En Cádiz se lanzan botellas poéticas al mar,
se homenajea a los arquitectos anteriores al mundo de los arcatetos y
arcabrones, se inventan nuevas supersticiones y siguen las fugaces exposiciones
callejeras.
Todo es fruto de la actividad de Bruno
Jacobs y las visitas de Javier Gálvez en fuga del pudridero madrileño (aunque
pudridero ya es el mundo entero, o al menos todos los sitios en que el bicho
humano pulula sin ser ya ni siquiera reconocible –como en los tiempos mejores del
sublime Conde– por la sonrisa estúpidamente burlona de su cara de pato, hoy
tapada por una curiosa mordaza sucia que se autoinflige).
En el homenaje a su ilustre ancestro
imaginario, don Felipe de Gálvez, se exponen algunas de las fotografías más
características de su tataranieto. Don Felipe amplió la plaza en que se celebra
la magna exposición, y diseñó muy hábilmente su preciosa escalinata, bastante
más valiosa que la rancia iglesia, el palacio episcopal y el fúnebre museo
catedralicio que tristemente la avecinan. Todo el espacio quedaría mejor y más
aireado si demolieran todo eso (al plátano o como sea) y dejaran solo la bonita
escalinata de don Felipe, el aljibe, las farolas y el viejo solar secentista,
en que podría hacerse una exposición permanente de las fotos de Javier Gálvez y
amigos.
El nuevo género de las fotos supersticiosas
debería brindarse a la memoria salutífera de Benjamin Péret, el hombre, por
excelencia, que nunca tuvo cara de pato ni escondió su rostro de nada ni de
nadie. Él fue quien, en las huestes surrealistas, le dio toda su credibilidad a
las viejas supersticiones populares, que llenaban el mundo de sentido antes de
que la pandemia racionalista las denostara.
De vuelta dentro de unos días a las playas
de Taganana, andaré al acecho de las botellas que pueda traer la marea, ya que
muchas de las olas canarias vienen de la luminosa bahía gaditana.
Damos de nuevo el enlace de La Grieta (cuyas
ediciones se han encargado de publicar los tres documentos), como hemos hecho en otras ocasiones; allí
pueden verse completas todas estas novedades gaditanas:
la grieta surrealismo
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Fotografía supersticiosa |