miércoles, 13 de diciembre de 2023

Lo que escribió Remedios Varo

Remedios Varo, Manicura, 1935

En 1997, editaba Isabel Castells en la Biblioteca Era de México Cartas, sueños y otros textos de Remedios Varo, recopilación sorprendente de los escritos diversos de esta surrealista incomparable, que no era mayormente conocida sino por sus pinturas. Ahora, en la colección Los Cuatro Vientos de la editorial de Sevilla Renacimiento, vuelve sobre aquella edición, pero aportando nuevos materiales inéditos o que se han publicado con posterioridad, en particular algunas cartas, un fragmento  inconcluso de una de sus deliciosas "recetas" y las descripciones de diversos cuadros hechas para sus familiares. El extenso estudio introductorio es ahora más sólido, pero sobre todo la edición borra la anterior al incorporar a todo color las reproducciones de todos los cuadros que ella misma comentó, acompañadas de esos comentarios. El resultado es un tesoro inesquivable para cualquier apreciador de la artista o del surrealismo.

Ya parecen cada vez más en bancarrota los estudios del surrealismo que partían de un menosprecio de este movimiento y en particular de la fobia, calumniosa por lo general, a André Breton, pero es que además Isabel Castells no es solo una conocedora perfecta de la obra y la figura de Remedios Varo, sino que ha consagrado estudios de referencia a Eugenio Granell (de quien fue una buena amiga) y a Emeterio Gutiérrez Albelo, una de las principales figuras del surrealismo canario. De ahí la agudeza y la orientación perfecta de su edición, que en manos ignaras del surrealismo nos hubiera hecho temblar.

Remedios Varo. El tejido de los sueños es una verdadera fiesta de la imaginación en sí, o sea incluso dejando aparte cómo esta "obra escrita" ilumina la fascinación de sus creaciones pictóricas. Remedios Varo, sin ser escritora profesional, tenía una fértil capacidad de crear ficciones maravillosas, que hacen pedazos toda la ficción realista y formalista en que ha desembocado, como en una cloaca, la narrativa contemporánea. A la vez lúcida y juguetona, jamás solemne o verborreica, por el encanto de sus fabulaciones que a veces ni siquiera ceden en delirio a las de su querido Benjamin Péret, nos hace lamentar, si algo hubiera que lamentar al leerla, que no se haya dedicado con más frecuencia a la inventiva verbal.

Isabel Castells ha estructurado así la obra escrita de Remedios Varo: "Una entrevista inédita", "Cartas" (doce en total), "La pintora tiene la palabra: Remedios Varo nos cuenta sus cuadros", "De Homo Rodans", "Recetas y consejos" (con esa pieza antológica que es "Para provocar sueños eróticos"), "Mistress Thrompston descubre por casualidad el origen de la tremenda humedad que reina en el condado de Kent", "El caballero Casildo Martín de Vilboa", "Escritos automáticos", "Fragmentos y esbozos" ("A veces escribo como si trazase un boceto", dice en una entrevista) y "Sueños". Así comienza una de sus "recetas":