miércoles, 19 de noviembre de 2014

La Belle Inutile: “Lithaire”


La Belle Inutile se define como “un grupo de amigos localizado en Europa, Norteamérica y Suramérica, que comparten una orientación surrealista y un interés por las artes mixtas, las ciencias, la tecnología y las ideas”. Desde 2008 sus publicaciones son muchas (todas asequibles vía lulu.com) y, aparte los dos números de Loup-Garou, se componen de títulos de Richard Misiano-Genovese, Jean-Pierre Depétris, Jeffrey Karl Bogartte, Pierre Petiot y Francine Laugier. Algunas de ellas ya las hemos noticiado o reseñado aquí.
La última publicación de La Belle Inutile es Lithaire, recopilación en la que intervienen Bernard Dumaine, Claude-Lucien Cauët, Guy Girard, Pinina Podesta, Martín de Diego Sabada, Ribitch, Jean-Pierre Depétris, Ody Saban, Pierre Petiot, Thomas Mordant y Zazie. Zazie, que lo hace con seis de sus sueños digitales –también recientemente en sus ediciones publicó Somnium digitale– es uno de los nombres fijos de La Belle Inutile. Imágenes de Bernard Dumaine abren este cuaderno de 68 páginas. Dos de ellas son cadáveres exquisitos, uno con Martín de Diego Sabada y otro con Pinina Podesta, este diferenciándose más que el otro de la imaginación fantástica de corte gótico que caracteriza a este artista:


En el n. 2 de S.u.rr..., el poeta y ensayista Claude-Lucien Cauët, componente del grupo surrealista de París, publicaba unas “Ideas a propósito de lo impensable” que anunciaban muchos escritos curiosos y trastornadores, reunidos en varias publicaciones: Événements, Nomades, Anecdotes, Rencontre, Essai d’autocosmologie, Le passager incertain, En cours. De Cauët, cuyo nombre aparece en Analogon, Le pied de grue, Cahiers de l’umbo, Lo que será y La chasse à l’objet du désir, comentábamos hace poco sus dos colaboraciones con Guy Girard: Les cerises, le soleil et l’escargot y Pornographie courtoise. Aquí aparecen extractos de dos títulos nuevos: “Débordements” y “A portée de voix”, acompañados de imágenes de Zazie y Girard. Girard interviene con sus ya conocidos poemas coreanos y con el relato de unos “momentos de lo maravilloso”, cuando la poesía, “esa inesperada recalificación de la vida inmediata”, hace trizas la banalidad reinante –porque, en efecto, “lo maravilloso es esa belleza ofrecida con todo esplendor por la verdad práctica de la poesía”. Pero lo más interesante de estas tres páginas de Guy Girard es su consideración final sobre lo que persiste en “querer pintar” y sobre las “criaturas” que pinta, y sin las cuales yo diría que al surrealismo de estos últimos tiempos le falta algo esencial. Similarmente podía haber hablado de sus poemas e invenciones, en los que se confirma también su visión de que el “poder de revelación del amor y de Eros es la razón de ser de todo lenguaje”.
Seis poemas de Jean-Pierre Depétris llevan como pórtico una visionaria ilustración de Ribitch: Season of the witch. Depétris ha publicado en La Belle Inutile la saga de Bolgobol, definida como una novela filosófica en forma de diario de viaje on-line, que consta ya de cuatro volúmenes: À Bolgobol, En revenant à Bolgobol, Autour de Bolgobol y Entre Tangaar et Bolgobol, a los que sucedió en 2010 Pour un empirisme poétique.
El fastuoso colorido y la no menos fastuosa imaginación de Ody Saban irrumpen en La Belle Inutile con cinco muestras entre las cuales Dans la forêt Lacandone, Kachina Angwusnasomtaka pendant le rite d’initiation pour les nouveaux nés y Sus au misérabilisme. El primero la suma a la bella lista de surrealistas fascinados por las culturas pueblo, y el segundo vuelve a erguirse contra la hidra de la que dijo André Breton en 1956 que era “uno de los fenómenos específicos de la época” –y que desde entonces nunca se ha replegado, sino que más bien ha asomado constantemente nuevas cabezas.
La muñeca kachina Angwusnasomtaka no es otra que la Madre-Cuervo, madre de todas las kachinas, portadora de unas hojas de yuca con que flagelaba a los muchachos recién iniciados. Breton tuvo dos, una hopi y otra zuñi, que es en la que se inspira Ody Saban, con sus brazos articulados y las alas insertadas:


La vertiente ensayística de Lithaire corresponde a su principal animador, Pierre Petiot, quien diserta, con ilustraciones de Ribitch, sobre los “utensilios”, discerniendo entre sus diversos tipos, con dos polos extremos: el de los utensilios que “crean nuevas libertades”, que “abren nuevas aventuras”, y el de los “realistas” (¡miserabilistas!), que “nos reemplazan”. En una atinada ejemplificación, describe la subversión de los viejos lavaderos por parte de las mujeres que acudían a ellos, oponiéndolos a su sustitución por las lavadoras, que “transmutan las potencialidades de lo imaginario en nada”, y yo hubiera añadido que los lavaderos eran espacio no solo de amores y chismorreos, sino de canto, cuando el pueblo cantaba (a una lavandera oyó el maestro de la etnografía portuguesa, Leite de Vasconcelos, hace ya un siglo, una melancólica cantiga de amor que lo transfiguró, y fue también hace ya un siglo cuando Menéndez Pidal, al oír cantar a la lavandera de Osma, tomó conciencia de la perduración de los romances legendarios en los pueblos panhispánicos, punto de arranque de una gigantesca recopilación que llega a nuestros días). Pierre Petiot, en uno de los capítulos de su ensayo, al detenerse en lo que tienen los locos que enseñarnos sobre nuestra relación con los utensilios, escribe: “No se agradecerá lo suficiente a los surrealistas el haberse interesado por la locura, y el haberlo hecho no bajo el ángulo médico (y por tanto realista), que busca liberar al loco de su locura, sino al contrario, según ese genio oblicuo que consiste en utilizar las enseñanzas sacadas de la locura para liberar a los no-locos –y por tanto también a los locos, como consecuencia inmediata”.
Lithaire contiene, por último, dos poemas de Thomas Mordant, uno de ellos un “poema negro”. Al final hay una lista de publicaciones poco fiable, ya que, al cotejar yo la fecha de los libros de Richard Misiano-Genovese, de ocho hay al menos cinco que vienen mal. Así nos dedicamos luego a repetir datos erróneos. A los soberbios libros de Bogartte, sumemos dos de Francine Laugier: Images du monde flottant y Quelquefois nous paraissons heureux.
En suma, una publicación muy distinguida, que viene a ser como un número 3, o un número “fuera de serie”, de Loup-Garou.
www.labelleinutile.eu