martes, 22 de julio de 2025

René Alleau, soñador definitivo

Las minas abandonadas de La Mancha, Dielette, 1975

Otra gran publicación sobre René Alleau, y nuevamente en Venus d'Ailleurs, aborda su obra gráfica, en particular la acuarelística. Como es la norma en estas ediciones, riqueza de reproducciones a todo color, esmero diseñístico (sobrio y a la vez muy rico, que eso es bien posible pero raro) y trabajos de uniforme y extremo valor. El apartado Alleau de una buena biblioteca surrealista no debe prescindir de este volumen, pero es que además es un soplo de vida para los actuales tiempos, tan difíciles y hostiles como otros cualesquiera, pero con la diferencia de que son los que nos tocan vivir.

El título, Rêveur definitif, es la expresión con que él designaba al pintor, o sea al verdadero pintor. Presenta el libro la hija de Alleau, quien a la muerte de su padre descubrió una enorme cantidad de pequeñas acuarelas y de manuscritos sobre ellas, que hacían pensar en un proyecto de tratado. La acuarela era para Alleau un "medio de componer sueños con el agua", una "forma de escritura que comporta un alfabeto de signos y de colores, inventados por el propio artista y que tienen significaciones diversas como un poema, un ensayo o una novela". No olvidemos que, en propias palabras de nuestro artista hermetista, el agua es "la materia misteriosa por excelencia".

El primer estudio es de Gilles Boucherie, y se titula "El filósofo en el paisaje". Explora los motivos más específicos de las acuarelas (rostros y castillos emergiendo de espacios vaporosos, sobre todo) y determina con justeza la ausencia del elemento fantástico, poco o nada exitoso en áreas surrealistas; A la vez, las acuarelas de Alleau son una investigación sobre técnicas antiguas y una "interrogación sobre nuestra percepción del mundo".

Patrick Lepetit, desde hace tiempo una de las más notorias y genuinas autoridades del surrealismo en todo lo que se refiere a su dimensión esotérica, se centra en los paisajes y los "arrière-paysages" en Alleau. Profundizando en su sentido cósmico, Lepetit nombra a Josef Sima, Víctor Hugo, John Constable y el arte extremo-oriental.

Sigue una entrevista de Yoan Armand Gil a Bernard Roger, que conoció bien a Alleau y nos ofrece un testimonio de lujo. Las principales cuestiones que se desgranan son la entrada de Roger en el surrealismo, su encuentro con Alleau, las figuras de Canseliet, Baskine y Hunwald, el Círculo Hermes, las tan influyentes conferencias de Alleau, la Bibliotheca Hermetica y por fin la propia pintura de su amigo. Aquí surgen otros nombres en que las acuarelas hacen pensar, como Turner, Moreau y Redon, pero yo extraño a lo largo del libro el de Strindberg, por sus óleos de paisajes y marinas.

David Nadeau, otro autor decisivo en los estudios sobre surrealismo y hermetismo aparecidos en el último par de décadas, se centra específicamente en el surrealismo de Alleau, cuyo compromiso con el surrealismo fue "profundo y duradero", en particular por lo que se refiere a la busca de lo maravilloso (no habría que dejar aparte el perfil de nobleza que lo caracterizaba), y señala como su principal aportación teórica al surrealismo el concepto de imaginal, la noción de un espacio-tiempo imaginal. Nadeau caracteriza sus paisajes de manera muy bella al final de su ensayo.

Más específico, pero bienvenido, es el trabajo siguiente, de Pierre Mollier, sobre heráldica y surrealismo, con los ejemplos de Marcel Jean, Jorge Camacho y Alleu en tándem con Philippe Audoin. De Camacho es su Heráldica alquímica nueva, aparecida en 1978, con prefacio de Canseliet, en Le Soleil Noir. De Marcel Jean, su heráldica en el almanaque surrealista del medio siglo, a la que he recurrido varias veces a lo largo de mis trabajos en este espacio sobre Apollinaire, Sade, Rimbaud, Kafka, Duchamp y otros; al disponer ahora de las versiones coloreadas, he procedido hace unos días a actualizar sus blasones, pero para una más cómoda visión, he aquí la página definitiva, en Rêveur definitif:


El último artículo es de Jean Viride, sobre Alleau y otro pintor hermetista, totalmente desconocido para mí, Louis Cattiaux, ambos "fieles a la vocación unitiva e iluminadora del arte medieval, tanto como a la videncia rimbaldiana".

