John Richardson, A Sensual Delirium |
En 2012 se
publicaba en Dark Window Press el librito Surrealism in Wales, donde se
enfocaba la especial fortuna del surrealismo en aquel país, con dos nombres muy
importantes en los momentos más recientes: John Welson y Neil Coombs.
La
incorporación convulsiva de John Richardson a lo largo de estos últimos años se
ve ahora potenciada por la colaboración con Jean Bonnin, y de ahí que ya Gales
aparezca inscrito en el mapa presente del surrealismo como uno de sus puntos ardientes,
a nivel colectivo. Ambos han publicado en 2019, en Black Egg, un volumen de
gran tamaño y un centenar de páginas que aúna las imágenes (collages sobre
todo, pero también dibujos, pinturas, objetos, fotografías) con las
declaraciones teóricas, en lo que compone, como señala Michel Remy en su reseña
de Infosurr, una suerte de manifiesto.
John Welson se
encarga de la presentación del volumen, antes de que Richardson y Bonnin, cada
uno por su parte, expresen su visión del surrealismo, con palabras propias pero
también a través de declaraciones de André Breton, Antonin Artaud, Luis Buñuel,
Marcel Duchamp, Man Ray, René Magritte, Franklin Rosemont, etc.
Los títulos de
las diferentes secciones que componen Surrealism in Wales lo dicen todo:
“Actos de homenaje”, “Especialistas en revuelta”, “Encuentros: gente, fantasmas
y sombras”. “El carácter poético del mundo natural”, “El deseo no se niega
nada”, “Destellos de la vida cotidiana” y “Lo maravilloso”.
Motores
principales de la aventura surrealista en Gales (y resto del mundo): rechazo
radical del mundo ofrecido y todo el poder para la imaginación (lo que se nos apetece bastante más que aquello de “la imaginación al poder”).
John Richardson, Infinity |
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Jean Bonnin, Planet of the Bens |
También en
Black Egg apareció, hace dos años, el libro de Jean Bonnin A Welsh
Surrealist, que se consigue fácilmente en la red. Se trata de una
recopilación de sus trabajos artísticos.
Más difícil
parece ser la obtención de Surrealism in Wales, pero está el recurso de
la página de John Richardson, a la que de nuevo remito: