En Toulouse la actividad poética es incesante: dos nuevos cuadernos del umbo, nada menos que por Guy Cabanel, Georges-Henri Morin y Jacques Abeille, el anuncio de un inminente l’impromptu y el de un “suspiro del umbo” titulado Soapbox, en su primera irrupción. Todo, para un mes de junio muy prometedor.
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Carlos Barbarito ha inaugurado un blog que recoge (en textos breves e imágenes) visitas a talleres de artistas argentinos. El primero de ellos es Victor Chab, figura central del surrealismo argentino.
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El boletín que todas las semanas edita Mélusine, y que coordina Eddie Breuil (o coordinaba, ya que esta semana ha cambiado de manos), resultó especialmente rico en su semana 23 de este año.
Por él nos enteramos de la publicación en la revista Europe de un inteligente artículo de Henri Béhar: “Isidore Ducasse lector de Charles Fourier: el método del apartamiento absoluto”. Puede consultarse en la siguiente dirección:
También, de una exposición en la fundación Beleyer de Bâle, que se titula “¿Por qué el surrealista Max Ernst es subestimado?”, título que a mí me extraña, porque no me parece que Max Ernst, un artista consagrado, pueda sugerir esa pregunta.
También, para los amantes de la epistolografía, la publicación, en las ediciones Joseph K, de la correspondencia entre Michel Leiris y Jacques Baron, de 1925 a 1973, llena de alusiones a los nombres del surrealismo.
Una conferencia sobre el maestro Alphonse Allais (“L’allégresse sans graise d’Alphonse Allais”), abundante en referencias al texto clásico de Breton en su Antología del humor negro, es brindada por su autor, de quien se da generosamente el correo, para los pedidos oportunos:
Por último, se reproducen varios de los muy sintéticos “epitafios” que Arturo Schwarz ha dedicado a las figuras del surrealismo y a sus grandes inspiradores (Artaud, Breton, Desnos, Péret, Lautréamont, Kafka, Tanguy, Vaché, Apollinaire, Césaire, Duchamp, Fourier, Rimbaud, etc.), en el “Pequeño abecedario laico” de su reciente libro Mattino dolce interminabile è il suo corpo.
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He aquí dos retratos dobles de Zuca Sardan. He hecho una composición, porque si no el espectador, a no ser que sepa yoga, tendría complicada la doble visión.