Pero eso no es todo, ya que al final hay una serie de reflexiones y notas del amigo Alleau sobre el paisaje y la acuarela. Se desprende sin duda mucho de su afirmación siguiente: "Lo que me seduce en el paisaje es que ningún género de escritura o de pintura se presta menos al antropocentrismo y al narcisismo". Y tras hacer una disquisición sobre la semejanza del pintor y el alquimista, aún nos regala una embestida impagable a Picasso visto como una carpa monstruosa y a la pintura que idolatra lo perecible, por utilizar sus palabras. Un bello cuadro práctico de los colores, dos poemas y su respuesta a la exposición sobre arte y alquimia que hizo Arturo Schwarz en Venecia (cuyo catálogo me fue tan útil para el Caleidoscopio surrealista) redondean este volumen que apareció en 2023, escapándoseme entonces, cuando se trataba de una de las grandes publicaciones de ese año.


sábado, 19 de julio de 2025

París-Copenhague

De nuevo Xesús González Gómez nos incita a una serie de rápidas pesquisas en el dédalo surrealista. Nos envía el enlace del número 280 de los Cahiers du Sud, 1946, que se abre con una amplia antología del surrealismo realizada por un tal Claude Serbanne, más o menos acertada pero con los típicos prejuicios contra el automatismo y el carácter supuestamente "sectario" del surrealismo. Serbanne, según nos informa Mattias Forshage en su invalorable historia del surrealismo boreal, era un asociado del automaldenominado "surrealismo revolucionario", lo que explica mucho. Hay también, al final de este número de Cahiers du Sud, reseñas de Arcane 17 de Breton y de Le siège de l'air de Arp.

Claude Serbanne publicó al año siguiente una antología general del surrealismo, en lengua danesa. Pero el traductor era Steen Colding, una figura mayor del surrealismo en Dinamarca y a quien sin duda se debe el mayor rigor de la antología. La cubierta era de Wilhelm Freddie y en el interior se incluía una carta del artista a André Breton. Este libro aparece en mi cronología del surrealismo con el título de El hostigador de la duda, a nombre de Colding.

De una subasta de libros extraigo la de El hostigador de la duda junto a otra antología danesa, titulada El surrealismo actual. Poesía y prosa, editada por Finn Hermann en 1966 (ver enlace). Si uno siguiera esta sola información, dudaría del proyecto, ya que Louis Aragon en 1966 no es que formara mucha ni ninguna parte del "surrealismo actual", pero se trata en realidad de una antología general, como nos aclara Mattias Forshage:

"Finn Hermann compiles the surrealist anthology Aktuel Surrealisme, obviously in close collaboration with the French surrealist group, and in that sense an equivalent of the Swedish Spektrum anthology of the 30s. In comparison to that, Herrmann’s anthology is much larger and also broader, focusing on poetry but also including a substantial section of polemical or theoretical texts. To this date, this is the most substantial anthology of surrealism in translation in any nordic language. The poetic texts range from the 20s French classics (Aragon, Artaud, Breton, Crevel etc) over subsequent newcomers from different corners of the world (Césaire, Chazal, Heisler, Luca, Magloire St-Aude, Moro, Nougé, Paz, etc) to the most active at the time (Cabanel, Legrand, Mansour, Pieyre de Mandiargues, Schehadé, etc). The critical texts range from Breton classics to several pieces from recent journals and 31 from the catalog of the 1965 international surrealist exhibition L’Ecart absolu. However it is very remarkable that the international scope of the journal is the current limited outlook of the French group, with only some remarkable individuals from outside France, and strikingly, only one single contributor from the nordic countries, which is Wilhelm Freddie, represented with his entire collected lyrical production of three small poems… Hermann appears to be a openminded art critic with radical political views, but I have not been able to find much information about his personal relationship with surrealism and his other possibly surrealist activites, except that he participated in a Dutch surrealist exhibition in Velp 1967. Speaking of translations, Uffe Harder and Torbern Brostrøm translate classic French surrealist poetry into Danish in 7 franske digtere 1962, and Jørgen Sonne translates Lautréamont in 1969".

