miércoles, 24 de enero de 2024

Lautréamont años 60 (2)

Como Man Ray, Maurice Henry vuelve repetidamente a Los cantos de Maldoror, pero parece especialmente obsesionado por el más famoso "bello como". La primera imagen es de 1965 o 1968 (según las fuentes) y se titula Homenaje a Lautréamont; la segunda es La costurera y Maldoror, de 1968; y la tercera Yvonne y Maldoror, del mismo año:

  



La máquina de coser permanece asociada más que nadie a Óscar Domínguez, como el bulldog de Maldoror a esta sensacional pieza de Jean Benoît, elaborada en 1965 y 1966 y presentada en la XI exposición surrealista internacional ("L'Écart Absolu", 1966):


Impagables estas palabras de Jean Benoît sobre su terrorífica creación de ojos bretonianos (nunca me han gustado los perros, pero daría lo que fuera por tener a este como protector, en especial con vistas a las próximas "pandemias" o para hacerle una fugaz visita al Foro de Nabos):


Los números 3 y siete de la primera serie de Brumes Blondes publican en 1965 y 1967 el estudio de Her de Vries "Lautréamont en Holanda", en total unas sesenta páginas en neerlandés. La segunda fecha coincidía con la exposición en Holanda "Permanencia del surrealismo", donde se dio a conocer el Auténtico retrato de Lautréamont por Jean Schlechter Duval. También de este año es la declaración surrealista internacional "beau comme BEAU COMME", formidable diatriba contra la pedantería telqueliana provocada por su repentino interés hacia Lautréamont; José Pierre informa que la redacción es de Gérard Legrand, y señala con razones que a partir de este tract iniciaron los telquelianos su ataque al surrealismo oponiéndoles bajamente a Breton las figuras de Artaud y Bataille, lo que dio sus frutos en aquellos años de especial sordidez intelectual.

Pero no acaba ahí la actualidad ducassiana de aquel año, ya que aparece una edición bratislava de los cantos ilustrada por Adolf Hoffmeister. Las imágenes pueden verse en 50 Watts Books, pero al final de la página a que remitimos hay otras que ofrecen el mismo interés, con ilustraciones de Julio Verne y H.G. Wells, algunas de sus caricaturas y sobre todo la de su "extraño mundo", en que no falta la que hizo de Toyen.


Como remate, es en 1967 cuando Hans Bellmer inicia su serie de ilustraciones de Lautréamont, nada menos que 33 entre 1967 y 1971. Una edición de las poesías en Belfont lleva diez litografías suyas, y otra de los cantos en 1972 veinte grabados ejecutados por Cécile Reims bajo su dirección, en Graphik-Europa Anstalt. Con Bellmer ocurre un poco lo que con Dalí: sus imágenes se nos apetecen demasiado marcadas por las obsesiones del artista. En la colección de Christine Argillet se encuentran las 33 piezas (por despiste la presentación remite a las de Dalí).


En 1968, Julien Gracq, quien ya había precedido en 1947 una edición de Lautréamont con su ensayo "Lautréamont toujours", concede una entrevista sobre él, que puede escucharse hoy.