reproducimos el collage número XII, que lleva estos versos (siempre, en la poesía de Renato Souza, jugando con los espacios):
“un rayo cae / y se levanta como Eros con fuego en los pies / áspides en Sol Mayor / ascendiendo espejos en el vientre de mi beso / y Sade sentado a la mesa / mascando una bruja con ojos llenos de perfume”


Sade, Breton, Sade


Vivir completamente alejado de las grandes librerías, por no hablar de las pequeñas pero especializadas, acarrea el problema de que a veces se encargan libros que son un fiasco, porque de haberlos tenido uno en las manos nunca los hubiera comprado. En sentido inverso, se escapan libros que se piensa no tienen interés suficiente, o que son demasiado caros para lo que se espera de ellos. Dos buenos amigos –los amigos son lo único de que podemos sentirnos orgullosos– me salvan estos días de sendos errores, uno al enviarme regalado Sade. Attaquer le soleil y el otro al elogiarme el catálogo André Breton. La maison de verre, cuya exposición lo hizo viajar a Cahors. El primero suponía yo que era un conjunto más de reproducciones, con algún texto breve de Annie Le Brun, cuyos estudios sadianos ya conozco bien. El segundo parecía un vulgar pretexto para juntar obras de o cercanas a Breton en una muestra que a los cagatintas de Francia permitió reactivar unos días lo del “papa del surrealismo”.
La exposición de Sade, como ya se vio, ha desatado una polémica entre la pusilanimidad reinante, que, a mi entender, lo que viene a revelar es la plena vigencia de su poder subversivo. El catálogo (Musée d’Orsay/Gallimard) es impresionante, con más de 300 páginas acompañadas de una nutrida y exigente selección de ilustraciones, muchas secretas y casi todas violentas y/o eróticas, que van de lo espeluznante a lo hilarante, o no hubiera sido el Marqués un genio del humor –Breton muy bien que lo supo, al incluirlo con todos los honores en el increíble florilegio de su Antología del humor negro, uno de los más grandes libros del siglo XX. El ensayo de Annie Le Brun no es un parafraseo de Sade. De pronto un bloque de abismo, sino una reflexión tan nueva como profunda, desgranada en ocho capítulos (“Atacar el sol”, “Ver en la noche del cuerpo”, “Humano, demasiado humano, inhumano”, “El deseo de atrapar el deseo”, “Inversión de perspectiva”, “Absolutamente ateo”, “El deseo como principio de exceso” y “Primera conciencia física del infinito”) más una conclusión (“La noche de los relámpagos”). El título del primer capítulo, o sea el del propio catálogo, se toma de este pasaje sadiano: “Cuántas veces, maldición, no he deseado que se pueda atacar el sol, privar de él al universo, o servirse de él para abrasar el mundo?”
Las reflexiones de Annie Le Brun remiten a las imágenes que las acompañan, de todo tipo, pero cuyo valor, como quería Sade, se sitúa fuera del cuadro estético, ya que se trata de medirlas por su efecto de turbación física. Hay momentos en que la escritura de Annie Le Brun hace pensar en el Breton de L’art magique, no yéndole a la zaga cuando habla de Fuseli, de Ingres, de Kubin, de Moreau, de Redon, de Styrsky, de Benoît, de La muerte de Sardanápalo, de Les demoiselles d’Avignon o del romanticismo francés. Y como André Breton, Annie Le Brun no puede sino exaltarse cuando se acerca a este inquebrantable defensor de su libertad y que tuvo la valentía de no engañarse, de poner al desnudo la sociedad de su tiempo y la ferocidad del bicho humano.
En “La noche de los relámpagos”, Annie Le Brun se ocupa sucintamente de la posteridad sadiana: siglo XIX, el decisivo Apollinaire y por fin los surrealistas, con Robert Desnos, Max Ernst, Maurice Heine, André Breton, etc., situando al fin en el candelero la cuestión central del deseo. Aunque sea algo cándido pensar que la exposición y su catálogo puedan tener algún efecto, sí que suponen un antídoto a un presente en que “el horizonte se ha estrechado hasta el punto en que el comercio de las ideas se ha convertido en una feria de trampantojo para engañarnos tanto sobre el mundo como sobre nosotros mismos”.
Lo mejor que yo puedo decir de este libro extraordinario es que ha reavivado mi viejo entusiasmo por el Marqués y que funciona como un óptimo recargador de energía frente a tanta blandenguería, incluida la que exuda algunas veces el propio surrealismo “actual”.