Pero aprovechemos para recordar a Steen Colding, magnífica figura del movimiento surrealista:

Steen Colding (1900-1979). Notable crítico, defensor e ilustrador del surrealismo durante nada menos que medio siglo. Desde 1935 (en que se enfrentó a los detractores de Freddie, como haría luego con los de Svanberg), y hasta 1967, sostuvo una columna de comentarios sobre el arte coetáneo, estableciendo además relaciones con figuras del surrealismo internacional, como Luca o Götz, en los años 40. En 1947 publicó el libro El hostigador de la duda, antología de poemas y textos surrealistas internacionales, que provocó una polémica en la prensa. En la introducción a este libro, reeditado en 1972, Steen Colding podía afirmar que “el conocimiento y la comprensión del surrealismo, ese movimiento de gran envergadura que se ha propagado por el mundo entero, es bastante limitado en Dinamarca”, donde ha concitado mayormente el ataque o la indiferencia, una actitud de “angustia” que para él se debe a “la conciencia de las fuerzas dinámicas que subyacen en el surrealismo, de su poder de hacer estallar todas las formas de vida humana conocidas (cualquiera que sea su forma de expresión), resultando de ello la aniquilación de la burguesía”.
Steen Colding colaboró en Rixes, L’Âge du Cinéma, Phases, Edda, TransformaCtion, Brumes Blondes, etc. En 1971 recopiló sus poemas y prosas poéticas en La risa que nunca se rió, con ilustraciones de Jacques Hérold, Ghérasim Luca, Svanberg, Freddie, Lacomblez, Philippe Collage, etc. Estos datos revelan su plena inserción en el corazón del surrealismo. En el catálogo de la exposición mundial de Chicago (1976), se notifica que, por enfermedad, Colding delega la organización de la participación danesa en el joven poeta y escritor Ulf Gudmundsen. Por entonces, en torno a Colding y a Georg Broe, funcionaba el grupo de Los Surrealistas.

Wilhelm Freddie,
El navío máquina de coser, 1939

jueves, 17 de julio de 2025

Annie Le Brun y la espléndida necesidad del sabotaje

Acceso libre a unas magníficas páginas sobre Annie Le Brun, quien, además, habla, entre otras cosas, de René Riesel y del gran Unabomber (al final, algunas de sus cartas, siempre con sus verdades como puños y su lucidez implacable, tan aborrecida y hasta odiada por todo el abanico ideológico).

Unabomber:

"Incluso si la mayoría de las personas de la sociedad industrial se declarara satisfecha, nosotros (Freedom Club) continuaríamos oponiéndonos a esta forma de sociedad, y ello (entre otras razones) por considerar degradante el hecho de esta pretender satisfacer la necesidad del proceso de poder con base en actividades sucedáneas o en la identificación con organizaciones, en vez de hacerlo con base en la búsqueda de objetivos auténticos."

"Las personas ansiosas por salvar la libertad sin sacrificar los supuestos beneficios de la tecnología no dejarán de proponer modelos ingenuos de sociedad, intentando reconciliar la libertad con la tecnología, cuando la libertad y el progreso tecnológico son incompatibles".

"Lo mejor es desembarazarnos de todo este sistema nauseabundo, asumiendo las respectivas consecuencias".

"Nuestro objetivo se limita a desmantelar la actual forma de sociedad".

https://chez.renart.info/Annie-Le-Brun-et-la-splendide-necessite-du-sabotage

martes, 15 de julio de 2025

LRS, n. 4, 15 de julio de 1925


El 2 de julio de 1925 tuvieron lugar los incidentes en el banquete de honor a Saint-Pol-Roux. El día 15 aparecía el cuarto número de La Révolution Surréaliste, ya con André Breton al mando y la ausencia de Antonin Artaud.

La portada lleva la proclama "Et guerre au travail", acompañada de una foto de Man Ray, la de un escuálido maniquí de la exposición de Artes Decorativas que se celebraba en París; quizás hubiera sido mejor alguna imagen más acorde con el carácter explosivo de la proclama.

El editorial de Breton, acompañado de un dibujo mediúmnico, es admirable, poniendo los puntos sobre las íes a algunas veleidades de Éluard, Aragon y Masson y situando al surrealismo "a las órdenes de lo maravilloso"  y contra "el abominable confort moderno".

Los poemas son de Éluard, y el segundo de ellos estaba caligrafiado en el muro de la casa de Yves Tanguy. Hay sueños de Max Morise y de Michel Leiris, y "textos surrealistas" de Philippe Soupault, Marcel Noll, Georges Malkine y Paul Éluard (el de Soupault añade notas importantes sobre Raymond Roussel y sobre Fantomas, y el de Malkine ocupó a Sarane Alexandrian en una página del capítulo que dedica a "Breton y el amor surrealista" en Les libérateurs de l'amour).

