Llama un tanto
la atención en Phosphor la discordancia entre la parte principal de la
revista, que comentamos el otro día, y el capítulo de reseñas, no tanto por el tratamiento
de las obras elegidas como por la índole de estas. En general son obras
académicas de no mucho interés, y no digamos si comparadas a las novedades
propiamente surrealistas que son luego muy someramente descritas. Cuánto más
sentido tendría, a mi juicio, detenerse más en estas y menos en las otras.
La traducción
inglesa del libro de Román Gubern y Paul Hammond sobre los años comunistas de
Luis Buñuel merece un largo artículo de Michael Richardson, poco convincente en
su intención de discutir la “obsesión con el estalinismo” que caracteriza a
dicho libro. Un libro, además, de grosor excesivo, aunque no tan absurdo como
el aún más enorme que un catedrático de Tenerife dedicó a los años americanos
de Buñuel, o sea a una época en que no filmó ni una película. Resurge aquí la
vieja cuestión de las complacencias que se han tenido y siguen teniendo con los
surrealistas estalinistas tipo Scutenaire, Nougé o Chavée –o, en este caso, el
Buñuel de un par de décadas. Una noción elemental del surrealismo es la
libertad, y considerar que “aquellos de nosotros que vivimos en tiempos que no
nos fuerzan a hacer de la vida y la muerte elecciones morales, solo tenemos un
limitado derecho a juzgar a aquellos que se vieron enfrentados a tales
dilemas”, resulta capcioso, ya que eso solo sería justificable si todos
se hubieran engañado en sus elecciones, cosa que evidentemente no ocurrió. Los
Buñuel, Nougé y compañía fueron cómplices de un régimen que era la negación
absoluta de la libertad, quizás de una manera más grave de lo que lo fue, dado
su carácter folklórico, un Ávida Dollars con el régimen franquista. Sobre
Buñuel, en relación con las disquisiciones de Michael Richardson, merecería
considerarse este trío de citas: la de Breton en 1938 lamentando su “sumisión a
las órdenes de un partido”; la de Buñuel en 1954 diciendo que “la vida se ha
encargado de superar el surrealismo” y sus “errores”; y otra de Buñuel, ya a
fines de los años 60, a Max Aub: “Cada vez soy más anarquista”.
Menos interés
ofrecen Prague, capital of the twentieh century: a surrealist history,
de Derek Sayer, entre otras cosas porque ni siquiera continúa la historia del
surrealismo checo y eslovaco hasta el final del siglo (Svankmajer ni es
nombrado); Anomie/Bonhomie & other writings, de Howard Slater, cuya
reseña más bien desaconseja la lectura; una nueva monografía sobre David
Gascoyne, esa “perfecta nulidad” de que habló Simon Watson-Taylor, y que ya
tiene de sobra con la monografía que le dedicó Michel Remy en 1984; la
traducción de la Encuesta sobre los lugares del ex surrealista Petr
Kral, aunque en este caso se arguye la cercanía temática con el tema de este
número de Phosphor; y un tocho de Raihan Kadri consagrado a demostrar
–imagínense– que el principal progenitor intelectual del surrealismo no fue
Freud ni Hegel, sino Nietzsche.
Con todo, una
reseña del fantástico libro sobre Anthony Earnshaw y otra sobre la traducción
de La proie s’ombre de Luca nos sitúan en pleno corazón del surrealismo.
De la lista de
recientes publicaciones surrealistas, retenemos algunas de los que no teníamos
noticia, lo que nos deja pensando en lo poco merecidos que son los elogios que
a veces se nos han dado, en cuanto a la riqueza de nuestra información del
surrealismo actual:
De Slag, Baron
Satan lives a life of a fear, Caterhaugh: a surrealist journal of
shapeshifting (editado por Paul Cowdell) y el n. 1 de Black Lightning.
Del London
Surrealist Action Group, The overflowing milkmaid with curved Feet,
asequible vía lulu, donde incluso se le puede echar una ojeada.
Del Grupo
Surrealista del Río de la Plata, el n. 2 del boletín Dazet (que toma su
feliz título del nombre del condiscípulo de Isidore Ducasse).
De Juan Carlos
Otaño, Ludión antiguo, colección de ensayos.
De John
Richardson y John Welson, Alice, the looking glass threw, proyecto
basado en 21 collages-pinturas de ambos, en que una serie de invitados
respondieron con textos e imágenes. Esta obra la comentaremos próximamente.