Cuatro nuevos números de Soapbox:
También siguen saliendo las Cartas de Sète. En esta última, Jean-Raphaël Prieto, con una atinada reflexión sobre el arte donde profundiza en las obras de Jacques Le Maréchal y Jean-Pierre Paraggio, nos resarce de su anterior entrega, también aparecida en los Cahiers de l'umbo, y como mínima desoladora como lo son todos los intentos mutilacionistas del surrealismo, en esta ocasión, con energías dignas de una mejor cruzada y sin la mínima sutileza (hasta con la alquimia en el saco de denostaciones), de su vertiente esotérica, apoyándose con más pena que gloria en unas cartas de Artaud bien conocidas.
El mutilacionismo del surrealismo no es un hábito nuevo, y lo ha habido sobre todo por lo que se refiere a sus aspectos esotérico, plástico y político (este último cercenamiento me parece ya el menos denostable, cuando echo la vista hacia atrás y me encuentro a lo largo de sus cien años con frecuentes dislates, a la cabeza de los cuales aquella asombrosa aberración del surrealismo estalinista, que causó furor entre los belgas y ha salpicado a no pocas individualidades, muchas veces en el modo cripto).
Frente a todo mutilacionismo, la figura de André Breton resulta más modélica que nunca, suntuoso en su apertura inmensa y siempre a la busca de todo lo que, sin excepción, enriqueciera la vida y propulsara la liberación del espíritu humano.