Este fin de semana comienzan dos eventos resaltables.
En Bucarest, del 30 de mayo al 3 de junio se celebra un congreso sobre Ghérasim Luca, con motivo de su centenario. Aunque no se deba generalizar, no dejamos de recordar las palabras de Sarane Alexandrian cuando se indignaba con los que se acercan después de muerto a un poeta de la magnitud de Gherasim Luca, postergado en vida y que se suicida ante la infamia de un mundo que ignora a la poesía, cuando no hace escarnio de ella.
En segundo lugar, del 30 de mayo al 30 de junio hay en la galería Artemper de París una exposición titulada “Mundos imaginarios”, que reúne obras “fantásticas” y “surrealistas”, cóctel poco armonioso. Están los nombres de William Gear, Francis Bott, Joseph Kurhacek, Alberto Martini, Armand Simon, Stanley-William Hayter, Dolfi Trost y otros que desconozco, porque deben ser “fantásticos”.
Dolfi Trost es el enlace con el congreso de Bucarest, ya que se trata de uno de los grandes nombres del surrealismo rumano. Este óleo sobre cartón, de 1952, perteneció a André Breton y se titula Angustia cósmica: