domingo, 11 de octubre de 2020

Crevel y Desnos, en Brasil

Casi simultáneamente han salido en São Paulo importantes traducciones de René Crevel y Robert Desnos. No es costumbre aquí reseñar traducciones, pero sí lo hacemos cuando, como en este caso, hay intervención de figuras asociadas al movimiento surrealista.
De Crevel se publica A morte difícil seguido de O espírito contra a razão, Se a morte fosse apenas uma palavra, além da resposta do autor à enquete sobre o suicídio publicada na revista “La Révolution Surréaliste”. El prefacio de Marcus Rogério Salgado es de gran calidad y se ocupa en la parte final de la recepción de Crevel en Brasil (con especial relieve para dos grandes nombres: Aníbal Machado y Pagu).
La muerte difícil fue la tercera novela de Desnos y apareció en 1926; El espíritu contra la razón fue publicado en 1927; “Si la muerte fuera una palabra” es de 1925, en la revista Le Disque Vert; la respuesta a la encuesta sobre el suicidio se incluyó en el número 2 de La Révolution Surréaliste, en 1925.
Aunque hubiera sido mejor idea traducir el maravilloso volumen L’esprit contre la raison et autres écrits surréalistes, que prologó Annie Le Brun en Pauvert en 1986 (sobre todo cuando sabemos que en 2018 La muerte difícil ya fue traducida al portugués, en Lisboa, y nada menos que por Aníbal Fernandes), no cabe duda de que estamos ante un mojón importante en la proyección internacional de René Crevel y en la difusión del surrealismo en Brasil.
Edita 100/cabeças.

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Toda buena biblioteca de Desnos debe contar a partir de ahora con esta preciosa edición que le han dedicado a sus poemas Loplop y Elefante Editora. Las ilustraciones de Carlos Issa son excelentes, y el diseño una virguería. De nuevo Marcus Rogério Salgado se encarga del enfoque ensayístico, con su habitual penetración, retratándonos a Desnos en tres “escenas”. La edición es bilingüe, con los poemas originales al final y certeras notas que no estorban sino solo iluminan. También se ha hecho un uso ejemplar de las solapas, lo que no es muy frecuente, reproduciéndose textos de Robert Benayoun y Pierre Naville y una semblanza por Alex Januário.
También aquí hago una pequeña salvedad: lo que se ha querido es trazar la trayectoria poética completa de Desnos, lo que está sin duda muy bien y es la elección de los editores, pero con ello lo verdaderamente exaltante y trascendente de este poeta, o sea sus años en el surrealismo, se ve menguado no tanto por un primer poema juvenil interminable como por toda esa poesía fácil que acabó haciendo, para no hablar de los execrables poemas de L’honneur des poètes, tan bien puesto para siempre en su sitio por Benjamin Péret. Jean-Louis Bédouin denostaría sus “interminables procesiones de versos regulares” y sus “miserables cancioncillas que prefiguran las de Prévert y Queneau”. Y Breton: “Mantengámonos alejados, poéticamente, de estas orgías de redondillas”. ¡Qué abismo con su fulgurante poesía surrealista!