lunes, 1 de febrero de 2016

David Nadeau y el surrealismo musical


De David Nadeau sabíamos que era poeta, colagista y creador de objetos, aparte animador infatigable del surrealismo con las publicaciones y actividades de La Vertèbre et le Rossignol y de la Liaison Surréaliste à Montrèal. De él ya han aparecido La mémoire intraveineuse par-delà processus et saveurs (2003), Chantiers de l’ombre (2007, con ilustraciones de Zoé Laporte, Alexandre Fatta, Claudia Gendreau y Gaétan Blais), Décembre dans la femme (2008) y L’Émeraude charnelle (2011), y siempre sugestivas son sus colaboraciones en revistas del movimiento surrealista, como Hydrolith, The Annual y A Phala.
Ahora, David Nadeau sorprende con un álbum titulado Le labyrinthe de la mort symétrique, que edita el sello de música experimental suRRism-Phonoethics, feliz y fértil iniciativa de Jaan Patterson, donde apareció recientemente un álbum de Mal Occhio, cuya audición recomiendo no menos vivamente. Le labyrinthe de la mort symétrique se compone de seis piezas que duran entre diez segundos y diez minutos, interpretadas a la guitarra eléctrica, al teclado defectuoso y al amplificador de guitarra.
El tema que da título al álbum es el más extenso, y en él David Nadeau dota de un movimiento de balanceo a un imán colocado sobre la guitarra despojada de sus dos cuerdas agudas, frotando ligeramente las restantes con un cuchillo de mantequilla, en lo que viene a ser el último estadio del slide de los bluesmen negros, una invención casera que ya era puro surrealismo. El resultado es extraordinario, en un tema por completo hechizante. Las cuerdas son frotadas con el mismo cuchillo en “La era de la dispersión” y “Los profetas vacilan”, mientras que “Efervescencia opaca” y “Arquitectura contaminada” (el otro tema largo) son registros en un teclado de pilas defectuosas. Por último, en “Andrógino-hidrógeno”, ha conectado el cable de su guitarra también a la toma de los auriculares del amplificador. En conjunto, un sexteto de órdago, que ha producido tanto placer al intérprete como se lo produce al oyente.
Estos discos de David Nadeau y de Mal Occhio han acabado de derribar por completo mis reservas acerca de una música surrealista. Recordemos además las dos muestras discográficas misceláneas aparecidas no hace mucho, en el n. 4 de Patricide (“The sound of surrealism”) y en el catálogo La chasse á l’objet du désir.
El álbum es asequible gratuitamente en el sitio de internet Free Music Archive, cuya consulta, por lo que se refiere a la sección suRRism-Phonoethics, es estupenda, y en donde, como ya señalé, debe escucharse también la no menos fantástica música de Mal Occhio.