Anunciamos hace unas semanas la aparición de Little boy blue, con la cual celebraba
Seixas Peixoto treinta años de actividad artística. En la presentación, que
tuvo lugar en la librería de Miguel de Carvalho, leyó Leocádia Regalo un texto
muy iluminador, sin nada que ver con esas disertaciones sobre arte o poesía que
no dicen nada y que pueden aplicarse a cientos o millares de obras, un texto
que realmente calaba en este precioso
librito compuesto por 17 collages sobre pinturas en tinta china, cuya génesis y
elaboración refiere el propio autor en la hojilla que sirve de marcador-prefacio:
Como se apreciará, nada parece haber en común,
fuera del título, con el famoso blues que grabó
Robert Lockwood por primera vez en 1942, basándose en una canción de cuna pero
incorporándole imágenes sexuales sumamente violentas, y que tendría grandes
versiones de Lightning Hopkins, John Lee Hooker, Scrapper Blackwell, Otis Spann
y Walter Horton (como en la nota anterior señalé, curiosamente, en el lenguaje
jazzístico ya lo registraban Ella Fitzgerald, Sharkey Bonano, Billy Kyle, Teddy
Hill y Bunny Berigan en 1937, pero sin quedándose en la bobería letrística o
limitándose a versiones instrumentales).
Sin embargo,
las apariencias engañan, y lo que ha hecho Seixas Peixoto es similar a lo que
hizo Robert Lockwood: partir de lo más “inocente” para subvertirlo por
completo. Seixas Peixoto se vale de varios títulos y versos del viejo libro de
canciones infantiles para componer una historia sobre la sublimación de la voluptuosidad,
como señala Leocádia Regalo. Robert Lockwood introduce en la letra infantil,
como un auténtico collage, inquietantes versos originales de abierta ruptura.
Preciosa es
esta edición “Sarrabisco” (o sea, garabato), cuyo marcador remite al blog del artista,
aún en elaboración, por lo que esperamos que los apartados de Pintura y
Escultura tengan pronto una representación significativa de la obra
desarrollada en estos treinta años.