jueves, 18 de junio de 2020

Al día


La era del bozal humano ha acabado por ralentizar la propia actividad surrealista. Esa suerte de condón facial, de uso tan frecuentemente grotesco, parece haber producido un especial impacto placentero en los civilizados, que ya han comenzado hasta a sofisticarlo. Espectáculo tan siniestro ha logrado lo imposible: hacer añorar la presencia depredadora e idiota del turista, si bien no tarda que comencemos a toparnos también por las calles con turistas embozalados, que harán aún más difícil la circulación a quienes avanzamos por ellas a cara descubierta, entre otras razones porque ni queremos parecer monos ni nada tenemos que ocultar.
Esto es lo poco que hemos acumulado de interés en las dos últimas semanas:
El último catálogo Drouot (yo recibí esos lujosos catálogos muchos años, no sé si por indicación de Édouard Jaguer o de Emmanuel Guigon) ofrece mucho material valioso, sobre Félicien Rops, Hans Bellmer (cartas a René Magritte y a Joë Bousquet y el manuscrito enviado a Breton sobre el gran Schröder Sonnenstern), Victor Brauner (cartas y manuscritos), Camille Bryen (collages), Gaston Chaissac, René Magritte (cartas a Paul Éluard, Joë Bousquet, Gaston Puel, Henri Michaux), Man Ray (el proyecto de su novela 1944, quizás el plato fuerte del catálogo), etc.
Natan Schäfer traduce al portugués poemas de Hans Arp, Max Hölzer, Magloire-Saint-Aude y Pieyre de Mandiargues. 
Esther Peñas y Lurdes Martínez trazan una semblanza de Valentine Penrose, con motivo de la traducción española de sus obras.