Si recientemente hemos nombrado aquí a figuras veteranas del surrealismo que continúan haciendo una obra pletórica (Jacques Lacomblez, Jean-Claude Silbermann, John Welson), hoy debemos añadir a Gregg Simpson, bastión del surrealismo en la Costa Oeste del Canadá, quien hasta el 22 de junio expone en la Fundación Granell un singular homenaje a los nabis.
El pequeño catálogo es una exquisitez, tanto por las imágenes reproducidas como por los textos de Allan Graubard, quien ya en otras ocasiones ha colaborado con el artista.