miércoles, 18 de diciembre de 2013

Miguel de Carvalho en el Congreso de Lisboa, o los puntos sobre las íes

Como anunciamos, se celebró el mes pasado un congreso sobre surrealismo portugués en varios centros de Lisboa. Evidentemente, el surrealismo no tiene nada que ver con ningún congreso académico o artístico, y jamás el surrealismo ha organizado un “congreso”. Ni siquiera el congreso “Surrealismo Siglo21”, celebrado en Tenerife con la participación nada menos que de Édouard Jaguer, Sarane Alexandrian, Jorge Camacho y Sergio Lima, ha significado absolutamente nada para el surrealismo.
El congreso sobre el surrealismo portugués fue lo que era de esperar: mucha vanidad profesoral, muchos nuevos méritos curriculares, muchos dislates, mucha “normalización” de la revuelta surrealista y algunas aportaciones de valor, en particular las de Pires dos Reyes –que atacó a la Academia–, António Cândido Franco, la poetisa Raquel Guerra, Joana de Oliveira, João Duarte y Perfecto E. Cuadrado. Nuno Moura, que es un verdadero poeta, hizo una lectura de poemas interrumpida y silenciada a la mitad por el galerista, ya que tenía que cerrar y llevarse al hotel al anciano Cruzeiro Seixas. Esto, en una denominada Casa de la Libertad Mário Cesariny.


Había una mesa redonda inicialmente denominada “Herencias del surrealismo”, a la que estaba invitado Miguel de Carvalho, pero rechazó su participación dado que tal título, como señaló en su intervención, implica muerte, término, herederos, pago de impuestos de sucesión al Ministerio de Hacienda, etc., y quien gana dinero con el surrealismo son los editores que publican por primera vez la obra de los surrealistas muertos y los galeristas que se apropian de las obras para el comercio. Como el título fue cambiado por el de “Persistencias del surrealismo”, Miguel de Carvalho garantizó su presencia, que desde luego no resultó pacífica.
Comenzó presentando y encuadrando la actividad surrealista en Portugal en el Movimiento Internacional, desde el inicio de la participación portuguesa fuera de Portugal, en la revista brasileña A Phala. Señaló que el surrealismo no tiene nada que ver con exposiciones en galerías comerciales, edificadoras de casas de la libertad y congresos. Mostró revistas y libros que comprueban la actividad de los portugueses desde São Paulo en 1967 hasta la actualidad: A Phala, Arsenal, Brumes Blondes, Debout sur l’Œuf, catálogos de Chicago en 1976, de Lisboa con Phases en 1984, de Coimbra en 2008, de Santiago de Chile en 2009 y 2010, de los Estados Unidos en 2012, etc. Denunció los abusos de lenguaje en el Congreso, y argumentó su desacuerdo con expresiones como “estética surrealista”, “surrealismo portugués, español, francés...”, “surrealismo constructivista, onírico, zen, abstracto, solar...” (todo esto último en alusión a una desdichada intervención de la mujer de Eurico Gonçalves, quien, hablando de su marido, hasta caracterizó su surrealismo como “solar”, en una inesperada y seguramente inconsciente reedición del Magritte de sus descarríos estalinistas), y aludió a la necesidad de volver al lenguaje antiguo del movimiento, sin recurrir a engavetar al surrealismo en gavetas innecesarias de que tanto gusta la academia portuguesa. Dejó claramente sentado que no se puede ser surrealista y militante político y religioso a la vez (“no se puede ser surrealista e ir a la iglesia”, “no se puede ser surrealista y general”), presentando el admirable libro Surréalisme et athéisme de Guy Ducornet, con su actualización de “À la niche les glappiseurs de Dieu”. Habló de la existencia de actividad actual centrada en Debout sur l’Œuf, con manifiestos, publicaciones de poesía, una revista, investigaciones y una actividad esencialmente colectiva, y del paso por la Cabo Mondego Section of Portuguese Surrealism de figuras del surrealismo internacional, con la realización conjunta de actividades. Por último, anunció que en 2014 iban a salir el n. 2 de Hydrolith, el n, 3 de A Phala, el almanaque de Brumes Blondes y la edición actualizada de Caleidoscopio surrealista.
A esta intervención de Miguel de Carvalho se sumó la distribución que hizo de 200 reproducciones de un manifiesto sobre la situación de la poesía actual en Portugal, titulado “Campeonato Nacional de Poesía”.
Al final de la sesión hubo algunos interesados en saber más sobre algo que desconocían, pero también es digno de mención un espectador que, habiendo digerido una engorrosa “chanfana”, se quedó dormido en la platea.
Como muestra del surrealismo que vive siempre, a las publicaciones presentadas por Miguel de Carvalho podían haberse sumado, en tiempos muy cercanos, el catálogo checo y eslovaco Other Air, la revista checa Styxus, la madrileña Salamandra, la inglesa Phosphor, la chilena Derrame, los números monográficos de Patricide y un largo etcétera si anotáramos las publicaciones individuales. Pero eso queda para algún congreso que hagan quienes cierran el surrealismo en los años 30, en los años 40, en 1966, en 1969, etc.
Felicitamos a Miguel de Carvalho por su postura valerosa y firme, que apoyamos calurosamente.