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Minúsculo óleo regalado por Tanguy a Toyen, cuando esta dejó París en 1935 |
¿Otro catálogo sobre Toyen? Ya había dos bastante buenos: Styrsky. Toyen. Heisler, de 1987, y, a pesar de su título memo, Toyen. Une femme surréaliste, de 2002. Y como monografías, la de Filipacchi en 1974 (cuidada por Radovan Ivsic) y el monumental Toyen de Karel Srp, que reproducía prácticamente todas sus obras. Solo al saber que incluía un trabajo de Anna Pravdová sobre las ediciones Maintenant me decidí a pedirlo, y resulta tratarse de un catálogo absolutamente extraordinario, por el que abrí una garrafa de Porto Noval vintage 2010, a falta de un Taylor, un Graham o un Ferreirinha de 1960 o 1966, por ejemplo.
La exposición tiene lugar en el Museo de Arte Moderno de París y se titula "Toyen, l'écart absolu", y el catálogo homónimo ha sido dirigido por Annie Le Brun, Anna Pravdová y Annabelle Görgen-Lammers. La presencia de Annie Le Brun, amiga y conocedora perfecta de la obra de Toyen, ya es suficiente garantía de que aquí no se introducen elementos espurios o idioteces al uso. Un libro por completo libre de todo ello.
"Advierto que mi página en blanco se ha vuelto verde" es una conocida frase de Toyen, e incluso titula uno de sus cuadros. Con ingenioso encanto, este libro disfruta de un insólito canto verde que ya lo convierte en una preciosidad. En portada, un detalle de El biombo, y en contraportada una bella frase de Péret: "Toyen que no duerme y ve sus sueños en las piedras". En el interior, grandes ensayos y una iconografía muy completa, por Anna Pravdová y Bertrand Schmitt, con abundancia de fotografías desconocidas, siguiéndose un orden cronológico a lo largo de todo el catálogo. Veámoslo más de cerca.
Abre el fuego, cómo no, Annie Le Brun, con repetidos vapuleos a lo políticamente correcto y deshaciendo el entuerto del nombre de nuestra artista, sujeto últimamente a interpretaciones ideológicas de baja calaña. La primera etapa cubre los años 1919-1929, con trabajos de Karel Srp sobre sus primeros pasos, de Anna Pravdová situando los años 25-28 "entre abstracción y surrealismo", de Meghan Forbes sobre la guía de París y sus alrededores que compuso con Styrsky y un periodista checo en 1927, de Karel Srp nuevamente sobre el artificialismo como umbral de su surrealismo y de Annie Le Brun sobre la pasión de Toyen por las imágenes, a las que no glorifica pero sí exalta, revelándoles la carga erótica. En este admirable ensayo, Annie Le Brun se detiene particularmente en la pasión cinematográfica de Toyen, quien asistía al cine casi todos los días, como Ado Kyrou o Robert Benayoun; los tres, más Georges Goldfayn, animan L'Âge du Cinéma, explorada aquí muy bien la participación de Toyen, más amplia de lo que suponíamos.
La segunda parte lleva por título "La mujer magnética" y cubre los años 1930-1938. François Caille nos transporta a la exposición internacional surrealista celebrada en Praga en 1932. Annabelle Görgen-Lammers explora los intercambios y los lazos entre París y Praga, con especial atención a la relación de Toyen con Tanguy, de quien se reproduce una carta junto a tres de Paul Éluard llenas de palabras bonitas para llevársela al catre. La misma autora firma un estudio magnífico, excepcional, "Entre pliegues y fisuras: fantasmas y apariciones", en que al final da apuntes sobre la relación entre las obras de Tanguy y Toyen, a quienes siempre he considerado yo la verdadera quintaesencia del surrealismo junto a Breton y Péret. Jindrich Toman recuerda que Toyen colaboró nada menos que en 170 libros. Y Barbora Bartunková anticipa el capítulo siguiente, fijándose en Toyen y "los espectros de la Europa de entreguerras".
"Ocúltate, guerra" es una conminación desconcertante de Isidore Ducasse que da título a una serie dibujística de Toyen y a esta tercera parte del catálogo, con un buen trabajo de Fabrice Hergott dedicado a estos años bélicos del 39 al 46, al que siguen el poema de Heisler "Toyen", traducido para el histórico catálogo de Breton, Péret y Heisler en 1953, y una extensa carta a Péret de 1946. Fabrice Hergott se explaya en las obras decisivas de este período, afirmando con toda razón que ninguna obra de la época ha expresado de manera tan meticulosa y visionaria el terror de la época.
Desde la segunda parte de este catálogo estamos en la plenitud de nuestra artista, saturada de obras inolvidables, de una fuerza y consistencia casi sin paralelos en el propio surrealismo. Pero Toyen seguirá ejecutando piezas extraordinarias hasta los albores de los años 70, La siguiente parte del catálogo cubre la década 1946-1956 y se titula "El devenir de la libertad". El único punto flojo del catálogo es el artículo de Jean-Jacques Lebel, anecdótico y superficial, y además lanzando el disparate de que Billie Holiday es "la más grande cantante de blues de todos los tiempos". A nadie se le ocurriría llamar a Billie Holiday, como él hace, "blueswoman", y en ninguna historia del blues se encontrará su nombre; era una jazzwoman, la mayor sin duda, que simplemente interpretaba algunos blues como la mayoría de las cantantes de jazz, por lo demás. Como contrapeso hay tres excelentes trabajos de Bertrand Schmitt, sobre Toyen y la política en la postguerra, sobre Toyen y el grupo surrealista de París y sobre "los vértigos y el prestigio de la noche" en sus años 57-69. Si el primero poco puede aportar a estas alturas, los otros dos son espléndidos trabajos, tan importantes como el de Annabelle Görgen-Lammers sobre los fantasmas y las apariciones. Soberbio es el estudio que hace de la serie Ni alas ni piedras: alas y piedras, que lo lleva a un muy sutil enfoque de la alquimia en las obras de esta mágica artista.
El quinto capítulo cubre el último período de su vida, y se abre con el ensayo de Radovan Ivsic de 1996 incluido en Cascades; supongo que por razones editoriales (otras no entiendo) no se reproduce completo. Y así llegamos al aludido estudio que Anna Pravdová ha hecho de las ediciones Maintenant, hasta el momento nunca enfocadas con la profundidad que merecen. Con su nombre cravaniano, estas ediciones, a fin de cuentas, continuaban la aventura surrealista en París pese al descalabro de 1969. Últimamente nos hemos referido a ellas varias veces en "La banda de Fantomas", por ejemplo al rescatar a Georges Gronier, de quien nos enteramos aquí que era muy apreciado por Toyen y que fue quien trajo de uno de sus vuelos a Port-au-Prince Dimache de Magloire-Saint-Aude, uno de los poemas editados en Maintenant. Como coda de lujo en esta última sección, Annie Le Brun discurre sobre Toyen y el erotismo o "el lujo en estado salvaje", y no viene mal señalar que uno de sus cuadros fue retirado ante las protestas de algunos tarugos mentales, para luego ser repuesto por orden de los organizadores de la exposición.
La sección de textos escogidos (Soupault, Teige, Nezval, Breton, Péret y Estienne) sabe a poco, ya que no pasa de 1955 y hay otros posteriores y luminosísimos, como los de Édouard Jaguer (ya presentado en esta página), Gérard Legrand, Jean-Claude Silbermann o Penelope Rosemont.
A lo largo de este verano pienso hacerle un incesante homenaje a Toyen.
écart absolu
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Jean Benoît, L'Écart absolu, c'est toi, Toyen, yeso y cuero, 1965 |