lunes, 16 de diciembre de 2019

Las revelaciones de Nick Carter


Decididamente, esta investigación bretoniana de Nick Carter tiene mucha enjundia.
Consta de 49 capítulos, cada uno siendo una viñeta espléndida, todas recargadas y oscuras, con títulos tomados de los poemas de Breton.
Hay auténticas sorpresas, como la de la muerte de René Crevel a manos del Dr. Quartz, que disfrazó el asesinato de suicidio, o la de que Breton y el maligno doctor fueron condiscípulos en la Salpêtrière, o la de que Breton fue perseguido a raíz de que su frase del oro del tiempo hiciera pensar a los villanos que había descubierto la piedra filosofal.
En horas bajas, Breton le encarga a su amigo Nick Carter (esperemos que Gallimard publique pronto la correspondencia de ambos) descubra qué es lo que ha pasado. Las indagaciones del detective americano se prolongan por varias décadas.
Por esta “investigación surrealista” van desfilando Desnos, Aragon, Magritte, Nougé, Nadja, Mesens, Bataille, Toyen, Nezval, Dalí y Gala, Frida Kahlo (sin bigote), Trotsky y Aube, de quien Nick fue padrino de nacimiento. Se extraña la ausencia de Benjamin Péret.

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En el prefacio, David B. pone como su fuente principal la triste biografía chismosa de Polizotti. Es una pena habiendo tan buenas biografías de Breton. La consecuencia es la insistencia en las “exclusiones”, de que hace responsable único y exclusivo a Breton, y la recriminación tan tonta como socorrida de que no se haya ocupado de Nadja una vez esta fue internada. Ahí el pobre Nick Carter, que tan bien se las ha arreglado, desbarra aparatosamente.