martes, 10 de junio de 2014

Ráfagas

Recomendamos hoy la página de una de las figuras más destacadas del grupo surrealista sueco. Se trata de Niklas Nenzén, presente en Stora Saltet con dibujos, en Diabolik con comics y en Lucifer con collages. Stora Saltet fue el magazín del grupo entre 1995 y 1998. Diabolik, la primera revista cómic del surrealismo. Lucifer la lanzaron en 1999 John Andersson y el propio Niklas Nenzén, quienes formaron luego, junto a Joakim Hansén y Peter Bigestans, la Coalición 4, que expuso en 2005 y 2006. En el primer número de Hydrolith encontramos de Nenzén los dibujos de Our ladies of sorrow –aquí tenemos el que corresponde a Anesidora– y un muy denso ensayo sobre el surrealismo y el gnosticismo.


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Como sigue en París la exposición de Ody Saban, una artista de tan rico imaginario, he aquí otra de las pinturas que aparecen en ella, titulada Hace sol a pesar de nuestros muertos (2013), acrílico con fotos retocadas sobre el lienzo:


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He aquí el soberbio Retrato encontrado del Marqués de Sade, que tenemos gracias a Sasha Vlad. Por los mismos días que yo lo descubría (al consultar los discos compactos de los festivales surrealistas de Londres), Dan Stanciu, en el acuse de recepción de mi libro de fotos Disparos del archibrazo, me resaltaba una de ellas, al verla como otro “retrato” del divino marqués, petrificado en el granito de los caminos de la lusitana Serra da Estrela.


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São Paulo, que acabamos de nombrar como bastión del surrealismo allá por 1969, lo sigue siendo actualmente, con la presencia constante de Sergio Lima, pero también con la del grupo deCollage. Alex Januário es el autor de esta nadjiana caja que no puede ser hermética, y Marcus Salgado ha sorprendido el momento en que “El león totalquímico devora el sol”.




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En Tolosa, prosigue la labor incansable de Jean-Pierre Paraggio, con sus invenciones plásticas, sus ediciones, el boletín l’impromptu y la hoja Soapbox. Este es un bello dibujo de 1996:


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De París me llega este collage con la presencia de uno de nuestros maestros. Lou Dubois, con su inventiva inagotable, nos hace aquí ver doble, porque, en efecto, “hay que estar siempre ebrios: esa es la única cuestión”.


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Las flamantes Éditions Prairial acaban de reeditar por primera vez uno de los libros claves de Robert Gilbert-Lecomte, La vie l’amour la mort le vide et le vent, celebrado cuando apareció, en 1933, por Antonin Artaud. También, La belle France, de Georges Darien, maestro de la Revuelta. Imposible un mejor comienzo editorial.

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En el Jeu de Paume, hasta el 21 de septiembre, se celebra la exposición de Kati Horna que hace unos meses tuvo lugar en México. Esperemos tener mejor suerte con el catálogo, ya que en su momento me fue imposible conseguirlo, tras el típico “ya le avisaremos”.