martes, 17 de enero de 2017

Guy Cabanel/Susana Wald: “Au féminin”

“El molde de la Imagen es lo femenino” (Sergio Lima).
Esta otra flamante publicación de las ediciones Sonámbula es una novedad en sentido absoluto. Efectivamente, nunca antes se había llevado a cabo una colaboración entre poeta y artista con estas características, ni siquiera en el ámbito por esencia comunitarista del surrealismo, tan fértil en este tipo de experiencias poéticas. Que Susana Wald y Guy Cabanel sean además dos de las figuras con una trayectoria más amplia en el surrealismo, muestra también que el surrealismo bebe en las fuentes de la eterna juventud.
Guy Cabanel reúne 50 poemas de una obra inédita suya titulada A fuerza de errar en los sueños, compuesta de seis libros en que cada hoja contiene una o varias imágenes sacadas de revistas, con su poema o poemas correspondientes, todos de diez versos. El punto común es lo femenino, porque, como dijo Lao-Tsé, “la virtud es lo misterioso femenino”, aserción comentada así por Cabanel en su “exergo” a los poemas: “Ese «misterioso» es lo que yo he intentado captar en numerosos personajes femeninos, buscando, imaginando la causa o la significación de una actitud, de una mirada, escribiendo a veces lo que me parecía leer sobre labios a punto de proferir sus secretos”.
Cuando Susana Wald recibe de Sonámbula los poemas de Guy Cabanel para ilustrarlos, va encadenando una serie de sorprendentes decisiones, cuyo resultado es este precioso libro. La primera idea es ilustrarlo de modo especial, para lo que va a valerse de unos dibujos de desnudos que presentaría a dos por página, siguiendo la sucesión numerada del poeta. Pero surge entonces otra idea, tan feliz como genial, la de “una especie de auto-cadáver exquisito”: “es decir, enlazando todos los dibujos entre ellos, de modo que el primero comunique con el segundo, luego este con el siguiente y así sucesivamente”.
El resultado es que, viendo las imágenes en sucesión, vamos a recorrer un asombroso panel de ocho metros de largo (y 16 centímetros de ancho). Y si vamos leyendo los poemas, los de cada página par remiten a la imagen anterior y los de cada página impar a la siguiente, con uno o más motivos comunes, en lo que es a la vez un juego delicioso y, como dije, sin antecedentes, dando la impresión de que ora la imagen inspira el poema ora el poema inspira la imagen.
Pero la propia Susana Wald aún tiene más que decir:
“He realizado estos dibujos en un flujo continuo de felicidad y de maravillamiento continuo. Los que incluyen algunos antiguos dibujos de desnudo han sido hechos de manera muy automática, habiendo recurrido incluso al collage a partir de elementos evocados por Cabanel, a los cuales he accedido documentándome con libros de historia natural y en internet.
Encuentro lo maravilloso en el sentido pleno de la palabra en el exergo de Cabanel, texto que acabo de leer y donde nos dice que estos poemas han sido escritos según un método parecido al mío, aunque invertido, con imágenes de personajes femeninos. El formato uniforme que he utilizado en la serie publicada por Sonámbula corresponde también al del número diez empleado por Cabanel para cada poema. Todo esto forma a mi juicio la realización de deseos emergentes que se complementan”.
Por acción de la varita mágica de la imaginación, y de los azares que siempre provoca, nada más pura y genuinamente surrealista que estas unísonas páginas aladas de Susana Wald y Guy Cabanel.

Dibujo de Susana Wald