Tras Sete
anos, A noite absoluta y O corpo sismógrafo, Alex Januário
publica en las ediciones Loplop Metal fundente, encabezado por un
epígrafe de Mário Cesariny: “Entre nosotros y las palabras hay metal fundente”,
y cerrado por uno de los apotegmas de Malcolm de Chazal: “Nadie puede hablar de
cuerpo en fusión a menos que tome a la Noche como ejemplo, pues en ella todo se
funde y es la reunión (de todo)”.
Cuatro
fulgurantes poemas recuerdan la estrecha alianza del surrealismo y la alquimia,
con la imantada Torre Saint-Jacques irguiéndose de nuevo en todo su misterio.