martes, 15 de abril de 2025

LRS, n. 3, 15 de abril de 1925


El número 3 de La Révolution Surréaliste fue confiado a Antonin Artaud y el resultado no pudo ser ni más revolucionario ni más surrealista.

La portada celebraba con mucho optimismo "el fin de la era cristiana", aunque la fecha de aparición siguiera rindiendo pleitesía a aquella cronología. El editorial sin firma, pero de Artaud, le recordaba a los espíritus positivistas a dónde podía llevarles a los surrealistas su "odio de la lógica", y en la página de enfrente una lista de "obras a consultar" mostraba la vitalidad del movimiento: el Manifiesto, L'ombilic des limbes, Deuil pour deuil, los 152 provèrbes de Éluard y Péret, Il était une boulangére, Simulacre de Leiris y Masson, Soleil bas de Limbour con aguafuertes de Masson y Les reines de la main gauche de Naville, casi todos futuros "clásicos" del surrealismo. 

Lo que da su identidad a este número son las incendiarias cartas a los rectores de las universidades europeas (por Leiris y Artaud), a los médicos jefes de los manicomios (encargada a Fraenkel y Desnos, que hizo la primera redacción), al papa, al dalai-lama y a las escuelas budistas (las tres por Artaud), mereciendo señalarse que Eva Svankmajerova le mandaría otra al dalai en el número 2 de Analogon, ya en 1990. Pero hay otros platos fuertes, como el glosario de Michel Leiris, con un gran comentario suyo; el "Panfleto contra Jerusalén" y la "Descripción de una revuelta próxima" de Desnos; y la página de Artaud sobre las actividades del Bureau de Recherches du Surréalisme. De consecuencias inesperadas sería la afirmación de Naville de que "no hay una pintura surrealista", ya que acarrearía al siguiente número, como respuesta de André Breton, la primera entrega de "Le surréalisme et la peinture".

Siguen las secciones de sueños y textos surrealistas. En la de sueños hay tres sueños de niños, más otros de Artaud, Éluard, Naville, Queneau y Boiffard (los de Artaud y Queneau estudiados por Alexandrian, y el de Boiffard llevándonos al castillo de Lacoste), pero en comunicación con ellos están más adelante doce frases del despertar por Maurice Béchet, quien aún participaría en la encuesta del arte mágico, tres décadas después.

Completan el número un cuento de Péret, el fragmento de un relato de Jacques Baron, la traducción que hace Dénise Lévy de un ensayo de Théodore Lessing ("Europa y Asia"), un texto al alimón de Baron y Leiris, frases y reflexiones de Aragon y Éluard, etc.

Entre las ilustraciones hay una foto de Phyllis Haver, una de las Bathing Beauties de Mack Sennett, que nos sitúa de nuevo en el glorioso cine cómico, no siendo casualidad que acompañe el cuento de Péret; Phyllis Haver iniciaría en seguida y hasta 1930 una rica carrera como actriz de carácter. De Paul Klee hay nada menos que tres imágenes, pero lo supera Masson con cuatro dibujos automáticos (que se bastaban para demostrar que sí había un arte surrealista) y una pintura. Especial relieve adquieren el dibujo de la enigmática Dédé Sunbeam (acompañado por una poética frase) y de Chirico su Misterio y melancolía de una calle, que había sido pintado en 1913 y durante años perteneció a André Breton.

"Tenemos menos necesidad de adeptos activos que de adeptos trastornados" proclamaba Artaud en este número suyo, que tal vez haya sido el más "frenético", en el mismo sentido en que se habla del "romanticismo frenético", de toda la historia del surrealismo.

LRS 3