A continuación, un capítulo de Mort aux vaches et au champ d'honneur, inmortal obra de Péret, una nueva maravilla de Desnos ("La baie de la faim"), la continuación del Glosario de Leiris y una "Nomenclatura" de Jacques-André Boiffard.

Uno no sabe cuál habrá sido la reacción de los cándidos poetas de la Residencia de Estudiantes a la incendiaria conferencia proferida allí tres meses antes por Louis Aragon, parcialmente reproducida en este número, con su diatriba contra el trabajo y su exaltación del pensamiento artaudiano. Y es que en España todavía ni habían pasado por la triste celebración del centenario de Góngora.

El plato fuerte del número, en un plano teórico, es el arranque de "Le surréalisme et la peinture", de Breton, exponiendo el concepto de "modelo interior". ¡Y qué arranque de ese arranque, con el postulado "El ojo existe en estado salvaje"! 

En el capítulo de Exposiciones, Max Morise embiste contra la involución de Chirico, y en el de Correspondencia Breton fulmina a Joseph Delteil.

Picasso se lleva la palma de las ilustraciones, nada menos que con cinco, una de ellas Las señoritas de Aviñó, que se reproducía por primera vez. Pero más significativas son las dos de Max Ernst, con dos piezas decisivas: la de los dos niños amenazados por un ruiseñor y La révolution la nuit. No menos "clásica" es la de El cazador, de Miró, mientras que de Masson, la estrella artística del número anterior, solo está La armadura, que perteneció a Breton. Hay otras de Chirico, Pierre Roy y Man Ray, más una bella foto de la mujer de Saint-Pol-Roux, Divine, en la costa bretona, con una gaviota posada sobre su cabeza.

LRS, 4

Max Ernst,
Pietà ou La révolution la nuit (1923)

jueves, 10 de julio de 2025

Guy Ducornet, 2013 (2)

Encontrado en un sobre de 2013, esta noticia de unas lecturas de 2007 en el desaparecido Musée de l'Érotisme lleva una sabrosa acotación suya contra una de sus bestias negras:



Abre el segundo pdf del año 2013 una postal para anunciarme el regalo del libro de fotos de Rodolphe Hammadi Paris surréaliste, y la reflexión sobre la herencia de la fotografía surrealista (nombrando a Man Ray y Brassaï) la ilustra con una de sus propias fotos callejeras, que ha titulado Rhapsody in Blue, viejo estándar jazzístico.

La carta del 10 de marzo, con el collage de la Place André Breton, se centra en la reciente publicación de los dos tomos de Invisible Heads, que describen la trayectoria de los surrealistas americanos que se desligaron del grupo Arsenal. Ducornet toma el partido de su amigo Franklin Rosemont y da sus razones, discrepando cordialmente de la reciente reseña de Laurens Vancrevel en el número 98 de Infosurr (la suya aparecería en el 101). Mi punto de vista sobre esta cuestión lo expresé sucintamente en una reseña de la revista, y estaba más cerca de Vancrevel que del suyo.

El 4 de abril me envía dos imágenes de la exposición Histoires 100 Paroles, con fotos de sus encuentros en la galería con Alain Joubert, Joël Gayraud y Dominique Rabourdin.

A partir de aquí me enfrasco en un cierto laberinto de cartas sin fecha, que ha sido un rompecabezas ordenar de modo aproximado. La primera la abre respondiendo a una cuestión mía sobre los firmantes del manifiesto antirreligioso de 1948, antes de contar por escrito lo que me había contado a mí en Tenerife: la maravillosa anécdota de su visita a la tumba de Torquemada, en la que escupió ante los ojos atónitos del monje que lo había guiado allí. Comienza aquí a desarrollar su berrinche contra "ese cretino de Claude Courtot", aún limitado a su rastrero ataque a Édouard Jaguer y Anne Éthuin, que ya me había indignado a mí. Alude a un collage de título Bienvenue à l'Orotava!, que tengo la desgracia de no conocer. Y anuncia su viaje a S. Paulo y los Estados Unidos, para participar en la exposición sobre el libro objeto organizada por Sergio Lima y para presentar Annandale Blues.

