Max Bucaille expondría en 1950 el collage Sol negro, pero en 1939 había publicado otro título nervaliano, Les cris de la Fée. Se trata de 16 collages impresos por Guy Lévis Mano, uno de los grandes editores de poesía del siglo XX.
Max Bucaille, La locomotora insurgente, 1950 |
Max Bucaille (1906-1996). Extraordinario collagista normando, si bien nunca estuvo cerca del grupo surrealista. Al contrario, se mezcló en la confabulación estalinista de Le Surréalisme Révolutionnaire a mediados de los 40, y se entregó más adelante a la patafísica. Ya desde 1930 hacía unos collages magníficos, que a veces acompañaba de poemas; también, aguadas y dibujos. En 1936 publica Images concrètes de l’insolite, y en 1939 Les cris de la fée, dieciséis collages precedidos de una cita de Novalis (“Una imagen no es una alegoría, no es el símbolo de una cosa ajena, sino el símbolo de sí misma”), aunque el título remite a Nerval (a quien dedicará Bucaille también un Sol negro, expuesto en 1950, año a que corresponde asimismo un impresionante “retrato” de Duke Ellington). Desde 1949 añade pinturas y raíces esculpidas a sus collages, y siempre, como en sus poemas, bajo el signo del automatismo; cultiva también la calcomanía (sobre vidrio, para proyecciones luminosas), resultando memorable Locomotora insurgente, en la que una locomotora surge de un túnel figurado por una calcomanía. Otra de sus grandes publicaciones es Le scaphandrier des rêves, de 1950, año en que hizo la portada del n. 21 de la curiosísima publicación manuscrita belga Vendredi, que Paul Colinet le enviaba a su sobrino Robert Willems y la mujer de este, residentes en el Congo. Al año siguiente ilustró L’état d’ébauche, de Noël Arnaud, y sí que merece destacarse la dedicatoria personal conjunta que le hicieron a André Breton: “À André Breton parce que nous ne serons rien sans lui avec notre affection et d’après le déluge”. Ya de 1985 es Géomancie du regard, consagrándole la galería 1900-2000 al año siguiente un excelente catálogo de exposición titulado “Bon Anniversaire Monsieur Bucaille”, con textos de Jaguer, Colinet, Lambert, Passeron, Arnaud, Havrenne, André Laude y otros. Max Bucaille causaría un gran impacto en Guy Ducornet.
(Caleidoscopio surrealista)