domingo, 22 de julio de 2018

“Sol negro-Flor de revuelta”, 1969


“Sol negro-Flor de revuelta” es una exposición internacional del surrealismo que tuvo lugar en 1969 (“el año del girasol”) en La Haya.
La importancia de esta exposición es extraordinaria, ya que formó parte de una serie de manifestaciones del surrealismo que venían a refutar contundentemente la creencia chovinista de una serie de surrealistas franceses (encabezados por Jean Schuster) para quienes la “autodisolución” del grupo de París –muchos de cuyos miembros, además, iban a continuar en seguida la aventura surrealista– implicaba nada menos que una liquidación de todo el movimiento surrealista.
Quizás convenga aquí reproducir mis palabras en la Cronología general del surrealismo correspondientes al comentario de este año:

El 4 de octubre de 1969, Jean Schuster publica en Le Monde “El cuarto canto”, con la distinción entre “surrealismo histórico” y “surrealismo eterno”. Con anterioridad, en una carta del 19 de mayo de 1969 (“Nous savons tous”), Schuster afirmaba que en el extranjero sólo había un grupo surrealista, en Praga, y “en estado de disolución” (¡!), ignorando al grupo brasileño, al de Brumes Blondes, al de la revista TransformaCtion en Inglaterra (donde acababa de reanudarse la actividad colectiva surrealista después de dieciséis años, y con el apoyo de L’Archibras), al de Chicago (que estaba rápidamente adquiriendo un gran relieve), al de la Casa de la Luna en Chile (que al año siguiente llevaría a cabo la exposición “Surrealismo en Chile”) o al de Bratislava. Añádase el vasto movimiento Phases, de índole esencialmente internacionalista, que por pluma de su director, Édouard Jaguer, se negó a aceptar la “operación de eutanasia” que esto suponía, señalando el “policentrismo” que desde ese momento se abría. La decisión de Schuster y sus acólitos careció del mínimo apoyo internacional.
En el mismo mes de octubre, los liquidacionistas, ya libres de la etiqueta “surrealismo”, lanzan la revista Coupure, que se esfuma en enero del 72, tras siete números. Y obsérvese cómo simultaneamente a Coupure surge Analogon y se inician las segundas series de Les Lèvres Nues y de Phases, mientras continúan Brumes Blondes, TransformaCtion y Surrealist Insurrection, ninguna de ellas renegando de la palabra surrealismo.
De excepcional importancia (entre otras cosas porque se inauguró dos días antes de que se publicara “El canto cuarto”) es también la exposición holandesa, verdadera demostración de fuerzas del internacionalismo surrealista, y a la vez con una clara inserción en los movimientos revolucionarios de la época, aludiendo su título a la vez a los acontecimientos de mayo del 68 y a la revuelta de los provos holandeses.

Participaron en esta exposición, entre otros, Jorge Camacho, Mário Cesariny, Ted Joans, Schlechter-Duvall, Jan Elburg, Willem van Leusden, Rik Lina, Johannes Moesman, Geert van Mulken, los Rosemont, Cruzeiro Seixas, Kristians Tonny, Toyen, Laurens Vancrevel y Her de Vries.
El catálogo fue un número especial de Moksha, “boletín psicodélico de Amsterdam” que dirigía el doctor Hans Geluk. Por estos años, Rik Lina trabajó con él en esta publicación dedicada a la problemática de las drogas psicodélicas, realizando las cubiertas y la mayoría de las ilustraciones. Moksha tuvo catorce números entre 1968 y 1971, siendo el del catálogo el número 11. Se imprimía Moksha en la máquina de xerocopias de la universidad de Amsterdam, la primera máquina de este tipo –un cacharro mastodóntico– que funcionó en la capital holandesa. El número surrealista fue editado con la cooperación del Bureau de Recherches Surréalistes en Hollande y Brumes Blondes.