martes, 29 de abril de 2025

Carta a un perro

Decididamente el surrealismo de 1925 es mucho más "actual" y está mucho más vivo que el del año 2025.

La Révolution Surréaliste.
15 de abril de 1925

sábado, 26 de abril de 2025

Jacques Lacomblez, al día

Hay que ponerse al día con Jacques Lacomblez, porque prosigue sus actividades a todo vapor. De sus dos recientes publicaciones en Quadri (donde acaba de exponer), señalemos que la segunda lleva 24 dibujos de Jean-Claude Silbermann, otra figura que hemos tenido la fortuna de ver remontando las mareas del tiempo más de lo habitual.

quadri

reseña

del blog de éric allard

Archives VIII, 1982

miércoles, 23 de abril de 2025

"Soapbox", 243-246


Cuatro nuevos números de Soapbox:

También siguen saliendo las Cartas de Sète. En esta última, Jean-Raphaël Prieto, con una atinada reflexión sobre el arte donde profundiza en las obras de Jacques Le Maréchal y Jean-Pierre Paraggio, nos resarce de su anterior entrega, también aparecida en los Cahiers de l'umbo, y como mínima desoladora como lo son todos los intentos mutilacionistas del surrealismo, en esta ocasión, con energías dignas de una mejor cruzada y sin la mínima sutileza (hasta con la alquimia en el saco de denostaciones), de su vertiente esotérica, apoyándose con más pena que gloria en unas cartas de Artaud bien conocidas. 

El mutilacionismo del surrealismo no es un hábito nuevo, y lo ha habido sobre todo por lo que se refiere a sus aspectos esotérico, plástico y político (este último cercenamiento me parece ya el menos denostable, cuando echo la vista hacia atrás y me encuentro a lo largo de sus cien años con frecuentes dislates, a la cabeza de los cuales aquella asombrosa aberración del surrealismo estalinista, que causó furor entre los belgas y ha salpicado a no pocas individualidades, muchas veces en el modo cripto). 

Frente a todo mutilacionismo, la figura de André Breton resulta más modélica que nunca, suntuoso en su apertura inmensa y siempre a la busca de todo lo que, sin excepción, enriqueciera la vida y propulsara la liberación del espíritu humano.


domingo, 20 de abril de 2025

Los ensayos de Andrea d'Urso

Hace cinco años llamé la atención sobre los estudios, sólidos y serios, de Andrea d'Urso en torno a la cuestión de las desdichas de la historiografía del surrealismo, particularmente por lo que concierne al decreto schusteriano de 1969 y su posteridad. También remitía a un ensayo sobre Vincent Bounoure, pero ahora doy un enlace capital que nos conduce a muchos otros trabajos suyos, no solo sobre la citada cuestión y sobre Bounoure (y aprovecho para destacar la reivindicación de Micheline Bounoure, quien sigue siendo una figura muy mal conocida), sino sobre otros nombres del surrealismo, como Jean Benoît, Vratislav Effenberger, Karel Teige, Nicolas Calas o Pierre Mabille.

surrint 2019

andrea d'urso: estudios

Micheline Bounoure, El sujetador, 1959

martes, 15 de abril de 2025

LRS, n. 3, 15 de abril de 1925


El número 3 de La Révolution Surréaliste fue confiado a Antonin Artaud y el resultado no pudo ser ni más revolucionario ni más surrealista.

La portada celebraba con mucho optimismo "el fin de la era cristiana", aunque la fecha de aparición siguiera rindiendo pleitesía a aquella cronología. El editorial sin firma, pero de Artaud, le recordaba a los espíritus positivistas a dónde podía llevarles a los surrealistas su "odio de la lógica", y en la página de enfrente una lista de "obras a consultar" mostraba la vitalidad del movimiento: el Manifiesto, L'ombilic des limbes, Deuil pour deuil, los 152 provèrbes de Éluard y Péret, Il était une boulangére, Simulacre de Leiris y Masson, Soleil bas de Limbour con aguafuertes de Masson y Les reines de la main gauche de Naville, casi todos futuros "clásicos" del surrealismo. 

Lo que da su identidad a este número son las incendiarias cartas a los rectores de las universidades europeas (por Leiris y Artaud), a los médicos jefes de los manicomios (encargada a Fraenkel y Desnos, que hizo la primera redacción), al papa, al dalai-lama y a las escuelas budistas (las tres por Artaud), mereciendo señalarse que Eva Svankmajerova le mandaría otra al dalai en el número 2 de Analogon, ya en 1990. Pero hay otros platos fuertes, como el glosario de Michel Leiris, con un gran comentario suyo; el "Panfleto contra Jerusalén" y la "Descripción de una revuelta próxima" de Desnos; y la página de Artaud sobre las actividades del Bureau de Recherches du Surréalisme. De consecuencias inesperadas sería la afirmación de Naville de que "no hay una pintura surrealista", ya que acarrearía al siguiente número, como respuesta de André Breton, la primera entrega de "Le surréalisme et la peinture".

Siguen las secciones de sueños y textos surrealistas. En la de sueños hay tres sueños de niños, más otros de Artaud, Éluard, Naville, Queneau y Boiffard (los de Artaud y Queneau estudiados por Alexandrian, y el de Boiffard llevándonos al castillo de Lacoste), pero en comunicación con ellos están más adelante doce frases del despertar por Maurice Béchet, quien aún participaría en la encuesta del arte mágico, tres décadas después.

Completan el número un cuento de Péret, el fragmento de un relato de Jacques Baron, la traducción que hace Dénise Lévy de un ensayo de Théodore Lessing ("Europa y Asia"), un texto al alimón de Baron y Leiris, frases y reflexiones de Aragon y Éluard, etc.

Entre las ilustraciones hay una foto de Phyllis Haver, una de las Bathing Beauties de Mack Sennett, que nos sitúa de nuevo en el glorioso cine cómico, no siendo casualidad que acompañe el cuento de Péret; Phyllis Haver iniciaría en seguida y hasta 1930 una rica carrera como actriz de carácter. De Paul Klee hay nada menos que tres imágenes, pero lo supera Masson con cuatro dibujos automáticos (que se bastaban para demostrar que sí había un arte surrealista) y una pintura. Especial relieve adquieren el dibujo de la enigmática Dédé Sunbeam (acompañado por una poética frase) y de Chirico su Misterio y melancolía de una calle, que había sido pintado en 1913 y durante años perteneció a André Breton.

"Tenemos menos necesidad de adeptos activos que de adeptos trastornados" proclamaba Artaud en este número suyo, que tal vez haya sido el más "frenético", en el mismo sentido en que se habla del "romanticismo frenético", de toda la historia del surrealismo.

LRS 3

domingo, 13 de abril de 2025

Kafka y el surrealismo (3)

En 1962, un amigo de los surrealistas, Michel Carrouges, publica el libro Kafka contre Kafka, que dedica a André Breton, por no haber nunca dejado de iluminarle su "fanal sin eclipse". Al año siguiente corresponde este artículo de Georges Henein:



De 1965 es el "Retour à Kafka" de Lecomte, ya reproducido en anterior entrega, y en 1967 expone en Cuba Jorge Camacho su serie "Monsieur K"; de ella no tengo imágenes que mostrar, y solo conozco una foto en que aparece nuestro anartista con Jorge Lezama Lima. Tenemos sin embargo, del mismo año, este dibujo, publicado en la edición de Bocetos:

Jorge Camacho, Lisez (d'après Kafka), 1967

En su monografía, Anne Tronche contextualiza aquella exposición: "Durante su estancia en Cuba, realiza una serie de lienzos que llevan el título genérico de Monsieur K (título que hace referencia al mundo absurdo y vigilado, imaginado por Kafka). Presentadas en la Galería La Rampa, gracias al apoyo de Carlos Franqui, estas obras causarán controversia y su presentación se verá amenazada con su prohibición. Tras una larga estancia en Cuba, Camacho abandona el país y rompe definitivamente con el régimen castrista denunciando públicamente su carácter dictatorial y policiaco". Mucho después, en 1996, pinta Camacho La metamorfosis, que invita a pensar en la más célebre y drástica mutación de la literatura contemporánea:


En 1970, Ludwig Zeller da a conocer su Homenaje a Kafka, reproducido en 1981 en 50 collages:


De 1979 es este Retrato de Franz Kafka, obra de John Welson, otro de los grandes del surrealismo que continúan en plena actividad:


Nos reencontramos a Odradek en 1983, cuando Édouard Jaguer hace el prefacio del catálogo de la galería 1900-2000 Peinture surréaliste et imaginative en Tchécoslovaquie 1930-1960, y urde todo el ensayo con Odradek, al que identifica con el surrealismo checoeslovaco y, más aún, con el surrealismo en general. Veamos el arranque:


Pero hay más, porque este ensayo de Jaguer anuncia de modo inminente los dos deliciosos números de revista con el título de Odradek que publica al año siguiente Emmanuel Guigon, a los que seguiría un tercero en 1987. Muy poco conocidos, por no decir nada, ya que fue un manjar de amigos ubicados en el surrealismo por aquellos felices años, anticipan su catálogo fundamental sobre el objeto y el surrealismo (odradek 1-2-3). Dada su importancia y su carácter secreto, nos basta para concluir en los años 80 esta nueva entrega de Monsieur K y el movimiento surrealista.

domingo, 6 de abril de 2025

Kafka y el surrealismo (2)

En 1940, el primer número de Prospettive, que dirigía Curzio Malaparte, incluye un artículo sobre Kafka y el surrealismo, por Berto Vani.


1945. Le Ciel Bleu destaca una nota de Kafka en la portada de su número 7, traducida por Lecomte:


Al año siguiente corresponde la famosa cuestión de los estalinistas "¿Es preciso quemar a Kafka?" Ya lo habían hecho los nazis con sus libros y sus tres hermanas, pero como diría Bataille se trataba de una idea "lógica en el ánimo de los comunistas". Dos décadas después sería Jean Schuster (creo) quien diría: "Por cada ejemplar de Kafka quemado, habría que fusilar a diez jemeres rojos". En un gran artículo publicado en el primer número de su revista Las Moradas, Emilio Westphalen comentará aquella siniestra encuesta del semanario Action en torno a la literatura "negra" o "pesimista".

Más agradable es leer este artículo de Jean Ferry en la maravillosa Enciclopedia Dacosta, insultando a todos los estudiosos de Kafka:





Al año siguiente aparecía una publicación fundamental del surrealismo: el Almanach surréaliste du démi-siècle, considerando inequívocamente a Kafka como uno de los "maestros" de la época. Escribe Michel Carrouges, quien cuatro años después publicaría Les machines célibataires, en que el enfoque duchampiano se apoya en Kafka tanto como en Lautréamont, Jarry o Roussel:



Mucho menos conocido es este Homenaje a Kafka de Carlos Eurico da Costa y Alfredo Margarido, precisamente de 1954:



Cerramos la década con este retrato de Kafka por Robert Benayoun, una de sus "imagomorfosis" realizadas con un espejito de bolsillo, entre las trece reunidas en el primer número de Le Surréalisme, même, 1956: