En el Museo
Barjola de Gijón, tiene lugar hasta el 27 de septiembre la exposición “Objetos
revelados”, con objetos encontrados y reconstruidos por Enrique Carlón que
fotografía Mara Herrero.
http://www.museobarjola.es/es/detalleexposicion.asp?id=244
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Merecen señalarse también la exposición de
art brut en Praga y Hauterives (Palais Cheval) y, en Viseu (Portugal), la
titulada “Arte Nostra Damus”, ya que participan en ella siete colaboradores de
la sección Cabo Mondego del surrealismo portugués: Rik Lina, Miguel de
Carvalho, Seixas Peixoto, Alberto d’Assumpção Alexandre
Magno, Cristina Vouga, Vitor Zapa y Luís Morgadinho.
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Una amplia antología de la obra poética de
Hervé Delabarre acaba de publicarse con el título de Prolégomènes pour un
ailleur. Va de
1962 a 2010, e incluye inéditos. El prefacio es de Christophe Dauphin y el
postfacio de Jean-Pierre Guillon.
Al igual que decimos hoy de Guy Cabanel y Jean
Terrossian, Hervé Delabarre es un nombre fijo de la constelación surrealista desde hace medio siglo. Todos ellos ya
participaron en La Brèche, años 60. ¡Admirable!
http://www.leshommessansepaules.com/auteur-Herv%C3%A9_DELABARRE-320-1-1-0-1.html
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También en Rêve à Deux, acaba de aparecer
otra selección de Sotère Torregian: Surreal adventurer. Poems, texts, other interludes, con doce dibujos de Brian
Lucas. Incluye más poemas a Arshile Gorky (Torregian tiene ancestros armenios),
un largo homenaje a Cartier-Bresson y la “nota onfálica” a Terre de diamant de Marie Wilson y Nanos Valaoritis,
que apareció en el n. 2 de Hydrolith.
Torregian afirma que el surrealismo sigue
siendo su “perspectiva”. Pero, por desgracia, nos encontramos con un poema de
2009 encabezado por un epígrafe de Breton y otro de... Pablo Neruda, conocido
agente de la Kgb en América Latina, y en medio de un poema de 1995 celebra el
35 aniversario de la “revolución cubana”, o sea de la dictadura castrista. Hay
más perlas, como cuando alude a “la causa de la liberación marxista-leninista
de África”, o cuando lo vemos de pronto evocando al camarada Mao, uno de los
mayores asesinos en masa del siglo pasado, si no el mayor. De ahí que el
descubrimiento de Sotère Torregian me haya interesado, pero no entusiasmado,
por muy gran poeta que sea.
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He aquí una nueva publicación de Zuca
Sardan. Las sextillas son 66, y las acompañan tres dibujos. Las cubiertas de
Vento Norte Cartonero son elaboradas a mano por un equipo de colaboradores que
recicla con tijeras, pinceles, tinta y mucha creatividad el cartón recogido en
las calles, casas y comercios de Santa Maria. Por supuesto, quien pinta la de Xorok Kopox es el propio Zuca.
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Ha sido una idea muy meritoria la de Javier
Gálvez recordando con una de sus ediciones de El Ojo de Buey a Jorge Kleiman,
quien durante su residencia española colaboró con el grupo surrealista
madrileño hasta el punto de incluso formar parte de él. Kleiman murió en 2013,
pasando su desaparición desapercibida, a pesar de que se trata de uno de los
máximos pintores argentinos contemporáneos.
El homenaje se compone de una serie de
retratos realizados por Gálvez y de una selección de los “pintamientos” del
artista aparecidos en Salamandra.
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Un libro muy interesante salió el año pasado
en Les Presses du Réel. Se titula Le splendide XIX siècle des surréalistes y consta de muchos trabajos de
uniforme calidad, cuyos títulos darán una idea al lector:
“Sobre una imaginería mágica. André Breton,
Max Ernst y la «espléndida ilustración» del siglo XIX”, por Étienne-Alain
Hubert, autor de muchos excelentes trabajos sobre el surrealismo y uno de los
encargados de las obras completas de Breton.
“Del pasaje del «Cosmorama» al pasaje de la
Ópera: Aragon soñando en el París de Balzac”, por Robert Kopp.
“Víctor Hugo y el surrealismo”, por Vincent
Gille, en una versión de un texto ya conocido.
“En las fuentes de Una semana de bondad, novela-collage de Max Ernst”,
por Henri Bordes.
“Max Ernst, actor e inspirador en el cine”,
por Dominique Païni.
“La novela popular francesa vista por los
surrealistas”, por Daniel Compère.
“Duchamp con Mallarmé”, por Thierry Davila.
“Marcel Duchamp, héroe melvilliano”, por
Scarlett Reliquet, que se centra, por supuesto en el parentesco con el escribiente
Bartleby.
“Relectura y apropiación de Charles Fourier
por el surrealismo. 1945-1965”, por Fabrice Flahutez.
“Au rendez-vous des amis en la tradición temática del retrato de
artistas en grupo”, por Alain Bonnet.
“«Caspar David Friedrich, pintor de la
angustia romántica». El surrealismo y la herencia romántica alemana”, por Julia
Drost.
“Antes de Freud. Hervey de Saint-Dennis,
Alfred Maury y discurso onírico pre-surrealista”, por Stefanie Heraeus, quien,
dando muestras de evismo crítico, no nombra ni una sola vez Le surréalisme et le rêve.
“Tres fotomontajes de Dora Maar”, por
Victoria Combalía.
“Odilon Redon, un precursor surrealista
controvertido”, por Marlen Schneider.
“Los fumistas entre ellos. El surrealismo y
las artes incoherentes. Marcel Duchamp y Alphonse Allais”, por Annabelle
Görgen-Lammers, quien hace un trabajo magnífico, enfocando al incomparable
Allais en su hidropático contexto y en sus lazos ántumos y póstumos con el
surrealismo.
Falta de tiempo me impide reseñar este
volumen como merece.
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Viviendo entre 1873 y 1906, y coincidiendo
con Alphonse Allais, sobre quien escribió, Alfred Jarry es uno de los nombres
que mejor señalan la transición entre los dos siglos. Referente máximo del
surrealismo, Jarry sigue inspirando a los surrealistas, como puede apreciarse
en este flamante collage de Alex Januário, titulado Jarry y la visión ardiente.