Ya se ha publicado el esperado libro de
Alain Joubert sobre el surrealismo. Aunque muchos textos son conocidos, su
reunión era una necesidad. Título completo: Pour le Grand Surréalisme.
La clé est sur la porte. Fragments désordonnés d’un impossible manifeste.
Editorial: Maurice Nadeau. París, 2016.
La primera parte es propiamente la de las
“notas desordenadas”, un carnet lleno de sugestiones y con sus acostumbradas
preocupaciones y posturas, muchas veces exaltantes, como cuando habla del
poder, de la revuelta o del automatismo. La noción de Gran Surrealismo, que no
parece vaya a cundir por sus resabios elitistas (aunque Joubert no da lugar a
equívocos en el texto de la contracubierta, que vemos arriba), es tomada de
Georges Bataille, el autoproclamado “enemigo” del surrealismo, por mucho que se
presentara como “del interior” (al parecer, no bastaba con los exteriores). Las
“corrientes del pensamiento moderno” a que se refiere Joubert son en esencia
(aparte el pensamiento de Bataille) la mecánica cuántica, el situacionismo y
las formas antirrealistas de la novelística contemporánea. Muchas veces, al
leer sus notas, basta con quitarle el adjetivo a la palabra surrealismo para
que nada ocurra.
La segunda parte, “Mise à jour”, se compone
de textos aparecidos en Brumes Blondes entre 2005 y 2010.
La tercera, “Ce qui será”, incluye sus
“Cartas sobre la mesa”, publicadas en el almanaque Brumes Blondes de aquel
título, y traducidas al inglés por Paul McRandle y Laurens Vancrevel para su
publicación autónoma (Anon Edition, Los Angeles, 2015).
La cuarta y última consta de unos “anejos
objetivos”, artículos publicados en La Quinzaine Littéraire, sobre
la correspondencia entre Michel Leiris y Jacques Baron, sobre Stanislas
Rodanski, sobre las novelas de Jacques Abeille, sobre los ensayos sadianos de
Annie Le Brun.
Este es un libro que levantará muchas
ampollas entre los legionarios del liquidacionismo. Para estos, ni llave ni
puerta.
Raman Rao, La piedra de la locura, 2015 |
Enriquecen La clé est sur la porte las
numerosas ilustraciones, muchas de las cuales, aunque el editor diga lo
contrario, son ya conocidas. Entre las que de veras son inéditas, o no tan
conocidas, las hay de Nicole Espagnol, Raman Rao, Roman Erben, Martin Stejskal,
Georges-Henri Morin, Jean Benoît, Guy Ducornet, Jean-Jacques Lebel, Matija
Skurjeni, Laure Missir, Jean Terrossian, Robert Benayoun, Pierre-André
Sauvageot, Guylaine, Robert Lagarde, Her de Vries, Jorge Camacho, Nanou
Vialard, Guy Girard, Jean-Pierre Paraggio, el propio Joubert, etc.
La foto de Raman Rao acompaña esta nota: “La
piedra filosofal, la piedra de la locura: del choque de estas piedras brota la
centella poética. «El resplandor no se produce porque dos nubes se encuentren,
sino que las nubes se encuentran a fin de que el resplandor se produzca», dice
un proverbio etrusco”.
Alan Glass, El fantasma de Hampton Court, 2002 |