*

El catálogo del Museo de Cahors se interesa por Breton en su relación con Saint-Cirq-Lapopie y el Lot. Como se sabe, Breton descubre Saint-Cirq-Lapopie durante su viaje hacia la “Ruta sin fronteras”, del movimiento de “Ciudadanos del mundo”. Como acabará por instalarse en el viejo Albergue de los Marinos, la idea de la exposición es abordar el puente de la villa norteña con la Rue Fontaine, y de ahí que haya un capítulo dedicado a su espacio parisino (con la gran riqueza iconográfica que este exige), otro al “azar objetivo en Saint-Cirq-Lapopie” y otro al movimiento impulsado por Garry Davis, quien acabaría como era de esperar, aparte haber tenido la adhesión de gente como Sartre y el abbé Pierre (estas son las “aperturas” del surrealismo).
El catálogo reúne una bella colección de obras y documentos, algunos inéditos, con breves comentarios de varias firmas, entre ellas la de Georges Sebbag, quien, por ejemplo, evoca la pasión bretoniana por las ágatas. Una cuarta sección se dedica a “Las mujeres: modelos y artistas”, con la foto de Baya (quien se lleva, con Nadja, la parte del león) reproducida aquí hace siete días.
Abundantes son, sin duda, las imágenes bellas e interesantes de este catálogo, pero yo me limitaré a destacar las siguientes: los dos montajes de Elisa Breton (¿cuándo reunirá una pequeña monografía todo lo que hizo, dotado de un encanto único y especial, y ejemplo de esa ausencia de pretenciosidad que encontramos en lo mejor del surrealismo?), El espejo de André Breton de Paul Duchein (1989) y uno de los tres enigmáticos talismanes de bronce regalados por Maurice Fourré a Breton cuando este le publicó La nuit du Rose-Hôtel. La última imagen da pie a una nota muy jugosa de Constance Krebs, donde descubrimos que Breton, al decirle a Maurice Fourré que uno de los talismanes lo acompaña siempre, le alude al “petit fouleur de lune” que blande un sol, origen más que probable del siguiente título de Fourré: Fleur de lune.
Si André Breton es por lo general objeto de los ataques más ignorantes, bajos o insidiosos, aquí nos encontramos con la otra cara de la moneda. En una ocasión se dice de él que “en el fondo, es la dulzura misma”, y tampoco es eso, y en otra que su famoso deseo del final de L’amour fou al bebé Aube es “el más bello canto que se conoce elevado a la procreación, a la perpetuación de la especie”. ¡Caramba! ¡Breton apóstol de la natalidad! ¡Sade venga en nuestra ayuda! (Por mi parte sobre esa cuestión, creo que, una vez exterminadas las culturas “primitivas” y los amerindios reducidos a “reservas”, lo mejor que quizás podía ocurrir es que la tal especie desapareciera de la faz de la Tierra.)
*


Me escribe otro visitante del Musée d’Orsay que la principal ausencia de la exposición es el gran Clovis Trouille, pintor surrealista y anarquista cuya obra no ha envejecido ni una arruga y que fue toda su vida un fanático del Marqués. Uno de sus más celebres cuadros es Justine (1957), pero aquí tenemos otro, titulado Dolmancé y sus fantasmas de lujuria (1959), también conocido como Dolmancé en su castillo de Lacoste y Lujuria, o los ensueños del Marqués de Sade. Recuérdese que Dolmancé es el protagonista masculino de La filosofía en el tocador.

miércoles, 14 de enero de 2015

Exposición de Patrick Hourihan


Para febrero se anuncia una importante exposición. Tendrá lugar en la Highgate Gallery de Londres y presenta 25 cajas y montajes y 200 dibujos y pinturas automáticas de Patrick Hourihan, componente del Surrealist London Action Group que desde hace unos pocos años hace honor a estas palabras de Ghérasim Luca: “El proyecto de clavar un cuchillo en la espalda de lo ya visto con la construcción estremecida de una visión, de un espacio y de una sensibilidad completamente otra, me parece la justificación y la permanente razón de ser del movimiento surrealista”.
El título no puede ser más incitativo: “El misterioso Mr. K y compañía”. Para la inauguración, el día 6 a las 8:30, Slag espera contar con los amigos del surrealismo, “preferably in person, although visits in spirit, by telepathy/telekinesis or through the use of doppelgängers or other proxies will also be warmly welcomed”. ¡Allí estaremos!

Mireille Cangardel


También “en espíritu” pensamos estar en la nueva exposición de Mireille Cangardel, que tendrá lugar en el Espace Bouquières de Tolosa del 19 al 31 de enero.
He aquí una de las raras perduraciones del más puro espíritu de lo maravilloso que ha alimentado el surrealismo desde sus orígenes. De  un sentido mágico que desde Nadja ha viajado hasta Mireille Cangardel, pasando, entre otros nombres, por una Baya o una Mimi Parent.