La del 29 de julio de 2013 informa del proyecto del almanaque de Brumes Blondes, que pronto vería la luz, y entra ya a fondo en el asunto Courtot, adicionándome las cartas que ha escrito al propio Courtot (¡admirable!), Gérard Roche y Jerôme Duwa, para señalar su renuncia a formar parte del comité de la Asociación de los Amigos de Benjamin Péret, por no querer sentarse a su lado, y más que por las sandeces acumuladas en su miserabilista "Pseudocrónica de una desventura antisurrealista", por haber manifestado allí la alegría y el entusiasmo que le habían producido la matanza de las llamadas Torres Gemelas y su odio hacia todo lo norteamericano. La siguiente, no datada, retoma la cuestión de su carta de dimisión, señala el carácter valiente y novedoso del libro de Melanie Nicholson sobre el surrealismo en Latinoamérica, reivindica la obra literaria de Rikki, etc.

En la siguiente, tampoco datada, describe de nuevo, con tintes poéticos, el Loire Valley, donde pasaba parte del año, en medio de la naturaleza. Evoca fugazmente un conflicto con el grupo de París, a cuenta de Pierre Sabourin, y lo considera superado, el distanciamiento de Marie-Dominique Massoni permitiendo ahora aproximarse a ellos. Refiere haber sido invitado a la exposición local "Le bestiaire enchanté", a la que aportará obras de su propia casa, de artistas como Max Bucaille (of course!), Jorge Camacho , Wifredo Lam, Philippe Collage, Toyen, Zydron, Silbermann, Cruzeiro Seixas, Rikki, Philip West, Revilla, Anne Éthuin, Penelope Rosemont, Guy Girard, Ody Saban, etc. La de cinco de septiembre aludirá a la instalación del bestiario, pero las imágenes que en la postal un día posterior me dice ha enviado, no las localizo o no las bajé del correo. La deliciosa matraquilla de Courtot prosigue en esa carta y en la del 9 de septiembre, que es una pura burla. Sale el trotamundos para el continente americano, donde estará hasta principios de octubre, y desde donde me mandará la postal de las Torres Gemelas. 

Ya en octubre, hay dos cartas sin fecha, pero ubicables porque la exposición de Joseph Cornell en Lyon, reseñada por él en el número 110 de Infosurr, se inauguraba el día 18 de ese mes. Una de las cartas, con el sello de El Hierro, es manuscrita, y la otra (a la que quizás falte la segunda parte) vuelve sobre Courtot, pero también da cuenta de su visita a la casa de Víctor Hugo, donde se celebraba la también bella exposición sobre el gran poeta y los surrealistas. Encanta el entusiasmo de Ducornet por la obra cornelliana, y encanta la valoración que hace de ella.

El 26 de noviembre me manda media docena de billetes postales de gran tamaño, repletos de motivos parisinos, de los que me limito a reproducir uno, y el 17 de diciembre partían él y Ghislaine de nuevo para los Estados Unidos.



sábado, 5 de julio de 2025

Sade y el surrealismo (1932-1934)

En 1932, Toyen (con quien volveremos a encontrarnos) ilustra para las Ediciones 69 Justine:




En el mes de julio, Styrsky, interesado por Sade desde los años 20, visita Lacoste y narra sus impresiones en un gran ensayo, La tierra del Marqués de Sade, aparecido al año siguiente con una serie de fotografías:



Styrsky no concluyó un libro sobre Sade que iba a titular El ocupante de la Bastilla. Solo completó los primeros cinco capítulos, cubriendo los años 1740-1767; el primero, "Leyendas y antepasados", lo publica en 1931, pero habrá que esperar a 1969 para que Frantisej Smejkal dé a conocer los siguientes. Ya en 1937 pintará Gift que él consideraba un retrato de Sade, tal y como Breton había considerado la imagen daliniana que veíamos en la anterior entrega:


Retomamos Le Surréalisme au service de la Révolution, porque en la sección final del número 5, aparecido el 15 de mayo de 1933, nos encontramos con el célebre Monumento a D.A.F. de Sade de Man Ray, hecho para una edición de Los 120 días de Sodoma (añado dos fotos del colgante que hizo a principios de los 70, la segunda con Juliette ostentándolo):




En este mismo número, Maurice Heine publica la cuarta parte de su "Actualidad de Sade", con su largo ensayo "De Justine a La nueva Justine a través de las hojillas inéditas", y en el siguiente, aparecido simultáneamente, Maurice Henry propone suprimir la Plaza de la República y colocar en su centro una estatua de Sade prohibiéndose la entrada a la nueva plaza.

1933 es un año espectacular, ya que, a la vez que prosigue con toda pujanza la revista del grupo, surge Minotaure, en cuyo número inaugural Maurice Heine publica "Dramaturgia de Sade". Ese mismo año, Heine da a la luz en la NRF "El Marqués de Sade y la novela gótica", del mismo modo que ya en 1936, en el número 8 de Minotaure, aparecerán las "Miradas sobre el infierno antropoclásico", con un diálogo entre las sombras de Sade y de Jack el Destripador.

