miércoles, 26 de abril de 2017

Exeter, 1967


Paul Cowdell evoca con acierto oportuno la exposición surrealista de Exeter hace 50 años, uno de los más bellos hitos del surrealismo en tierras inglesas:
(Creo que debe hacerse una aclaración, por lo que se refiere a la idea repetida de que el grupo de París “desdeñó” esa exposición, idea originada en la manipulación que John Lyle, con un exceso de susceptibilidad, hizo de la nota dedicada a aquellos eventos por Robert Benayoun en el n. 2 de L’Archibras, nota muy simpatizante, y en la que si se habla en efecto de “reunión nostálgica” es para añadir de inmediato: “mais préparatrice d’un net regain d’activités”; lo de “nostalgia” aludía no solo al reencuentro de los viejos amigos del London Bulletin, sino al hecho de que en la exposición predominaban sobremanera las obras del pasado. Benayoun, que había participado activamente en los eventos de Exeter y que además era todo lo contrario de un espíritu mezquino, no es desde luego sospechoso de minusvalorar una reactivación del surrealismo en un país que le era muy caro. Por lo demás, su nota, que nadie bienintencionado puede considerar “desdeñosa”, y que concluye con un homenaje al gran Brunius, fallecido esos días, solo lo comprometía a él, y no al “grupo de París”.)
Y recordemos que en 1967 tuvo lugar también la exposición internacional surrealista de São Paulo, originadora del primer número de A Phala.