martes, 5 de mayo de 2015

Al día


Jörg Remé, de quien vemos aquí esta pieza, expone en el Palazzo Mora de Venecia.
En el Museo de Rhayader, País de Gales, hay varias exposiciones relacionadas entre sí: una de John Welson, otra de Welson con John Richardson y una tercera en homenaje a Arcane 17:


La colaboración entre Welson y Richardson ha generado el libro Alice, the looking glass threw, ya aludido aquí y que, publicado en Dark Window Press, comentaremos próximamente.
Con un carácter ya histórico, en Tate Liverpool, hasta el 31 de mayo, hay una exposición de obras de Leonora, que incluye El mundo mágico de los mayas, y en la librería Champavert de Tolosa, otra de obras de Edgar Jené, también hasta la misma fecha.

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Braise de l’unité editada por La Lucarne Ovale, es el título de la tan ansiada antología de Élie-Charles Flamand, con poemas de 1957 a 2014. La página de este gran poeta merece conocerse:

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De Ithel Colquhoun, figura maravillosa del surrealismo británico, se publicó en 2014 I saw water. An occult novel and other selected writings. I saw water fue su segunda novela, tras Goose of Hermogenes.

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Paul Sanda y Bruno Geneste publican en Éditinter Les surréalistes et la Bretagne. Le domaine des enchanteurs, con dos cartas inéditas de Breton a Joyce Mansour. Un libro muy atractivo, que comentaremos aquí dentro de unas semanas.

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La correspondencia entre René Daumal y Gilbert-Lecomte ha visto la luz recientemente. Son 424 páginas, en la editorial Ypsilon.

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Por el número 113 de Infosurr nos enteramos de tres novedades no apuntadas por nosotros: otra entrega de los clásicos de Ghérasim Luca en Corti, L’extrême-occidentale, de 1961, y dos recopilaciones de Jimmy Gladiator, Tapis franc et autres cadeaux provos (declaraciones, tracts y pensamientos de 1974 a 2010) y De paille et d’or ou le Guignol des Batignolles (con juegos surrealistas de su invención).
En una nota sobre Jacques Lacomblez, Richard Walter prolonga la triste reseña que Ludovic Tac hizo del almanaque Ce qui sera, reseña que es una buena muestra de cómo se las sigue gastando el marxismo recalcitrante. A juicio de Richard Walter, “todo surrealista que se respete” debe evitar caer en “la fascinación fácil por la bandera negra” (ergo, la fascinación por la bandera de la hoz y el martillo es “difícil”), y hay que ser surrealista y marxista para “comprender” el surrealismo y el marxismo. Casi nada.

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En el capítulo de óbitos, el pasado año murieron Henry Lejeune –señalado por Arnost Budik en Infosurr y Ounsi El Hange, nacidos ambos en la década de los 30. Más recientemente –este mismo año– desapareció, casi centenario, Carl Otto Hultén, artista y gran animador de las actividades surrealistas en Suecia. Fue uno de los fundadores del grupo Minotauro, como luego del de los Imaginistas, colaboró en Cobra y en Salamander, fundó con Österlin en Malmoe la galería Colibrí, lanzó las ediciones Imagen. En 1947 se publicó, con prefacio de Svanberg, Sueños sacados de las manos de las hojas, colección de frottages y calcomanías que revelan su fervor por Max Ernst, al que homenajearía en 1976 (En la habitación de Loplop) como haría también con el cartero Cheval. Tras un período de abstracción lírica, Hultén volvió a la figuración.


Este es uno de sus cuadros más conocidos: el duchampiano Cardiograma de la calle, 1944-1945, que yo vi en una exposición de Lisboa y que comenta así Ragnar von Holten: “Un resumen del mecanismo  y de los diferentes utensilios, explicitado en un dibujo esquemático, se encuentra mezclado con rudos grafitis, pedazos de textos y partes del cuerpo humano traducidas de manera abstracta –así, la imagen se convierte en un índice de las posibilidades técnicas de la vida sexual del hombre. El busto de la mujer, a la derecha, cuyos senos tiene la forma de mangos de tijeras, deja que su sexo se mezcle con un vaso de cerveza; el busto de mujer acostada, a la izquierda, es atravesado por un falo que penetra en un cuarto, un tanto como acontece con el otro pie de vaso, que allí penetra también, etc. Entre los textos percibimos un poema de André Breton y el número de teléfono de la criada de Hultén en Malmoe”.