Pero más aún: el infatigable divulgador y explorador del Marqués le dedica en Documents 34 un homenaje poético:



Cerramos este capítulo con Camille Bryen y El fantasma cotidiano de Sade, de 1934, fotografiado por Raoul Michelet en L'aventure des objets, 1937. El propio Camille Bryen ha hablado de este objeto "semiautomático" :


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miércoles, 2 de julio de 2025

Venus d'ailleurs

Yoan Armand Gil, Archipiélagos

Venidos de otra parte, o sea, de la vrai vie, que al final es la única parte vivible o sea vivificante y digna de ser vivida. Resulta apabullante el catálogo que en pocos años se ha forjado Venus d'ailleurs, gracias a la iniciativa incansable y sin concesiones de Yoan Armand Gil. Echemos un rápido vistazo a sus "colecciones", que son cerca de una veintena.

La revista homónima va ya por su número 14 y se ofrece una caja con los doce primeros, mientras que al número inaugural de Halo nos hemos referido recientemente. La tercera colección es la de La Nouvelle Revue Moderne de Philippe Lemaire, con colaboraciones de Jean-Pierre Paraggio, Jacques Abeille, Laure Missir, etc. "La boîte à gant" cuenta con la sección "Los Grandes Transparentes", que incluye obras de Érik Satie, Jacques Vaché, Malcolm de Chazal, Lou Dubois... y Miguel de Unamuno, por sus siempre modernos Apuntes para un tratado de cocotología. Otra revista, El ojo heliotropo, es la publicación de la galería de Arlés así llamada.

Pero la colección en que se acumulan más obras de interés para los lectores de este blog es la titulada "Idea", que a su vez se divide en estos cinco apartados: "Génesis de las vanguardias", "Dada, surrealismo y Cª", "Utopías libertarias", "Contemporáneos", "Absurdo" y "Hermética". La abren las artes inoherentes y siguen piezas, entre otros, de Duchamp, Jarry, Nerval (por René Daumal), Gilbert-Lecomte, Hausman, Schwitters, Chazal, Labisse, Fourier, Stirner, Alleau, Éliphas Levi, Patrick Lepetit y Bernard Roger. El libro sobre la obra gráfica de Alleau es importantísimo y esperamos reseñarlo aquí.

La colección "Poiesis" incluye una Oda a Annie Le Brun por Nadine Ribault, Le Promenade de Vénus de Sergio Lima y páginas sobre Victor Brauner, mientras que "Pallas Hôtel" se orienta a los autores actuales, como Sylwia Chrostowska, Joël Gayraud o Laurent Albarracin. Siguen los "Carnets de dibujos", la colección "Isis" y la titulada "Orteluque", esta con un homenaje a Brauner por Benoit Pingeot, más libritos de Charles Fourier y Alphonse Allais y un conjunto de collages y textos de Philippe Lemaire con el bello título de El humor negro iluminando el mundo.

Los discos digitales son objeto de la colección "Anima", en la que encontramos una "ficción-homenaje a Érik Satie", y la música de la titulada "Muse Sick", a la que sigue el "Teatro de papel". "Boat" es la que rige una serie de minilibros en rollos, entre los cuales uno con las calaveras de Posada y otro con los collages de Andersen. Por último, hay una colección de ediciones especiales y otra de obras y estampas realizadas en el propio taller de la editorial. Entre las ediciones especiales, hay que distinguir tres: la del catálogo sobre surrealismo y masonería (reseñado aquí); la del catálogo de la reciente exposición del centenario del primer manifiesto del surrealismo, organizada en Portugal por Miguel de Carvalho y pronto en la Fundación Granell; la de Jacques Maréchal (que no he podido obtener, ya que se agotó muy pronto, pero que se va a reeditar y sin duda es la publicación definitiva sobre este artista visionario, cercano un tiempo al surrealismo); y la de fotos de Aurélie Aura, creadora de objetos muy poéticos y sorprendentes (Solutions acides & Rêves salins, con textos de Marie-Dominique Massoni, David Nadeau y Dominique Paul, entre otros).

Aurélie Aura, Trompetilla acústica

Aparte la sección de las colecciones, hay otra de "Álbumes de fotos" y otra de "Actos", con sus catálogos correspondientes. En conjunto, como dije al principio, una labor apabullante, que hay que ver para creer: