viernes, 11 de octubre de 2024

"Poisson soluble" o la clave del surrealismo

Jacques Lacomblez,
 Al margen de Poisson soluble II, 1999

"Poisson soluble es la clave del surrealismo", proclamaba Sarane Alexandrian, y Simone Breton acertaba al considerarlo cuando lo leyó, o sea en la primavera de 1924, "más bello que Les champs magnétiques". También más libre y divertido (en el sentido que Duchamp daba a esta palabra), fue para mí, cuando descubrí el surrealismo, tan decisivo como el propio Manifiesto. Ahora accedemos a su manuscrito, coincidiendo con el centenario y con la aparición del manuscrito del propio manifiesto. Pero la edición de Poisson soluble ofrece muchísimo más interés que la del Manifeste.

En primer lugar, la edición de 1924 elimina mucho de lo que había en el manuscrito y no incluye ninguno de los poemas collages con recortes de periódicos. En segundo lugar, en la versión de las obras completas de Breton (1988) se separa el texto del 24 y los inéditos, que ni siquiera son todos, por lo cual el Pez soluble de las obras completas puede descartarse en su totalidad (excepto las notas). Y en tercer lugar, este volumen de Jean-Michel Place viene acompañado de un análisis detallado de cada uno de los poemas collages periodísticos, ese género inventado por Breton en 1918 cuando concibió "Pour Lafcadio" (falta un estudio que aborde su presencia a lo largo de la historia del movimiento surrealista) y que no puede de ningún modo disociarse de los textos automáticos.

La edición ha sido establecida y presentada por Georges Sebbag, y la calidad de reproducción del manuscrito, o sea de los siete cuadernos íntegros y continuos, con sus poemas collages, es tan espléndida como la del Manifiesto. Luego de la transcripción, donde se señala todo lo inédito, encontramos el suculento análisis que Sebbag ha hecho de cada uno de los poemas collages, que son catorce (todos de abril de 1924, y solo uno conocido en vida suya), a los que se añade "Confort moderno" (de 1929), el cual formó parte de Le revolver aux cheveux blanc. Sebbag ha descubierto casi todas las fuentes de los 388 recortes usados por Breton, y las reproduce al lado de sus comentarios, en un juego que resulta apasionante. Porque la cuestión es por qué eligió Breton precisamente esos recortes, ya que dan cuenta de sus inclinaciones y preocupaciones más características de aquel período tan fértil en propuestas e indagaciones. Nacido como un juego con Simone, en ellos encontramos (a veces con ironías y por regla general alcanzando imágenes intensas y dislocadas) presagios personales, guiños a la intrahistoria surrealista del momento, frecuentes referencias al cine, a los cuentos periodísticos, a noticias macabras, a espectáculos como los del Folies-Bergère, y, en fin, abundantes temas y motivos muy propios: la lluvia, las máscaras, la vida ebulliciente de la capital, la cuestión del tiempo... Incluso las imágenes de los cuadernos escolares en que se escribió Pez soluble podemos verlas hoy, como significativas: estampas medievales (una de ellas con una fortaleza y un albardero de sabor becqueriano), un retrato de Lamartine "educador de la juventud", una inglesa de belleza melancólica, una escena de la revolución francesa...

La potencia con que cien años después resurge este libro de André Breton lo convierte en la publicación más relevante de este año del centenario que en verdad no esperábamos tan rico y prolífico.

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Elisa Breton
Pájaro lira 1973

"En los momentos en que tiendo mis redes a los pájaros del sueño, tengo ante todo la esperanza de captar los maravillosos paraísos da la lluvia total, el pájaro lluvia que existe como existe el pájaro lira". Formando parte del imaginario personal de Breton, que tenía uno en su vitrina de pájaros exóticos, el pájaro lira aparece en El amor loco (capítulo 5), donde lo ve como el ejemplo mismo de "la intrincación en un solo objeto de lo natural y lo sobrenatural" y dentro de Poisson soluble también en el capítulo 32 (tomo estos datos de la edición de las obras completas).