Ha salido hace
unos días el número 139 de Infosurr,
cuarto en este año, aunque correspondiente aún a septiembre-octubre de 2018.
Como siempre, buenos y autorizados artículos y abundancia de noticias.
Empecemos por las dos novedades que se nos han escapado aquí.
Primeramente,
en Alemania, donde es rara la presencia del surrealismo, Heribert Becker (y
nadie mejor) ha elaborado un dosier sobre el surrealismo para el número 2 de Feuerstuhl (“Silla de fuego”), “revista
al servicio de la revuelta”, de carácter libertario; Laurens Vancrevel nos
informa del contenido de esta importante publicación.
En segundo
lugar, Richard Walter nos pone sobre aviso de la publicación de un largo poema
de Daniel Abel, titulado D’or et de feu,
en Encres Vives, ilustrado con “los lazos vivos y proliferantes de Lucques
Trigaut”.
Notas muy
finas hay de Laurens Vancrevel sobre el poemario de Patrick Lepetit Beauté du funambule y sobre los de
Rodrigo Verdugo (Anuncio) y Enrique
de Santiago (La cúspide uránica y Bitácora de un viaje ontológico) y de
Richard Walter sobre el de Georges-Henri Morin Sévères luisants, que por cierto es objeto de atención en la
siempre excelente página de Isabelle Dalbe:
Los artículos
más desarrollados se ocupan de la superlativa monografía que Michel Remy ha
hecho de Eileen Agar (Dreaming oneself
awake) y de La paupière auriculaire
de Joël Garaudy (en reseña nada menos que de Alain Roussel). Por último, Guy
Girard traza una semblanza de esa figura llena de nobleza que era Aurélien
Dauguet, Gérard Durozoi sitúa a André Mimiague por su fascinante Mémoire d’un parapluycha, Michel Remy se
ocupa de la exposición del grupo surrealista de Leeds “Derelict marvels” y
Laurens Vancrevel comenta el número 15 de The
Oystercatcher, el 5 de La Vertèbre et
le Rossignol (dedicado a Artaud y con una valoración negativa que contrasta
con mi comentario quizás demasiado benevolente de hace un año, aunque yo no
dejaba de señalar la debilidad del componente patafísico, tan distante de la
atormentada figura artaudiana) y la comunicación del Grupo Surrealista de
Madrid Pensar, experimentar la
exterioridad.
Y eso es todo,
que no es poco...