En diciembre de 1922, pintaba Max Ernst en suelo francés este famoso cuadro, Au rendez-vous des amis, considerado por Sarane Alexandrian como "el más original retrato de grupo que se haya pintado a lo largo del siglo XX".
Entre Dostoievski y Jean Paulhan, aparece medio oculto Théodore Fraenkel, figura pionera a quien hoy celebramos con un pequeño dosier. Esta es su entrada en Caleidoscopio surrealista:
Théodore Fraenkel (1896-1964).
Amigo de André Breton desde 1911, “el Pueblo Polaco”, o Théodore Letzinski,
como lo llamó Jacques Vaché, respectivamente, en sus cartas y en su relato
macabro “El sangriento símbolo”,
pertenece tanto al dadaísmo como al surrealismo parisino. El 27 de mayo de
1920, es el Desconocido en la escandalosa representación de la pieza teatral de
Breton y Soupault Vous m’oublierez,
donde Breton hacía de Paraguas y Éluard de Máquina de coser, mientras que el 23
de diciembre no llega a leerse en su boda un poema que han escrito Breton,
Aragon y Soupault (hoy en las obras completas del primero). En 1922, es uno de los presentes en el gran retrato de grupo
ernstiano Au rendez-vous des amis,
con Breton, Crevel, Soupault, Arp, Éluard, Péret, Aragon, Desnos, Morise. Firmó importantes documentos del grupo
en 1925, año en que escribió con Desnos la “Lettre aux médecins-chefs des asiles de fous”
(La Révolution Surréaliste, n. 3), y de
él se habla en el Manifeste du
surréalisme: “He aquí a Théodore Fraenkel, que nos saluda desde su balón
cautivo”. Aragon decía admirar el “tono” que Fraenkel poseía. Entusiasta de
Alfred Jarry, se expresaba en el lenguaje de Ubú, y, llevando al pie de la
letra las aspiraciones dadaístas, prácticamente ni escribió (“Rechazar toda
literatura, toda ambición de crear”, apuntó en uno de sus “carnets”), conociéndosele
algún que otro collage, como el burlesco Artistique
et sentimental (1921). Lo que interesa en Fraenkel es su asociación a
Breton y Vaché en los años de gestación del surrealismo, ya que al poco tiempo
se distanció de los que comenzaban a afirmarse como surrealistas, para consagrarse
a su profesión médica. Hacia 1930,
otro de sus amigos, Georges Limbour, le dedicó el relato “La vie de Théodore
Fraenkel ou les aventures d’un jeu d’échec par le colonel de Saint Lourd-Lourd
suivie d’une étude sur l’œuvre du Docteur Polonais et de ses plus illustres
chefs d’œuvre”, que solo sería publicado en la revista Pleine Marge en
2001 (n. 34). En 1960, Fraenkel es uno de los firmantes del “Manifiesto
de los 121”, contra la guerra de Argelia. Al morir, Alejandra Pizarnik le dedica
el poema “Moradas”, incluido en Los
trabajos y las noches. En 1990 aparecen,
editados por Marie-Claire Dumas, sus Carnets. 1916-1918, y en 2006 el n. 10 de L’Étoile de Mer
(la revista de la Association des Amis de Robert Desnos) es consagrado a él.
Dominique Rabourdin lo ha abordado con finura en un artículo del libro
colectivo Le rêve d’une ville. Nantes et
le surréalisme.
“Feliz
aquel a quien los árboles acarician, a quien el viento aconseja, a quien los
entierros saludan”.
El documento que adjuntamos se compone de:
1. El poema de Breton, Aragon y Soupault que debía leerse en la boda de Fraenkel y el comentario por Marguerite Bonnet de que es objeto en el volumen I de las obras completas de Breton.
2. La "Lettre aux médecins-chefs des asiles de fous", realizada con Robert Desnos y publicada en el n. 3 de La Révolution Surréaliste, abril de 1925.
3. El divertido relato de Georges Limbour rescatado por Pleine Marge.
4. El artículo excelente que le dedica Dominique Rabourdin en el catálogo de Nantes.
5. El poema de Alejandra Pizarnik.
Théodore Fraenkel, Artístico y sentimental, 1921 |
Théodore Fraenkel, collage, c. 1920 |