*

A las pocas horas de acordarme de Baya, hojeo el catálogo La maison de verre. André Breton initiateur découvreur. En la página 33 se reproduce esta foto suya en la galería Maeght, junto a una de sus esculturas, año de 1947, cuando Breton hizo el texto para esa exposición. Baya tenía entonces 15 ó 16 años. Inmediatamente, con ese viejo gusto mío por las lecturas salteadas, entro en la sección “¡Más realidad!”, del último número de Salamandra, recibido el mismo día que el catálogo de Breton, y, en el precioso texto de Julio Monteverde, veo que se habla de Nadja y de sus ojos. Mi tercera lectura surrealista del momento es el enorme volumen sobre Stysrky de Srp/Bydzovská, y las páginas que me leo ahora están dedicadas al omnipresente motivo de los ojos en esta figura capital del surrealismo –y a Julio Monteverde le gustará saber que el título del libro de Nezval Rue Gît-le-Cœur, que él se compra y se lee en su viaje parisino al que dedica su comunicación de azar objetivo, alude no solo a una vieja calle de París sino al infarto de su amigo Styrsky durante el viaje que hicieron juntos a París, 75 años exactos antes del suyo. Por fin, en esta pequeña cascada de coincidencias, la portada del catálogo de Breton reproduce el molde del guante de Lise Deharme que esta amiga de Breton le hizo llegar para que ilustrara Nadja y que Breton tenía sobre su mesa de trabajo de la Rue Fontaine, ocurriendo que la ilustración de Mireille Cangardel que encabeza esta nota no solo muestra unos guantes, sino que el que está boca abajo remite a la imagen en que se ven dentro de un corazón el número 13 (que a la vez forma las iniciales de André Breton) y el nombre de Nadja (“una mirada de oro”, dirá Breton de sus ojos en este autorretrato) y a su vez la composición del conjunto a otro de los célebres dibujos de Nadja, el del “verdadero escudo de Aquiles”.

Rodrigo Verdugo: “Ventanas quebradas”

La última publicación surrealista de 2014 fue el poemario de Rodrigo Verdugo Ventanas quebradas. Lleva prólogo de Lorenzo Peirano y es su segunda entrega después de Nudos velados, aparecido en 2002 con prólogo de Roberto Yáñez e ilustraciones de Aldo Alcota.
Nacido en 1977, Rodrigo Verdugo es uno de los nombres fijos del grupo Derrame, participando en todas sus actividades. Es también collagista, estando presente en diversas exposiciones del surrealismo, incluida “O reverso do olhar”. Este es su collage Intersticio del día cero:


Textos anarquistas de André Bernard

André Bernard, Imaginación y revuelta, 1995

Como hace un par de meses nos ocupamos de André Bernard y el surrealismo, hoy damos noticia de la publicación, el año pasado, de su recopilación de crónicas anarquistas Écritures et parlures de désobéissance, que sucede a Être anarchiste oblige! Récit de vie, écrits divers (2010) y Chroniques de la désobéissance et autres textes (2012). Editados siempre por el Atelier de Création Libertaire, se trata de todo un arsenal de pensamiento libre y de revuelta, inextricablemente unido a la insaciable curiosidad de la vida que pasa.
“Desobedecer no es tan fácil, pues implica la pérdida de una cierta seguridad; uno se encuentra entonces al margen y sin protección. La soledad nos espera, y habrá que afrontarla con la fuerza de la libertad interior.
La libertad interior es la condición de la desobediencia; del mismo modo que la capacidad de desobediencia es condición de la libertad a secas.
La libertad y la capacidad de desobedecer son inseparables”.

“Parapluycha”: el surrealismo en Burdeos, años 60/70


Aunque el discurso académico sigue centrado en el surrealismo de los años 20 y 30 e inmediatas secuelas y prolongaciones, incluso un curioso impenitente del surrealismo como soy yo mismo sigue haciendo descubrimientos de los que no tenía ni la más mínima noticia. ¿Qué mejor índice de su riqueza inagotable? Es un amigo de Tolosa quien me hace llegar la documentación sobre esta sorprendente proyección del surrealismo en Burdeos, entre 1966 y 1979. Documentación salvada gracias al imprescindible n. 16 de la revista aquitana Jour de Lettres. Un nombre es bien conocido: Jacques Abeille. Pero aquí para qué comentarios: presentamos la portada y todas las páginas que se ocupan de esta espléndida aventura bordelesa.

miércoles, 7 de enero de 2015

Sade

Jindrich Styrsky, Castillo de La Coste, 1932

El Marqués de Sade no ha dejado nunca de levantar polvareda. Esta vez, el detonante ha sido la exposición que se le está dedicando en el Musée d’Orsay, y en la que ha sido central la intervención de Annie Le Brun. Una diatriba de Étienne Corvin contra Sade, en su blog, provocó repulsas contundentes, a la vez que muchas felicitaciones, que en el citado blog encabeza Eddie Breuil, el director del site Mélusine.
A veces resultan cansinas estas reediciones de cuestiones tiempo ha debatidas. El texto de Étienne Corvin es deleznable, e impecable por lo que a mí respecta la respuesta de Bertrand Schmitt. A ambos remitimos. Joël Gayraud, por su parte, habla a propósito del primero de “pusilanimidad intelectual”, “total inconsistencia filosófica” e “ignominia”.
http://nouvelles-hybrides.fr/wordpress/?p=8167
Corne-vain

Breves

La mejor felicitación del año nos la envía Kenneth Cox:


*
En L’Oie de Cravan aparece Les jours sans tain, de Benoît Chaput, con poemas desde Les pirats au couvent (Myrddin, 2008). Lo ilustran las fotos de dos objetos de Alan Glass, creados para esta recopilación.


http://www.oiedecravan.com/cat/catalogue.php
*
“Souffle continu”. Un battement de paupières es un cuaderno de Jean- Pierre Paraggio y Julien Starck, homenaje al músico Hamid Drake, publicado en la Collection de l’umbo. Se refiere que “el juego de párpados fue entablado en 2008 por Jean-Pierre Paraggio y resulta de desvíos, combinaciones, prolongaciones a la tinta, habiéndose acabado en 2014 tras el choque sensible de los conciertos”, y que “las palabras libremente asociadas son extraídas de «Soirées», un poema inédito de Julien Starck”. He aquí dos de sus seis páginas:


*
Una interesante reseña de “Infra-Noir”, un et multiple ha realizado Georges Sebbag:
*
Para agosto de 2016 le dejan al surrealismo un nicho en las célebres “décadas de Cerisy”. Ello, porque se cumplen 50 años de las que tuvieron lugar en 1966, excepcionales de todo punto porque las organizó Ferdinand Alquié, y porque intervinieron los surrealistas del último grupo en torno a André Breton, que murió ese mismo año. ¿Dónde tiene el surrealismo hoy un amigo como Alquié? ¿Y es posible hoy evitar el escollo universitario –prácticamente inexistente en las primeras décadas del surrealismo, pero cada vez más monstruoso y todopoderoso desde el famoso “mayo francés”– y darle también la palabra a los componentes del actual grupo surrealista de París o a sus amigos extranjeros pero que frecuentan París?
*
Mañana, 8 de enero, se presenta en la Casa da Liberdade-Mário Cesariny un número especial de la revista Entre, dedicado a Cruzeiro Seixas (dossier de 50 páginas), con presentación de su coordinador, António Cândido Franco.
*
Una lujosísima obra sobre los surrealistas portugueses comienza a lanzarse estos días, obra de Isabel Meyrelles, la colaboradora de Santiago Ribeiro que, en la reciente entrevista a A Ideia, contaba cómo en París se introdujo al surrealismo a través del abyecto antisurrealista Tristan Tzara, a la vez que no quiso conocer a André Breton debido a “su fobia de las mujeres y de los homosexuales”.
Recordemos que en 2004 Isabel Meyrelles realizó la escultura Le revolver à cheveux blancs (Hommage à André Breton).
*
Este sábado, 10 de enero en el Halle Saint-Pierre de París, hay un coloquio sobre editar la poesía surrealista hoy, con participación de Laure Missir, Guy Girard y Richard Walter. Acompaña una proyección de las películas de Michel Zimbacca.

“Littérature”: Man Ray/Picabia

Ya en 2007, la galería 1900-2000 publicó el catálogo Francis Picabia. Dessins pour “Littérature”, con las portadas inéditas de Picabia y ensayos de William Camfield y Jean-Jacques Lebel.
Ahora, acompañando una exposición celebrada el pasado verano, el Centre National d’Art et de Culture instalado en Les Halles publica un bello catálogo de unas 150 páginas, perfectamente ilustrado, que une las intervenciones de Picabia a las de Man Ray.
Los textos son de Carole Boulbès sobre la revista, de Christian Briend sobre los dibujos de Picabia y de Clément Chéroux sobre las cinco fotos que la ilustraron, una de autor desconocido, pero importante por tratarse de un pionero retrato de escaparate (el de una carnicería), y cuatro de Man Ray: la del Grand verre cubierto de polvo, la de un cuadro de Picasso, una rayografía y el maravilloso Violon d’Ingres, con la maravillosa Kiki de Montparnasse. En el texto de Carole Boulbès no faltan las tonterías a que nos tiene acostumbrados en sus estudios sobre Picabia, el de Clément Chéroux es excelente aunque hable mucho de “estética” y el de Christian Briend es irreprochable. Al final, hay unas semblanzas de todos los presentes en la segunda serie de Littérature, que es la que ya pertenece de lleno al surrealismo.